jueves, 31 de diciembre de 2015

Adiós 2015

Pues se acerca el fin del 2015 y toca hacer balance…


El 2015 acaba en 5 y como su rima indica ha sido como el sexo anal, empieza con un dolor intenso e insoportable, poco a poco el dolor va siendo más llevadero. Lloras y te angustias pero de repente llega un orgasmo rabioso e intenso que no consigues por métodos más suaves, que te deja dolorida y feliz como una tonta.
Este año ha sido un año raro, aunque maravilloso. Pienso en cómo empezó, los primeros días del 2015 fueron los días más duros de mi vida, y los más importantes. Esos días tuve que tomar la decisión de seguir siendo una niñata inmadura y cobarde, o ser una mujer, enfrentarme a mis errores y vivir al fin sin miedo.
Él y yo llevamos 7 años de relación D/s pero creo que este último ha sido el primero de una entrega auténtica y total. No sé expresar cómo ha cambiado mi mundo este año, aparentemente todo sigue igual, pero mi mente no, mi visión ha dado un giro enorme. Así que este año he llegado a la conclusión de que madurar duele, y mucho, pero merece la pena.
No me gusta ver las cosas desconectadas, la vida es sólo una y lo que cambias en un aspecto afecta a todo lo demás. Aunque el cambio se gestó en mi relación de pareja llegó mucho más allá. Así que este año ha estado lleno de cambios en el ámbito familiar, laboral y personal. No soy la misma del 2014, y no es algo sutil, es algo muy evidente. Jamás podré volver a ser aquella Ángela y, aunque algunos piensen lo contrario, ahora soy una gran versión de mí misma, o al menos una versión que me hace mucho más feliz. Porque este año también he tenido que echar a personas de mi vida y otras se han alejado, pero los que se han quedado es con una relación mucho más intensa y profunda. Por no hablar de los nuevos que han llegado a mi vida, auténticas muestras de que voy por el buen camino.
Este también ha sido el año de las confesiones, al fin pude mostrarles a mis padres quién soy. Comprobé que los miedos, la mayoría de las veces, son infundados. Sus reacciones han sido más que increíbles y me siento mucho más auténtica y ligera.
Podría seguir enumerando cosas aisladas, pero no quiero extenderme ya que, ni por esas, conseguiría expresar lo que ha significado. Intentaré hacer una metáfora para que no se diga que no me he esforzado en explicarme:


Este año me he dado cuenta de que hasta ahora había sido una sombra de persona, y las sombras, por muy bonitas que sean, son solo sombras. No sienten igual, no viven igual, pasan por la vida posándose sin tocar. Este año he conseguido gracias a Él, aunque suene manido es la verdad, ser persona. Evidentemente después de tantos años siendo sombra ahora soy una persona muy básica, con sentimientos aturullados en la cabeza, con nostalgias, con llantos… pero qué se puede esperar de alguien que siente por primera vez. Imaginad que nunca habéis notado el calor del sol sobre vuestra piel, el primer contacto sería extraño, no sabes qué pensar de esa sensación, aún quedaría descubrir que el calor es bueno a unos niveles y devastador a otros… Pues esa soy yo ahora, una persona descubriendo y viviendo las cosas directamente, sin filtros… para bien o para mal.
Cuando pienso en todo esto se me agarra una emoción en el pecho, no son ni ganas de llorar ni de reír, simplemente es una emoción intensa en el pecho que me encanta.
El 2015 ha sido un año raro, maravilloso e intenso, y mi forma de entender la vida sólo me deja pensar que el 2016 será igual de bueno o mejor.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Feliz Navidad

La gente muere en Navidad, la gente se pelea en Navidad, la gente llora en Navidad… Se echa de menos a los que no están, la melancolía empaña los cristales… Que la Navidad es consumismo, que no es más que una oda a la gula y la bribonería...


Yo sonrío y espero con ganas adornar el árbol, encender esas lucecillas que llenan de ilusión y cosquillitas mi estómago. Adoro el olor de los adornos, el sonido de las cancioncillas navideñas, ver películas llenas de rancias moralejas propias de estas fechas. Me gusta preparar regalos, escribir la carta a los Reyes y ponerme guapa en Nochebuena


La Navidad para mí representa tradición, ilusión, magia, emociones, días que compartir con las niñas, noches largas para jugar los dos sin miedo al despertador…


Santa Baby - Eartha Kitt


Encendemos la chimenea y se sienta en la mecedora, lo veo adormilarse y me pongo de rodillas en el suelo, esta canción suena de fondo, lo miro con mi carilla de puta buena e inocente y la canto haciendo playback mientras le toco por encima del pantalón… lo noto crecer, me mira directamente a los ojos lleno de deseo mientras tarareo sexy, mientras me siento una chiquilla picarona, preciosa y navideña. Me dan muchas ganas de meterme bajo la manta que cubre Sus rodillas y lo hago, le saco la polla y comienzo a lamerla a ritmo de la música... Me imagino cómo será la escena desde fuera, un hombre sentado en una mecedora frente a la chimenea, con una manta en las rodillas que sube y baja, un hombre en una mecedora frente a la chimenea con la cabeza echada para atrás gimiendo de placer. Adoro las postales navideñas.


Me siento en mi escritorio, cojo un papel bonito y le escribo una carta a Santa Claus:


        Querido Santa, porfis porfis porfis, no dejes que esto que siento desaparezca. No dejes que mi vida deje de estar llena de luces, sonrisas y orgasmos. No dejes que mi vida se quede vacía de Él.
      A cambio prometo ser obediente, no faltar al Amo, no dejar de amarlo y provocarlo. Prometo ser la zorra que Él desee, prometo sacarle gemidos y sonrisas de orgullo. Prometo ser Su niña buena.
Besos
          Pelusilla
P.D.: Dejaré leche, galletas y una copilla de anís bajo el árbol. No olvides tomártelo

jueves, 17 de diciembre de 2015

La polea, la mamada y el color rosa

Subo las escaleras, es hora de irse a la cama y es jueves. Los jueves toca mamada y tragar Su semen, una norma que estableció hace dos años porque era incapaz de hacerlo. Soy una remilgada escrupulosa…


La vie en rose - Edith Piaf
Desnúdate y ponte de rodillas bajo la polea. Si creí que iba a salir airosa con una mamada de arcada y poco más estaba muy equivocada… “Junta las muñecas” me las ata y las sube hasta poder engancharme a la cuerda. Quedo con los brazos extendidos sobre mi cabeza, de rodillas en el suelo. Las bofetadas comienzan, las pinzas empiezan a morder mi carne, perfilan mi cintura. Me agarra la cabeza y va acercando Su polla hasta mi boquita abierta, invade mi lengua, mi paladar, mi campanilla... El mundo es doloroso y bonito mientras me penetra la boca, las pinzas se me clavan y me recuerdan que he de aguantar, que no he escogido una vida fácil, pero es lo que mi naturaleza me grita, me grita que relaje mi garganta, que deje que Su miembro haga que la saliva se desborde entre mis finos labios, que se deslice por mi barbilla, mojando mi pecho, mi ombligo…
Me tira del pelo, de mi largo y castaño pelo con el que jugueteo entre los dedos cuando tengo sueño, tan suave, dándole vueltas y vueltas a uno de los mechones. Y ahora es enredo entre Sus dedos, es desorden en Sus manos que me fuerzan a tragar Su polla hasta darme arcadas. Y las pinzas, las pinzas de madera siguen mordiendo mi tibia carne, carne erizada de sensaciones. Una mamada es arte en esa noche de jueves.
Me va arrancando una a una las dolorosas de madera, las golpea y se van soltando de mi tierna cintura haciéndome llorar. Las lágrimas ruedan por mis mejillas mientras vuelve a follarme la boca, esta vez para terminar corriéndose en mi cara, en mi lengua, Su semen cae también en mis pequeños pechos y muslos. Los brazos me duelen, las rodillas y los tobillos también, siento el semen enfriarse en mi cuerpo, estoy dolorida y asqueada pero quiero un orgasmo, ser usada me eleva, me hace bailar en una danza suave y macabra entre lo que deseo y lo que soy capaz de soportar, entre lo que me grita mi parte sensorial, esa que sólo nota dolor, asco y humillación, y mi parte emocional, esa que dice que siga bailando, que no hay baile más hermoso que el de la vida a Su lado.
Me suelta los brazos, me ayuda a levantarme pues mi cuerpecillo débil no aguanta mucho en la misma postura sin acusarlo. Cuando mis tobillos ya me mantienen de pie me mira: “Ve a lavarte que das asco y vamos a la cama” Agacho la cabeza avergonzada, me limpio, me miro al espejo y veo mi pelo alborotado, las mejillas sonrosadas por las bofetadas y una sonrisa se me escapa del alma. Qué guapa estoy cuando me usa, qué hermosa cuando me dejo llevar entre Sus tormentos, entre Sus deseos.
Vuelvo a la cama, me meto y me acurruco a Su lado, me abraza, apago la luz. Buenas noches Amo “Buenas noches, enana” No hay orgasmo para mí, hoy no, pero eso no importa, estoy cachonda, me duermo entre Sus brazos satisfechos, estoy con Él y la vida es rosa.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Una siesta y poco más

Delirios y éxtasis - Carmen Boza


El sol de media tarde entra por la ventana, el aire es tibio a pesar del frío exterior, nos metemos en la cama para reposar la comida. Sin pantalones, con una intención casi inocente de simplemente encajarnos… cada uno mira su móvil, twitter por aquí, instagram por allá... y sin darme cuenta empiezo a hacer movimientos con mi culo en Su entrepierna, noto como van creciendo sus ganas. Lo oigo resoplar, suelta el móvil, me quita el mío, me abraza fuerte, encaja su barbilla en mi cuello “¿No puedes estar 5 minutos sin buscarme?” me giro y lo beso llena de pasión. Y mandamos a la mierda las redes sociales, la ropa que nos queda y la siesta. A quién queríamos engañar, nos metimos en la cama para follar, para hacernos el amor con deseo, nos metimos en la cama no para dormir, nos metimos en la cama para amarnos sin contención ni prudencia. Y el mundo se reduce a nuestro edredón, y el mundo es solo deseo, flujos, besos y mordiscos. Somos fuego y la sangre hierve… Me muevo sobre Él, muevo mi cintura de una manera demoniacamente perfecta, pero lo que ocurre, nuestro placer no es obra del demonio, es lo bello de la vida, nada hay de malo en el sexo, nada hay de malo en que dos personas se follen como locos, la naturaleza no pudo crear esas sensaciones extraordinarias para privarnos de ellas, y es que lo que ocurre entre mis piernas cuando echamos esas siestas es pura magia.
Veo Su cara, los ojos con las pupilas dilatadas de puro gusto, mordiéndose el labio de placer, me mira como si fuese una aparición subida en Su polla. Me acaricia los pezones sabiendo que son los botones que aceleran mi cadera, que son los botones que me llevan al paraíso… y no hay nadie más guapo en este mundo, no hay nadie más hermoso que Él cuando me folla, es un dios que me obliga a ser diosa. Y por qué follar me gusta tanto, porque me parece la mejor manera de concentrar mi felicidad en una gota de tiempo, en transformar mi felicidad en líquido que chorrea por mis muslos, en transformarla en unas rodillas temblonas.
Nos empeñamos en creer que somos sucios y depravados, pero nos equivocamos, no hay nada más limpio que nuestra perversión, limpia de prejuicios, vergüenzas y secretos. Sé qué quiere, y quiero dárselo, Él sabe qué quiero y quiere dármelo y así el sexo se convierte en el acto más generoso que conozco.
Cambio el ritmo, me acelero, me paro, lo muerdo en el cuello, le lamo la oreja. Me abofetea y me pellizca la cintura… nos conocemos tan bien, sé qué movimiento lo hará volverse loco de placer en el momento justo y adecuado, Él sabe cuándo voy a correrme aunque yo intente disimularlo. Y la siesta me da su dulce sabor, me da un orgasmo intenso y pleno, ese orgasmo rico y brutal, ese orgasmo que Él sabe alargar agarrándome de la cintura, moviéndome rápido manejándome como a una muñeca de trapo. Y yo también lo conozco bien, sé el momento exacto en que va a derramarse, en que va a convertir su felicidad en gemidos.
Y entonces sí, el gustillo post orgasmo se adueña de nosotros, me echo en su pecho y cierro los ojos tranquila, en paz, flotando en Su cama, flotando por sentirme la mujer más afortunada del planeta. No ha habido instrumentos, ni fustas, ni pinzas, solo nosotros, porque a veces hay que quitar la parafernalia para quedarnos con la esencia, para quedarnos con un sexo sencillo pero no exento de placer y sentimiento. Una siesta, nada más y nada menos.

martes, 1 de diciembre de 2015

Soy fuerte, humílleme

Eres una zorra, una puta, no, una puta barata, eres basura, eres una guarra, una cerda. La saliva cayendo por mi carita, por mi lengua, el rimmel corrido, sucia, asqueada… sí, me siento humillada.
Creo que las personas estamos hechas de niveles, como la tierra, capas que van apareciendo conforme profundizas. Mi labor desde que tengo uso de conciencia es trabajarme esas capas, desde la más externa a la más profunda. Puedo presumir de haber llegado bastante al fondo y presumo porque lo mío me ha costado, no ha sido nada fácil. Conforme más vamos conociéndonos, conforme más profundizamos más fuertes somos, es algo muy personal, nadie puede cambiar algo en nosotros si nosotros no lo dejamos, para bien o para mal. En los últimos años me he enfrentado a situaciones complicadas que a veces la vida te pone delante y he sido consciente de algo que siempre había ignorado: soy tremendamente fuerte. Es algo de lo que nunca me había percatado, vas trabajándote, puliendo una cosita por aquí otra por allí, vas haciendo tu trabajo de hormiguita sin darte cuenta de que eso está teniendo un resultado. Desde pequeña tuve la autoestima baja, como os conté en este post, incuso llegué a rozar límites peligrosos, pero esa ya no soy yo. He trabajado duro, sí, también he tenido ayuda pero, al final como siempre digo, estamos solos, así que sola he conseguido remontar y salir de la mierda en la que estaba metida. ¿Por qué os cuento todo esto? Pues porque creo que para entregarse y someterse la primera obligación pasa por superar nuestros complejos y debilidades.
Se habla mucho del cuidado que ha de tener un Amo con las humillaciones, el tiento que ha de tener al decir o hacer ciertas cosas. Si os soy sincera esa afirmación me da coraje por dos motivos: primero porque me gusta ver al Amo como Amo, como el ser que puede hacer lo que le salga de los huevos (u ovarios) sin preocuparse de que la pobrecita sumisa no acepte un "puta" de más, y lo segundo y más importante tiene que ver con esto, con “la pobrecita sumisa”. El defender tanto que tiene que tener cuidado me deja en una situación de debilidad, sí, se da por hecho que soy débil y que tiene que tener cuidado de no romperme. Estoy harta de que se victimice a la parte sumisa como si fuésemos personas frágiles, quizá algunas lo sean pero no por ser sumisa, sino porque como persona lo es. Me gusta que mi Amo no tenga que contenerse al humillarme y me enorgullezco de que eso es gracias al arduo trabajo del que os hablaba antes. Puede decirme las barbaridades que quiera, en el momento claro que me humillarán, que me harán pasar vergüenza y hasta me hagan llorar, pero solo en la capa superficial, diga lo que diga no puede dañar mi autoestima. Me puede decir que soy basura, a nadie le gusta que le digan esas cosas, pero más allá del sentimiento de humillación, esa palabra no puede calar más en mí. Yo sé que no soy basura, sé qué quiere conseguir de mí en ese momento, sé que Él no lo dice porque lo piense de verdad, sé que quiere provocar una sensación, no ir más allá, por lo tanto eso no profundiza en mí. Cuando todo termina y vuelvo a ser Su princesa, lo que he sentido momentos antes se evapora y desaparece. Pero esto no es algo que apliquemos solo a la D/s, es algo que debemos aplicar a nuestras vidas. Dejamos que los demás con sus opiniones subjetivas nos influyan demasiado. Te dicen que eres fea y te sientes fea, te dicen que eres tonta y te sientes tonta, en vez de tener una imagen sólida de lo que somos, de las cosas buenas y malas que tenemos para no dejar que nos manejen con sus comentarios. Si te consideras una persona inteligente que te digan tonta no va a afectarte más allá de que te duela que alguien sea tan cruel como para decirte algo así, y si por ejemplo crees que eres soberbia y alguien te lo dice, tampoco te va a molestar, es algo que sabes que eres y que estás trabajando en ello para solucionarlo, más no puedes hacer.
Adoro sentirme pequeñita ante Él pero no soy pequeñita (emocionalmente, físicamente sí que lo soy jaja), adoro que me insulte, pero no soy esos insultos, adoro que me diga que no merezco nada pero sé que lo merezco todo, al igual que todos… Para empezar sé que Él es una gran persona que jamás pretendería hacerme daño, pero el resto del mundo no los conozco, no sé por qué dicen las cosas. Ponemos el poder en manos de otros, no hablo de Amos, hablo de las personas en general, nos empeñamos en ignorar que los que le damos fuerza y significado a las palabras somos nosotros. El sufrir y sentirnos mal es cosa exclusivamente nuestra. Todos hemos pasado y pasamos momentos en los que nos sentimos fatal, con la autoestima hundida, pero eso no es excusa, no nos podemos pasar la vida lamiéndonos las heridas, lamentándonos por el daño que nos han hecho. Hay que sacar fuerza de donde no la vemos y mirarnos al espejo con el valor suficiente para decirnos lo malo y lo bueno que tenemos. Esa es nuestra mejor defensa, nuestra mejor táctica de vida.
Cuando me humilla, me humillo. En ese momento las palabras me provocan unas sensaciones contradictorias que incluso pueden hacerme llorar. Pero no me hace daño, esas palabras no me hieren, no me afectan más allá de ese momento. Y lo mejor de todo es que algo que sí hacen es darme grandes orgasmos.
Soy de mi Amo, me he puesto en Sus manos para que Él disponga de mí. No voy a exigirle más cuidado del que Él crea que tiene que tener. El ser lo suficientemente fuerte para asumir lo que ello conlleve es un trabajo que debo hacer yo, por Él y por mí… por los dos.

martes, 24 de noviembre de 2015

No necesito ser salvada

Walking in my shoes - Depeche Mode (Subtitulada)


No se puede obviar, el debate está servido. Últimamente veo a mucha feminista atacando el BDSM, sinceramente nunca he entendido el defender una causa atacando otra. No voy a volver a hacer una lista del porqué mi relación no se basa en el maltrato, en este post ya lo expliqué, ni porqué el BDSM no tiene nada que ver tampoco… creo que, desgraciadamente, sólo me leeréis los que ya lo sabéis. Pero es que he escuchado esta canción, he leído su letra y no he podido evitar hacer un intento de abrirles la mente a los que intentan imponer su causa, sí, me van los imposibles. Jamás oiréis a una sumisa decir que todas las mujeres deberían serlo, aquí sólo cuenta la persona, lo que ella sienta. El BDSM no es una causa social, no es un movimiento que defienda nada, simplemente es una forma de vivir o de sentir individualmente. Cuando leo cosas como que el BDSM es resultado del patriarcado me pregunto: ¿Y qué más da?. Pongamos que los hombres sumisos sí tienen ese sentimiento de entrega alejado de los patrones de dominación masculina, es una tontería pero imaginemos que ellos sienten distinto a las mujeres sumisas, y pensemos que las mujeres que se sienten sumisas es por el resultado de una sociedad patriarcal… Me pondré yo como ejemplo, si yo necesito entregarme a un hombre por la influencia machista de la sociedad y con ello soy feliz… ¡¿Qué cojones importa?! Una vez una amiga psicóloga me dijo que algo es un problema cuando nos afecta negativamente al desarrollo de nuestra vida. Hasta ahora entregarme a mi Amo sólo me ha traído consecuencias positivas, antes de ser Suya estaba encerrada en casa sin hacer nada, llorando y con ganas de morir. Ahora adoro mi vida, tengo motivaciones y sueños, el día a día es genial y maravilloso ¿Y ahora viene una mujer a decirme que eso está muy bien pero que como es resultado de una sociedad patriarcal tengo que volver al hoyo del que salí negando todas mis necesidades emocionales y sexuales?¿En serio? Me parece una auténtica chorrada desperdiciar energía en reconvertir a las pobres sumisas del maldito BDSM, en vez de ayudar a las mujeres que de verdad piden ayuda, a las que sí son víctimas de algo que NO HAN ELEGIDO. No estoy dándoles la razón, todo esto es un supuesto, no creo que las mujeres queramos ser sumisas por un machismo arraigado, quizá alguna sí, ni lo sé ni me importa. Sólo digo que antes de intentar salvar a alguien pregúntale si quiere ser “salvado”. Esa superioridad, esa falsa compasión solo demuestran que repetís como papagayos que las mujeres son fuertes pero no lo pensáis en absoluto.
Y ahora viene mi parte favorita, esa en la que les digo que yo con 6 o 7 años ya jugaba con mi vecinA a que me dominaba, tengo la necesidad de pertenecer desde que tengo uso de razón y de una manera muy pronunciada, no con detalles, no, era una niña y quería someterme, quizá elegí a hombres porque quería que fuese dentro de una relación y soy heterosexual pero recuerdo fantasear igualmente con mujeres, necesitaba una figura autoritaria independientemente de su sexo. ¿Sabéis cuánto he llorado por sentirme un bicho raro?¿Por creer que jamás encontraría lo que necesitaba?¿Sabéis lo que es fantasear una y otra vez con un “dulce prohibido”? ¿Sabéis lo que es follar con chicos por intentar sentir esa entrega y no consegirlo?¿Sentirte sucia y asqueada porque esos hombres no querían poseerte solo querían meter sus pollas en caliente?¿Sabéis lo que es gritar sola en tu cuarto tirándote del pelo y golpeando almohadas por necesitar lo que necesitas y creer que está mal y que encima no lo encontrarás? No, no lo sabéis. Por qué no os intentáis poner en mis zapatos ahora que me siento protegida, cuidada y dominada. Ahora que ese sufrimiento se ha ido, ahora que por fin no muerdo almohadas de rabia e impotencia, por qué no os ponéis en mis zapatos para ver que yo solo quiero hacer con mi vida lo que me da la gana, me da igual el origen de lo que siento, me dan igual vuestras cancioncillas manidas y llenas de prejuicios. Invito a toda aquella que crea que soy una mujer maltratada a que pase con nosotros unos días, los que quiera y, tras ver la situación, tras conocerme y charlar con una café en la mano que diga qué opina.
No podéis intentar “liberarme” con armas llenas de represión, no podéis juzgarme sin conocerme, sin conocernos… Queréis salvarme de lo que creéis que es una prisión para llevarme a otra peor en la que me obligaréis a negar lo que soy y lo que necesito.
Os contaré un secreto, algo muy valioso: Lo más importante que tiene la sociedad en general son los individuos en particular. Si hay una mujer maltratada ayudádla, pero si hay otra que desea ser sometida y no sufre con ello dejadla vivir tranquila.
Soy una persona muy empática, puedo sufrir por personas que ni conozco, es decir, entiendo los movimientos que defienden a los que necesitan ayuda, PERO una cosa tengo muy clara, que yo sepa, tengo solo una vida y voy a vivirla a mi manera, no pienso sacrificarla por hacer más feliz a una sociedad que ha decidido que mi felicidad no es importante.

martes, 17 de noviembre de 2015

Adiós BDSM

Lana del Rey - Summertime Sadness


Últimamente tengo una especie de tristeza alegre. Estoy contenta porque empiezo a entender muchas cosas de mí, empiezo a ver qué soy y qué no, pero por otro lado me siento triste porque me alejo cada vez más de un mundo que me ha dado refugio en momentos en los que necesitaba algo a lo que agarrarme por no sentirme una loca a la deriva. Esa sensación que te invade cuando has vivido un gran verano, cuando has estado enamorada de un chico unos días pero sabes que era solo un amor de vacaciones. Estás alegre y triste a la vez, piensas que ha sido bonito pero que llegó su final. Así me siento yo con el BDSM, ya ha llegado el momento de alejarme de él, ahora que lo pienso desde que leí la primera vez sobre este tema supe que algún día acabaría, creí que sería en forma de ruptura con mi pareja, pero hoy veo claro que con quién rompería sería con las siglas. Nos empeñamos en encajar en un mundo, cuando no hay que encajar en nada, simplemente tienes que encontrar tu manera de ser feliz. Yo para serlo tengo que soltar los títulos y las normas del BDSM. No soy una sumisa, ni soy una esclava, solo soy una puta a la que han sometido. Quizá vosotros desde fuera penséis que aunque diga esto cumplo los requisitos, que aunque lo niegue pertenezco al BDSM, y es cierto que nuestra relación se parece bastante a una relación BDSM, pero luego hay puntos que son contrarios, puntos en los que no siento que encajemos, ni por prácticas ni por carácter. No veo justo que defienda una y otra vez que soy sumisa cuando no lo soy. Llamo Amo a mi Amo porque le pertenezco pero no es un Dom, solo es un hombre con una mujer en propiedad. No se rige por normas ni está interesado en aprenderlas. Sinceramente no sé lo que somos, ayer le decía a una amiga que deberíamos crear otra forma de vida, porque no nos sentimos como debería sentirse una sumisa. Y no hablo de dolor ni nada de eso… quiero pertenecer con naturalidad, sí como si fuese natural pertenecer a una persona, sin consenso ni dogmas. Estoy cansada de analizar todo. Que si consenso, que si aftercare… me gusta que me humille, me azote, me folle el culo sin piedad y que después me dé un beso y me diga: “Apaga la luz”, sin más historias, esa sensación de que ese es mi papel, de que no tiene por qué darme el beso siquiera, que podría darse la vuelta y ni abrazarme para dormir. Habrá quienes penséis que eso es maltrato, pero es que yo no soy débil, tras una humillación, tras sentirme la puta más sucia de la ciudad no me siento mal, no me quedo devastada. Toda la vida he creído que era débil, que necesitaba que alguien me cuidase, pero poco a poco he ido sacando una fuerza increíble, pocas cosas me hacen daño auténtico a estas alturas. Me siento lo suficientemente fuerte como para entregarme sin condiciones ni límites, sin caricias después de una humillación. Soy fuerte mirándolo desde mi sitio, a Sus pies. Me siento feliz cuando lo veo disfrutar sin preocupaciones, sin que por Su cabeza pase ni una vez: ¿Esto está bien?¿Lo hago bien?
Veo que soy referente para algunas sumisas y no me parece bien, yo no hago las cosas ni me rijo por los estatutos bedesemeros, por lo que no veo bien seguir engañando diciendo que soy parte de este mundo. No soy una sumisa, no soy una esclava, solo soy una pertenencia. El otro día me dijo: “Te jodes, es la vida que has elegido, mejor dicho, es la vida que te ha tocado”. Y es cierto, es la que me ha tocado, me da igual si está bien o mal, si esto es BDSM o maltrato, es la única forma que tengo de ser feliz. Ojalá fuese sumisa, ojalá fuese tan fácil que mi cerebro aceptara esa definición… pero hay cosas que no me encajan, a veces en twitter tengo la sensación de ir contracorriente, como si fuese el loco del chiste, sí ese que anuncian por radio que un camicace va en dirección contraria por la autovía, el loco mira por la ventanilla y dice: ¿Uno? Y otro y otro y otro… Ha llegado el momento de admitir que el camicace soy yo, que la que interfiere y va al revés soy yo. Que no puedo dar lecciones de un mundo al que no pertenezco. Quería encajar, no sé por qué tenía esa necesidad, como si no estar dominada bajo el manto de BDSM no fuese estar dominada. Buscaba un mundo en el que existir cuando donde existo es en nuestro mundo. Quizá creáis que esto son desvaríos, que estoy loca, o simplemente confusa, pero cada vez tengo más lucidez, cada vez veo más claro que hay que huir de las casillas y la norma.
Soy fuerte, no necesito protección aunque me dejo proteger, puede hacerme lo que quiera que nada me romperá. Por esto es tan importante construirse a una misma, porque así puedes estar tranquila de que nada te destruirá. Él no tiene que estar preocupado de pasarse o no llegar, Él solo debe de preocuparse de hacer lo que quiera. Si creéis que esto que digo es una locura, pensad que el resto de mundo no te quiere como te quiere tu dueño, que el resto del mundo no va a darte caricias y mimos después de putearte. Estoy harta de sufrir con cordón de seguridad. Tengo claro que mi Amo me quiere, y que jamás cruzará límites muy extremos, pero a mí eso me da igual, si quiere hacerlo que lo haga, estoy harta de sentir que en mi vida hay sentimientos y sensaciones que nunca aparecerán. Quizá de verdad no tenga que pasar por ciertos sufrimientos, pero quiero dejar de sentirme inmune. Como si antes de nacer me hubieran vacunado contra el dolor real. Cuando mi abuelo murió, el dolor fue horrible, porque nunca pensé que tuviera que enfrentarme a eso, como si en mi mundo de fantasía las personas a las que quiero nunca fuesen a morir. No voy a vivir asustada, pero tampoco voy a vivir como si nada fuese a cambiar, como si no fuese a sufrir más de lo que he sufrido hasta ahora.
Bueno, que me enrollo. Entiendo que esta entrada os provoque opiniones contrarias, que creáis que esto no está bien y bla bla bla… la libertad de expresión existe y podéis ejercerla pero ya os aviso que no necesito que me abráis los ojos, ni me protejáis… esto es mi vida y la vivo como me da la gana.
Y ya lo sé, aquí hay cosas que no son BDSM, por si no ha quedado claro, de eso iba la entrada.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Qué hemos hecho bien

La letra de esta canción es perfecta para esta entrada. Si vais a amar a una persona, amad todo de ella, sino dejádla ir...


John Legend - All of Me


Parece mentira cómo pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando empezamos este proceso, cuando empezamos a ser verdaderamente nosotros. Pero ya hace 7 años de aquello y ahora me parece un sueño lo que vivo, esto ha superado con creces mis expectativas y parece que cuando estamos en esta ensoñación olvidamos que no siempre fue así, que muchas cosas pasaron por el camino, muchas lágrimas derramadas, muchas angustias, muchos momentos en los que creía que todo se iba a la mierda. Pero aquí estamos, con una relación sólida y con futuro, por pasarnos nos ha pasado de todo, a estas alturas creo que lo único que puede acabar con lo nuestro es que se canse de mí. Analizo cómo hemos llegado hasta aquí, habrá muchos pasos mal dados, pero también aciertos. Qué es lo que nos ha funcionado, cuál es nuestro secreto… hay varias cosas que creo hemos hecho bien, por un lado creo que siempre hemos estado unidos, hasta en las discusiones, si en cuanto surge agún problema nos individualizamos, apartamos al otro, no lo dejamos participar de nuestras angustias, si cuando nos peleamos vemos al otro como enemigo estamos perdidos… Este fue mi error durante mucho tiempo, cuando surgía una discusión o estábamos en desacuerdo en algo creía que era posible que acabara en ruptura. Pero Él me enseñó que no, que las discusiones son discusiones, son situaciones que todos vivimos, que no le pareciera algo bien no significaba que quería acabar conmigo, que los momentos malos también existen dentro de la felicidad. Creo que es importante que también nos hemos dejado ser personas. En general somos muy conscientes de la debilidad humana, de las carencias, sabemos que nadie es perfecto, pero a la hora de la verdad es lo que le exigimos a los demás, sobretodo a nuestras parejas, no nos permitimos ni una sola debilidad. Sería algo así: "Sí, yo sé que los humanos podemos ser orgullosos pero tú no puedes serlo, porque tienes que hacerme feliz y feliz me haces cuando dejas de ser humano y eres perfecto". Hablo de las personas en general, pero en las relaciones D/s creo que está aún más marcado. Queremos una relación D/s en nuestras vidas, pero obviamos que en esa frase está la palabra “relación”. Veo sumisas y Amos buscando a la sumisa y al Amo perfecto. Una absurda fantasía. Creo que por eso las sumisas suelen preferir a Amos mayores y con muchos años de experiencia, como si esos años lo hubiesen convertido en EL AMO sin carencias ni defectos, en ningún sentido. No toleramos la “debilidad” dominante. Si no aceptamos que esto va a ser un camino juntos, que ninguno de los dos es perfecto, que surgirán discrepancias, momentos duros, si no nos permitimos equivocarnos no habrá camino juntos, o no será muy largo. La unión y la confianza entre un Amo y una sumisa ha de ser lo más intensa posible, lo que implica sinceridad absoluta, el Amo debe confíar tanto en ti como para sentirse igual de cómodo enseñándote sus fortalezas como sus debilidades, porque las tienen, todos las tenemos. Pertenecer es duro, pero me imagino a un Amo manteniendo el tipo, guardándose sus angustias para sí mismo, creyendo que tiene que ser un personaje perfecto siempre y realmente me da pena, eso no es vida. Mucho hablamos las sumisas de lo que nos gusta que nos protejan, de que nos abracen y nos digan que todo irá bien ¿De verdad creéis que eso no es una necesidad que tiene todo el mundo, sea cuál sea su raza, su sexualidad, su posición…? Es cierto que mi Amo ha necesitado muchas menos veces que yo ese consuelo, pero lo he amado igual o más cuando lo he acurrucado en mi pecho y le he asegurado que nada va a pasar. Si después de eso vuestra mirada hacia el Amo cambia, si lo creéis más débil por tener una necesidad humana de cariño y protección, entonces os pediría que dejaseis de buscar Amo, nunca vais a entender el significado de estar unidos, puede que destrocéis a quien se os acerque. Suelo ser condescendiente con muchas cosas, pero con esto no. Yo veo y siento a mi Amo como un dios, pero soy muy consciente de que no lo es.
Y por último hablaré del poco a poco, de los pasos del camino. Cuando le confesé lo que era y Él aceptó intentar este tipo de relación, fui tan idiota de pensar que al día siguiente todo sería como en mis sueños, protocolos, perversiones… pues no, todo fue muy lento porque así es Su ritmo , le gusta asentar bien antes de avanzar más. Mi impaciencia me volvía loca, pero Él tiraba de mi correa “Quieta perrita, despacito” así me he sentido estos años. Ahora Su dominio lo inunda todo, pero no fue así desde el principio. Los protocolos han ido apareciendo muy lentamente. Creo que hasta que no llevamos cuatro o cinco años de relación D/s el “Usted” no apareció. ¿Y siempre fuimos a mejor, a más? No, también tuvimos que dar pasos atrás. Hace poco esto mismo lo decía una pareja en twitter y sinceramente me alegré por ellos, si eres capaz de ver que ante un muro no hay que estrellarse y acabar con todo, sino que hay que dar unos pasitos atrás, analizar bien el muro para saber cómo pasarlo juntos, si eres capaz de eso, es que vas por muy buen camino, es que estás en una relación real en la que, más que los protocolos y los nombres, valen las personas, sabéis que queréis estar juntos y que juntos encontraréis la manera. Pero voy a otra pregunta ¿Por qué tenemos tanto miedo a equivocarnos?¿Por qué queremos un seguro de que todo saldrá bien para dar cualquier paso?¿Es que la vida nos arrea con una espada y en cuanto echamos marcha atrás nos la clavamos? No, no pasa nada, el conocimiento real no está en los libros, está en el ensayo y error. Aunque tengo una buena noticia para todos aquellos valientes que quieren atreverse y vivir sin miedo a tener que recular en algún momento: los pasos atrás no existen, no existen porque los que vuelven a la casilla anterior no son los mismos, ni sus circunstancias tampoco. Imaginemos a un investigador médico buscando una cura para una enfermedad. Sabe que parte de la fórmula está bien y le añade un nuevo ingrediente que cree funcionará. Pincha a la rata enferma y la rata muere. Tiene que volver a la fórmula inicial, pero ya sabe qué ingrediente no funciona, ya ha experimentado el error, ya sabe qué razonamientos equivocados lo llevaron a él. Conclusión: en la vida nunca se dan pasos atrás, sólo hay dos opciones, quedarte atascado o seguir adelante. Imaginemos al mismo investigador rompiendo probetas lamentándose de haberse equivocado, lamentándose de la rata muerta, jurando que no volverá a intentarlo por miedo a volver a errar... si elige esta opción es suguro que jamás encontrará la fórmula correcta.
Nosotros dimos “pasos atrás”, hubo un momento en que me dijo que no le llamase Amo, que no le hablara de Usted ¿Sabéis lo que me dolió? No dejó de dominarme del todo, pero quiso quitarme de la cabeza mis tontos patrones. Lo pasé muy mal, creí que todo había acabado, que volvíamos al principio, la misma sensación que cuando en la oca caes en la muerte y vuelves a la casilla de salida pero con una desilusión y desaliento reales. Ahora con la perspectiva del tiempo sé que no sólo no fue un paso atrás, sino que fue un gran paso hacia delante.
La moraleja de todo esto (y la digo sabiendo que también me la tendré que repetir a mí misma de vez en cuando): Dejad de imaginar la vida perfecta, sin sufrimientos, desilusiones, obstáculos, con el Amo perfecto que te guía sin vacilar, que jamás decae, que no sufre, que no se angustia, dejad de imaginar la vida que creéis os hará felices… y vivid.

martes, 3 de noviembre de 2015

La comunidad

No me gustan las comunidades, me parecen grupos sectarios
Quien me conoce sabe que soy una persona muy social, me gusta hablar, relacionarme, conocer gente nueva… pero no me gustan las comunidades, no me gusta que me digan que si formo parte de un grupo no puedo ir con otros o pensar de manera distinta. Por eso odio la comunidad BDSM, por separado esas personas pueden ser maravillosas, pero juntas crean un grupo lleno de doctrinas, de frases y comportamientos hechos para sentirnos especiales, para mirar a los que nosotros llamamos “vainillas” por encima del hombro: vosotros no tenéis estas sensaciones, vosotros sois aburridos, vosotros no disfrutáis como nosotros. La comunidad BDSM es una comunidad prepotente y entiendo perfectamente el porqué, es una defensa, te sientes raro, extraño, distinto al resto y,antes de que te juzguen, los juzgas tú a ellos. Y ahí está el problema, dividimos en grupos simplistas: los bedesemeros y los vainillas, los raros y los normales, los pijos y los hippies, los tontos y los listos. Siento deciros que ojalá fuese tan sencillo. Una persona no es solo una cosa, yo no soy solo sumisa, yo no soy solo pija, yo no soy solo espiritual, yo no soy solo rara… todos tenemos muchos componentes, tú llamas raro a uno porque le gusta ir vestido de negro y quizá tú lleves el pelo rosa. No hay grupos, sé que en ellos nos sentimos seguros y protegidos, pero no hay grupos que valgan, estamos solos y no hay nadie más especial que otro, ya que todos lo somos.
Me gusta ir a fiestas BDSM, en ellas actúo según los protocolos, trato con respeto a los Doms, pero no me siento parte de ese grupo, al final solo estamos mi Amo y yo en una fiesta, relacionándonos de manera positiva, jugando y riendo… pero no nos integramos del todo. En mis fantasías siempre he soñado con esa comunidad, como la de O, todos sabiendo cuál es su sitio, todos bajo unas mismas directrices y siguiendo los mismos protocolos. Pero eso es una utopía. La realidad es que mi Amo jamás me dejaría sola en un castillo lleno de dominantes porque no puede estar seguro de que ellos estén a la altura de esa responsabilidad.
Cuando conocí el BDSM, mucho más tarde de lo que conocí mi sumisión, tuve la esperanza de haber encontrado mi sitio y me estoy dando cuenta del daño que me hizo eso, cuando quieres pertenecer a un grupo renuncias o cambias partes de ti para encajar. Olvidé quién soy, que soy algo más que una sumisa dentro de una comunidad, olvidé que aunque esa comunidad me rechazara no dejaría de ser sumisa. ¿Cómo ha de ser un Amo?¿Cómo una sumisa? Da igual, aquí no te tienen que dar un título para vivir lo que te salga de las narices.
Qué malo es querer que nos acepten, que malo es que te digan que lo bueno es que te acepten. Hoy había un debate en twitter sobre si se considera Amos a los más serios o a los cachondos. Yo pensaba en mi Amo, Él a veces es serio, a veces divertido… ¿Cómo lo considerarán las sumisas que lo conocen? Pues os voy a decir una cosa, importa una mierda como te consideren las sumisas en general. Da igual si eres la mejor sumisa del mundo o el mejor Amo, si no es tuya, ni él te domina no sois nada el uno para el otro. He visto muchas veces cómo se critica la actitud de algunos dominantes de ir dándole órdenes a todas, pero también he visto como esperamos que un dominante tenga una actitud concreta en general, fría, distante y controladora. Buscamos Amos para nuestra comunidad, no a nuestro Amo. Qué más da si consideráis a un hombre Amo o no, si su sumisa se siente dominada vuestra opinión es humo. Entiendo el querer crear una comunidad, sentirnos unidos, pero no os confundáis, no somos sumisas y Amos, somos personas, cada una de su padre y su madre, unos con mentes más abiertas y otros con las mentes más cerradas… es imposible hacer piña, amistades sí, pero piña no.
Las personas que he conocido en este ambiente me han parecido geniales, me gusta hablar y sentirme comprendida, pero de ahí a necesitar la aprobación de la comunidad va un paso my largo. Hubo una época en que me sentía muy aceptada en la comunidad BDSM, se me consideraba una buena sumisa e importaba lo que yo decía. Pero cuando estaba a solas con mi Amo no me sentía así, no me consideraba una buena sumisa, porque no lo era. Entonces… ¿Para qué me servía ser una sumisa en la comunidad si no lo era con mi Amo? Veis a lo que me refiero, ser algo en la comunidad no sirve para nada, esforcémonos más en ser lo que queremos ser en nuestra vida, cuando estamos a solas con nosotros mismos.


Soy de mi Amo, me da igual ser sumisa, esclava, perra... soy lo que Él quiera que sea. Y si yo me he entregado es Amo. No hay más opiniones que importen.

viernes, 30 de octubre de 2015

El miedo

Ya que estas fechas son las del miedo por excelencia haré lo propio y hablaré de él.
El miedo es un sentimiento curioso, por un lado lo consideramos una de las peores sensaciones pero por otro lo buscamos. Como en todo hay niveles que nuestro simple vocabulario se encarga de ignorar. Yo puedo decir “Mi Amo no me da miedo” y “Mi Amo me da miedo” y estar diciendo dos verdades. Una de las cosas que más me sorprendió cuando descubrí la comunidad BDSM es el rechazo que se le tenía al miedo, eso me confundió bastante ya que para mí era una de las mejores partes. Cuando leo a sumisas diciendo que sus Amos no le dan miedo, que en cuanto se lo diesen todo acabaría me quedo con los ojos como platos. O son muy valientes o no son conscientes de a lo que se están exponiendo. Mi Amo es una de las tres personas en las que confío ciegamente. No es una cosa de ahora, viene ya de cuando éramos novios… pero por mucho que confíe en Él y sepa que sabe hasta dónde llegar, cuando estoy en la cama atada, veo a un hombre más grande que yo, mucho más fuerte que yo, con un montón de elementos diseñados para causar dolor a su alcance, es más, tú sabes que no es que cabe la posibilidad de que algo te duela, es que sabes seguro que eso ocurrirá y tú estás atada, inmovilizada, sin posibilidad de huir. En esas circunstancias siento algo tremendamente humano y natural llamado miedo. Tiene gracia que desde fuera me puedan juzgar por exponerme a algo así, pero hay personas que se tiran de un puente y es totalmente normal… Tenemos muy asumido que hay personas que practican deportes de riesgo por el subidón de adrenalina que les supone exponerse. La adrenalina la provoca el miedo, antes de tirarte de un avión a no se cuántos kilómetros de altura te da miedo, te tiras, pero te da miedo. Pero en BDSM no se puede tener miedo, no, te expones a torturas y humillaciones y debes de hacerlo desde un estado sobrehumano de paz y tranquilidad provocado por la supermegaconfianza en tu Amo todopoderoso… Pues os voy a contar un secreto: sólo somos humanos y tener miedo forma parte de ello.



Me resulta muy curioso que en términos generales se hable tanto del “no tener miedo” en BDSM, pero con todas las sumisas que he hablado un poco más largo y tendido, todas han contado situaciones, elementos, etc… que le daban terror. Soy una pesada recordándoos que no soy masoquista, el dolor no me gusta, lo odio, pero justo es el miedo que le tengo lo que hace que lo busque y me "guste". Las noches que sé que me va a castigar subo las escaleras hacia el dormitorio llena de miedo, llena de adrenalina por lo que sé que ocurrirá, me excita. Durante el castigo todo eso desaparece por el propio dolor y cuando termina vuelvo a disfrutar por lo que simboliza haber sido castigada. Si de mi vida quito ese miedo, el dolor dejaría de interesarme.
Como digo hay niveles de miedo, entiendo que lo que se defiende es que no se debe de temer al Amo como una esposa maltratada teme a su marido. Pero si tenemos asumido que el BDSM es todo lo contrario al maltrato, deberíamos dejar que las emociones fluyesen. Yo temo a mi Amo, a la vez que sé que es la persona que más me protege. Es una contrariedad deliciosa, adoro estar en el sillón justo antes de subir al castigo, entre sus brazos, sintiéndome más segura que en ningún sitio y que me pregunte: “¿Tienes miedo?” No, Amo “Pues deberías”.



A veces parece que nos olvidamos de qué va esto, va de estar en inferioridad de condiciones ante una persona que tiene poder sobre ti, y le temes, pues claro que le temes, al igual que temes a tu jefe en el trabajo, al regaño de tus padres cuando eres niño. ¿Estoy diciendo que el Amo es un ser que te aterroriza? NO, estoy diciendo que si entre muchas de las sensaciones que un Amo provoca (protección, cariño, placer, dolor, orgasmos, felicidad…) está el miedo, no pasa nada. Ahora, si es lo único que nos provoca, ahí sí hay un problema.
Hay que aceptar el miedo como parte de la vida, lo que sí hay que evitar SIEMPRE, en BDSM y en general, es hacer las cosas o tomar las decisiones por miedo.

miércoles, 28 de octubre de 2015

El día que azotar otro culo le gustó más

Siempre digo que no soy celosa, bueno, alto ahí, no voy a ir de doña perfecta, sí lo soy pero no en el sexo.


Ver cómo mi Amo está con otra mujer, aunque sea sumisa, no me pone celosa, entiendo que el sexo no es exclusivo para mí. Pero ¿Y en lo cotidiano?
Tiendo a pensar que ya lo sé todo ¡Vaya engreída! pero simplemente es que cuando resuelvo todos mis conflictos internos y me siento en calma, soy tan tonta que no pienso que lo que he hecho es resolver cuestiones que me han surgido hasta ahora pero, que no vea otras, no significa que no existan. Me creía con la vida resuelta, el Amo perfecto que me quiere con locura, que además es mi marido, con el que vivo, es el padre de mis hijas… todo esto me da una sensación de seguridad impresionante, me siento especial para Él, única. Un día tras azotar otro culo le regunté: ¿Le ha gustado más azotar su culo, Amo? "Sí, tiene un culo mejor que el tuyo para azotar". Esa frase no me dolió, ni me puso celosa, soy consciente de que cada uno tiene unas características y sería como enfadarme porque una chica tiene los ojos azules y yo marrones. Simplemente es que esa frase resuena en tu cabeza y, más tarde, de alguna manera extraña, se relaciona con otra conversación y ya tienes nuevos sentimientos que aceptar.
Por la noche conversábamos, hablábamos de ilusiones comunes, de fantasías que probablemente nunca se cumplan… decíamos cómo sería convivir un tiempo con otra sumisa, hablábamos de lo divertido que sería, de las situaciones comunes, lo mucho que nos querríamos los tres… ese hablar por hablar. Al imaginar esa situación comprendí que a lo que me aferro es a la cotidianidad. Él puede tener sexo con otra, pero el beso al llegar del trabajo es mío. Lo imaginé teniendo esos gestos con otra y aparecieron los celos. Esos celos me llevaron a otro sentimiento: el sentimiento de que puede que lo que siente por mí algún día termine, o que algún día yo deje de ser la especial. Qué duro ¿Verdad? Yo le dije que estaría bien un tiempo, sabiendo que ella después se iría, que tendría que vivir su vida, pero Él dijo la frase que me hizo ampliar un poco más mi visión: “Para mí sería muy duro, es algo así como dejar marchar a un hijo” Esa frase me hizo quererlo un poco más, me corroboró que ve esto con la misma profundidad que yo, que distingue muy bien entre jugar y ser Amo, pero también me imaginé viviendo con otra sumisa. Al principio yo sería la especial, la veterana, pero poco a poco puede que el sentimiento hacía ella aumentara, lógicamente: la convivencia, el roce, el cariño… llegaría un momento que los sentimientos hacia las dos se igualaran, yo ya no tendría ventaja. Puede que los tres juntos fuésemos felices, pero puede que yo echara de menos ser la única, y entonces qué ¿Y si dándole a elegir, el sentimiento por la otra fuese más fuerte? Todo habría acabado para mí. Es fácil decirle, echarle en cara que eso no es lo que acordamos, que la deje porque yo estaba primero, que el pacto fue conmigo… pero los sentimientos no se pactan, no se acuerdan, no se pueden preveer.
Evidentemente todo esto es elucubrar, puede parecer una tortura gratuita, pero no. No me siento mal hacia estas nuevas sensaciones que he tenido, al revés, he comprendido un poco más lo importante que es trabajarse y madurar. No se pueden hacer las cosas a la ligera, no se pueden tomar las decisiones sin meditar, simplemente por “lo divertido que será” tienes que tomar las decisiones siendo muy consciente de las posibles consecuencias, sabiendo que algunas pueden no gustarte o cambiarte la vida para siempre. Eso no quiere decir que no las tomes, es solo que evalúes si estarías preparada para asumirlas, si es así, adelante, disfruta. Si no, espera a estar preparada o no lo hagas, luego no valen las recriminaciones, no vale hacer culpables a los demás de las decisiones que tú tomaste, de cómo se desarrolla la vida.
También me gusta la sensación de "miedo" ante la posibilidad de perderlo. El miedo, bien llevado, no es algo negativo, es una sensación que nos mantiene alerta, que nos prepara para que suframos lo menos posible. No voy a pasarlo mal por pensar que esto puede acabar, pero sí, si algún día ocurre, estaré algo más preparada, o al menos no me pillará por sorpresa. Disfrutaré el momento, sin asustarme por el futuro, pero lo disfrutaré con consciencia y con la mayor madurez posible.


Todo esto son cosas que me planteo yo, en mi relación. Es cierto que soy una esclava y debería acatar lo que mi Amo dijese, y en general lo hago, pero nuestra relación tampoco es la de un Amo y una esclava normal. Es mi marido, convivo con Él, tenemos hijas... así que en este punto los dos tenemos claro que introducir a una tercera persona ha de ser una decisión conjunta, ya que no sólo afectaría a nuestra pareja, afectaría a nuestro mundo.

lunes, 19 de octubre de 2015

La sumisión es una putada

La vida es bonita pero dura, ser feliz es sencillo y a la vez tremendamente difícil. Me encanta mi vida, adoro la relación que tengo, pero no es fácil. Y no, no hablo de la dureza de los azotes, de las lágrimas por esa pinza que no sale por más fustazos que dé, hablo de que, de los siete años que llevamos como Amo y sumisa, cinco nos los pasamos hablando, asentando las bases de una relación bastante compleja y delicada. Y aún así aún salen angustias y conversaciones complicadas, aún hay ajustes que hacer, cosas en las que terminar de encajar. Ha sido duro para los dos, cada uno ha tenido y tiene sus miedos y tristezas. Cuando hablo con alguien que me dice que le gustaría tener una relación como la nuestra yo siempre le advierto que será muy complicado y que a veces lo pasará mal, al margen del dolor, siempre hablo al margen del dolor. En ese momento, cuando están idealizando mi relación relativizan ese sufrimiento, no será tan malo cuando a ella le gusta. Pero un día esa angustia se les manifiesta y les parece algo espantoso. Tú les dices, a eso me refería, no pasa nada, es parte del proceso, estos eran los momentos duros de los que hablaba… esto no va de aguantar 100 azotes y no aguantar ni una sola hostia a nuestro ego.



Digamos que en mis 28 años de vida he vivido mi sumisión desde los 7 años hasta los 15 y de los 21 a los 28. En esos años he tenido momentos muy duros, no es algo que vaya con tener Amo, es algo que forma parte de mi tipo de sumisión, una sumisión de alma, pero en los años en que la ignoré no había momentos de tanta dureza porque la tristeza era suave y constante, era una depresión. ¿Tan importante es la sumisión como para deprimirte por no sentirla? No, lo que sí es importante es ignorar quién eres. Confesaré que las personas que creen que esto es un juego me enfadan, no es algo personal, no es juzgarlos, simplemente es que me enfada que no valoren que hay otros que no tenemos más remedio, que llevamos esto dentro como si fuese uno de nuestros brazos. Puedes dejar de usar tu brazo, puedes incluso amputártelo pero siempre lo notarás, por mucho que aprendas a vivir sin él, la pena de que ya no está te acompañará siempre. Siempre me ha gustado compararme con los homosexuales, son lo que son, no es un juego, no es un teatro, es un sentimiento. Yo no puedo dejar de sentir mi sumisión, aunque realmente creo que si algún día lo nuestro acabase no querría volver a ser sumisa. Sería demasiado duro, demasiado difícil volver a pasar por todo lo que hemos pasado para conseguir la magia que tenemos. Creo que preferiría estar sola. En la vida hay opciones, siempre hay opciones y somos totalmente libres de escoger la que queramos, no hay opciones correctas o incorrectas, solo opciones. Si esto terminase creo que mi opción sería no entregarme a nadie más, mi opción sería cortarme el brazo y sentir su triste presencia invisible.



No, no empecé en el BDSM porque fuese divertido, porque hiciera mi vida más emocionante… entré obligada por mi condición, me entregué porque escogí la opción de ser feliz. Y ser feliz no es vivir dentro de un anuncio de galletas, todos sonrientes y contentos todo el día, ser feliz es ser consecuente, es crecer, es disfrutar de lo bueno y también de lo malo.
Siempre he defendido que en términos, el BDSM se ha quedado obsoleto, no me identifico con el BDSM que ahora se practica, no creo que represente el sentimiento que hay en mí, no es una comunidad que valore lo que eres. Aquí valen las agujas que te claves, los azotes que soportes, las agujas que claves, los azotes que des, da igual si al día siguiente puedes acabar con todo y seguir tu vida como si nada hubiese pasado. No hay comparación, lo siento, pero no la hay. Esto es mi vida, no permitiré que se me compare con otras, no permitiré que se nos compare con los estereotipos que hay de un Amo y una sumisa. Me da igual todo, no es lo mismo, y estoy harta de hacer como si nada me afectase, de ver como aquí se cambia de sumisa como el que se cambia de calzoncillos, como se cambia de Amo como de bragas. No lo entiendo, lo intento, pero no lo entiendo. Queráis verlo o no, el BDSM se basa en compromiso, puntualizo, en un compromiso muy exigente. Esto no es que a la primera que os tocan el ego os replanteéis todo. Esto va de sentimientos, los rollos de discoteca aquí no valen. Y no lo juzgo, entiendo las necesidades físicas, pero sabiendo lo que haces, si tienes un “rollo de discoteca” tenlo consciente de lo que es, no lo disfraces de sentimientos, no vendas la moto de que es entrega o auténtica dominación, es saciar superficialmente una necesidad interna.
Estoy harta del todo vale, pues no, lo siento pero todo no vale. Me vale todo menos la falta de compromiso, si no hay sentimiento no me vale. ¿No lo entendéis? Esto es lo que soy y estoy cansada de que gente que no lo entiende cree escuela. Muchos estáis haciendo el papelón de vuestra vida cuando, si dejaseis de pertenecer a algo simplemente por sentiros especiales, todo sería más sencillo. ¿Os sentís especiales por ser un Amo o una sumisa? Pues enhorabuena, porque la sensación que suelo tener es que es una putada como un demonio, y no lo digo por los castigos, el dolor… eso es lo superficial, a nivel interno es una putada. Ver la vida de otra manera, querer vivirla a tu manera, encontrar a la persona adecuada para ello, ser consciente de que muchos no te comprenderán, que tienes sentimientos que jamás podrás explicar es una putada como un castillo. Así que estoy harta de frases que hacen que esto parezca el país de la piruleta, estoy cansada de leer prácticas que ignoran sentimientos, estoy harta de que se mida tu sumisión por lo lejos que hayas llegado soportando el dolor… estoy harta de frases y debates intelectuales, os perdéis en el ego y la palabrería y os olvidáis de sentir, de ser sinceros con vosotros mismos. Quien quiera vivir una preciosa escena de novela, adelante, pero la vida es más sencilla, dura pero sencilla.
Somos especiales por lo que realmente somos, no por lo que queremos ser… Yo sé lo que soy ¿Alguien más?

martes, 13 de octubre de 2015

Volviendo al origen

Ultimamente reconozco que el blog me estaba agobiando un poco: ¿De qué hablo? ¿Qué podrá interesarles a los demás? ¿Les ayudará si hablo de esto, o pensarán que es una chorrada? ¿Les gustará cómo me explico? ¿Les pareceré una sumisa blanda o demasiado dura? ¿Estaré a la altura?... Tiendo a subir mi nivel de exigencia sin darme cuenta, tiendo a borrar los puntos de partida de mi recuerdo. El otro día me dio por meterme en mi primer blog, con su fondo más oscuro, aquel rincón en el que escribí por primera vez para desahogarme. No sé explicar la sensación… allí me sentía segura, el que nadie me leyera me daba una libertad única. No todo fue bueno, empecé ese blog para ayudarme, me sentía tremendamente perdida y aturrullada. Mi problema de autoestima estaba en su punto álgido y necesitaba un lugar en el que desahogar esa parte de mi vida que nunca he entendido, mi sumisión.


Siempre, desde niña, quise ser escritora, sueño que las profesoras de mi colegio se encargaron de aplastar: sí sí escribes cosas muy buenas pero has sacado un 7 en vez de un 10 ene l examen de memorizar como papagayos. Como véis me metieron que da igual lo "bonita" que seas, lo único que vale es ser perfecta. Ya en bechiller, en otro instituto, mi maestra de lengua me animó escribir, a seguir por ese camino. Pero ya era demasiado tarde, el sentimiento de que no lo conseguiría, de que requería un nivel que yo no tenía, la sensación de que no era apta para cumplir mis sueños se había instaurado en mí. Me tiré muchos años sin escribir nada, olvidé lo beneficioso que era. Y un día sola en casa, angustiada con sentimientos y palabras en el cerebro, decidí abrir un blog. Cuando publiqué mi primera entrada fue algo indescriptible, la nostalgia de mis relatos de infancia, la sensación de desahogo y lo bonito de la escritura volvió a mí. Nunca he sido una intelectual, soy inteligente pero demasiado impaciente como para controlar expresiones, como para seguir unas reglas al escribir… solo quiero plasmar mis emociones, nada más. Mis primeras entradas están llenas de comas, de acentos de más y de menos, de palabras que se repiten, de letras que faltan. Pero me daba igual, yo solo quería transmitir mis angustias, mis recuerdos y mis vivencias de la cabeza al teclado. Nadie me leía, no quería llegar a ningún sitio con ello. Pero llegó el día en que mi problema interno mejoró, empecé a valorarme, empecé a ganar la seguridad suficiente como para salir de mi rincón… y llegó "Azote y café". Para entonces yo ya estaba exigiéndome a otro nivel, ya sabía que me leían, la responsabilidad se posó sobre mis hombros haciendo que me costara mucho más escribir, tenía miedo a decepcionar…



Pero volví al rincón, por una noche volví al rincón, sentí de nuevo la intimidad, el resguardo, la protección… y lo supe, supe que tengo que rescatar esas sensaciones, volver a escribir única y exclusivamente para mí, es algo que me debo. Salí de una depresión, salí de una falta enorme de confianza, salí de una oscuridad horrible que me acompañaba desde muy pequeña… ahora en la luz no puedo ponerme unos listones que me hagan volver a recaer. Cuando volví al rincón me dieron ganas de quedarme allí, de acabar con todo esto, recluirme de nuevo. Y me dio miedo, es cierto que esos relatos me recuerdan cosas buenas pero también están llenos de inseguridades y angustias que hoy en día no tengo. Así que después de estos días dándole vueltas he entendido que la clave no es volver atrás, la clave es pensar en mí, seguir trabajándome, no perder de vista el porqué hago las cosas, no perder de vista qué me hace feliz, disfrutar de cada cosa que vivo y escribo sin listones ni metas. Un día estaba muy angustiada por si no conseguía mis objetivos, Él se dio cuenta y me preguntó: "Amo, sé que puedo llegar lejos, todos me decís que valgo mucho, que tengo lo que hay que tener para cumplir mis sueños, pero... ¿Y si no llego?¿Y si no es cierto? Me sentiría tremendamente mal y muy frustrada". Él muy serio me regañó, con uno de Sus regaños que no lo parecen, simplemente conduce tranquilo mientras te habla, mientras te dice lo injusta que eres con la vida, por no disfrutar de lo que ya te ha brindado. Una de Sus lecciones, que en el momento te angustian más que ayudar, porque no es lo que querías oír, porque te hacen ver que se te pasa la vida corriendo detrás de un galgo que ya tienes cogido por la correa, corriendo detrás de una felicidad que ya te rodea. Eso fue a finales de Agosto, desde entonces mucho en mí ha cambiado. No me presiono tanto, no me exijo ni me angustio por lo que aún no tengo y saboreo cada cosa que sí. Estoy adaptándome a la vida lenta y tranquila. Y eso lo pienso aplicar al blog también, cuando abrí “Azote y café” tenía muchas expectativas, muchas cosas que quería abarcar… pero olvidé mi origen.



Me váis a perdonar pero por un tiempo escribiré única y exclusivamente para mí.

martes, 6 de octubre de 2015

La elección

Puedes elegir, puedes elegir, una y otra vez hay frases que me recuerdan que puedo elegir, que puedo marcharme cuando quiera. Pero yo no quiero, no quiero vivir ese tipo de relación, quiero pertenecer a mi Amo igual que las esclavas en la antigüedad pertenecían, sin elección.
Me duele pensar que en el fondo muy fondo, tengo elección, me duele pensar que algún día algo no me guste y pueda dejarlo e irme. Aunque lo que más me duele es que sea Él el que crea que eso puede pasar. Para mí la situación ideal sería ser una esclava, sin poder decidir si irme o quedarme, tener que acatar cómo es mi Amo aunque algo no me guste. Las esclavas no elegían a sus Amos, no elegían si eran guapos o feos, si eran cariñosos o fríos… supongo que hablo así porque estoy enamorada de Él, porque es bueno conmigo, pero tenemos nuestras diferencias, diferencias que a veces me cuesta aceptar, que a veces se me hacen muy difíciles, sobretodo porque es complicado saber que eres tú la que, si no se llega a un acuerdo, tendrá que ceder.
Somos personas muy distintas, a veces nuestras personalidades llegan a una encrucijada, no es que alguno esté haciendo nada malo, no es que alguno de los dos esté siendo egoísta, simplemente son aspectos de nuestra personalidad que no son compatibles… y llega el dilema ¿Qué hacemos? Ese es el dilema aparentemente, pero en mí es un estallido de dudas y angustias. Si esto no se soluciona ¿Podré renunciar a esa parte de mí?¿Podré vivir sin esas situaciones en las que me siento bien? Y llega la elección, esa que odio, ese pensamiento de que si no me gusta puedo abandonar, puedo marcharme y hacer lo que me dé la gana. Es una charla conmigo misma, Él no está enfadado, solo me mira esperando a que mi conversación interior acabe y tome una decisión  Y no quiero, no quiero poder decidir, quiero acatar, quiero sentir que me entregué sin condiciones porque eso es lo que realmente me hace feliz, quiero esa realidad, dura, pero realidad. De pequeña no me sacrifiqué por nada, si algo no me gustaba lo dejaba a la primera, si algo me incomodaba abandonaba sin más, y ahora anhelo ese sacrificio, esa sensación de esfuerzo de entrega a algo, en este caso a alguien. El comportamiento que tenía no me llevó a nada, me gusta bailar pero por no sacrificarme no sé bailar, es esa sensación del sufrimiento por el bien mayor lo que busco en mi vida. Ahora cuando mi Amo me prohíbe hacer algo que me apetece mucho siento un poco de pena, pero una emoción se me coge en el estómago, me siento orgullosa de controlar mis demonios, de aguantar un momento malo por sentirme muy bien siempre, por sentirme Suya.
Quizá pueda parecer una loca, un zombie que acata sin más, que sigue al Amo sin cuestionar nada, pero no, cuestiono cada paso que doy, uso la razón, pero es que mi razón siempre llega a la conclusión del corazón. Puedo soportar las tempestades de la mente pero soy incapaz de sobrellevar la angustia del corazón. Y mi corazón sólo quiere pertenecer, es un corazón esclavo, por mucho que la mente dé vueltas a lo politicamente correcto. Ojo, no hablo del sentimiento hacia Él, no es que esté tan ciega de amor que no puede alejarme de Él. No, mi corazón siempre ha sido sumiso y esclavo, antes de Él, antes de todo, y ahora simplemente ha encontrado a una persona maravillosa a la que pertenecer.


Todo esto no es BDSM, no me cansaré de repetir que no me hagáis caso, lo que en este blog escribo es sólo una apreciación y un sentimiento muy personal, es sólo mi camino... si de mí queréis aprender algo, hacedlo de mi lucha incansable por ser la mejor versión de mí misma, mirando a la cara a mis demonios y diciendo alto y claro lo que siento, por muy locura que sea, por muy mal que os parezca. No tener elección es una barbaridad alejada de cualquier consenso, pero si es como me siento lo contaré ¿Acaso ocultándolo desaparecería?

viernes, 2 de octubre de 2015

Historias ajenas: Semen y champú

Hoy os traigo algo distinto y es que, llevo tanto tiempo viviendo con mis propias vivencias y fantasías, que a veces me desmotiva hablar y contar sólo cosas de mí. Por ello esta idea me encantó cuando mi amiga me la propuso. Ella me contaba algo que le pasó, y yo le daba forma. En "Contacto" tenéis mi correo por si queréis proponerme alguna historia que contar ¡Animáos! ¡Será divertido!


My Least Favorite Life - Lera Lynn


Sábado por la mañana, resacoso y soñoliento… estoy en una casa que no es la mía, en alguna calle perdida de Madrid. Sola, todos se han ido hoy. Me acerco al gran ventanal, cientos de personas desconocidas habitan las ventanas y las calles. Mi ropa va cayendo, quiero mostrarme desnuda, eso me excita, imagino esos ojos ajenos mirando mi cuerpo, mirando mis tetas, mis pezones… la excitación recorre mis venas, podría masturbarme ante la ciudad, en este gran ventanal.
Abro el grifo de la ducha, he intentado calmar mis ganas de tocarme con distracciones tontas, pero sé que sólo la ducha enfriará mi piel. Abro el grifo de esa inmensa ducha de hidromasaje, el agua cae, pero no sale lo suficientemente templada como para calmar mi ansia. Quema, aviva mi excitación, me miro en el espejo, veo mi cuerpo, mi cara pegada al cristal y sé que sólo un orgasmo acallará esas ganas.
Dejo que el agua corra, mi cuerpo se aclimata y ya no noto quemazón, me vuelvo a mirar en el espejo, con la espada arqueada, el culo ligeramente salido y las piernas abiertas. Y sale, mi puta interior sale.
Cierro los ojos, toca sentir. Noto como el agua cae en mi cabeza y baja lentamente recorriendo mi columna mientras pasa por mi culo y baja por mis piernas hasta perderse en el sumidero.
Puede que esté sola en ese baño, pero en mi cabeza no, en mi cabeza imagino que Él vendrá, me agarrará por detrás, me dará esas duras embestidas, esas embestidas que me hacen gemir como una loca, y su voz, esa voz en mi oído que me susurra por detrás: “¿Vas a callarte pequeña o voy a tener que follarte más fuerte?”.
Mi mente volaba y seguía notándole en la ducha conmigo, cada vez sentía más el calor de mi piel y menos el ruido de fuera, así que le seguía teniendo en mi oído.
"Arrodíllate, quiero lavar tu pelo".
Sus manos lavando mi pelo, Su polla delante de mi boca, las ganas de comérsela en mi garganta. Estoy inmóvil, deseo chupársela desesperadamente, pero no me muevo, sé que no debo hacerlo. Me quedo quieta, conteniendo mis deseos, esperando una orden que no llega. Vuelve a poner Su boca en mi oído : "¿Vas a ser buena y me vas a dejar follarte la boca mientras lavo tu pelo verdad?"
Joder como iba a negarme, era Él, jamás le diría que no a nada, asentí con la cabeza mientras no dejaba de mirarle a los ojos, esos ojos que me tenían tan absorta del mundo.
“Buena chica”.
Notaba la espuma cayendo por mi cara, el pecho y la espalda, mis ojos cerrados no sabían que se acercaba aquella polla que tanto deseaba comer. Su voz de nuevo en mi oído, me sobresaltó: "Shhhh mi niña, abre la boquita, quiero darte todo lo que te mereces".
Comenzó a follar mi boca lento y profundo, tan profundo como podía, pero no era suficiente, creo que nunca lo es, agarró mi pelo lleno de espuma y empujó, una y otra vez, más rápido. Mi mente era un torbellino de agobio y deseo, sí esa voz que te grita que pares esto, que te ahogas y la otra que le contesta: eres una puta quejica, sé agradecida y aguanta. Esas voces que me hacen ser lo que soy, Tuya.
¿Por qué Su recuerdo estaba allí tan real? ¿Por qué si yo seguía sola en esa enorme ducha? Si lo que recorría mi cuerpo no eran babas y espuma, solo agua ardiendo que me llevaba al orgasmo, a Su recuerdo...
Otra pregunta me metió de nuevo en mis recuerdos “¿La perrita quiere su leche?” esa pregunta que mi boca nunca contestó, pero mi cuerpo gritó: lo que quería todo de Él.
Abrí bien la boca, saqué la lengua esperando Su semen, pero decidió echarlo en mi cara… Noté como caía por mis mejillas, mi cuello y mis tetas. No esperé una orden para hacer lo que hice, no esperé que me lo pidiese, era tal la necesidad de untar mi piel con Él, con aquél líquido que me recordaba que era una sucia puta en la que correrse. Restregué Su leche por mi cuerpo, necesitaba embadurnarme con Su esencia.
El agua caía en aquella ducha del pasado mientras Él me besaba con uno de esos besos que musitaban: “Eres la mejor puta que jamás tendré a mi lado” y yo sólo podía estar agradecida a aquel hombre que me cuidaba y me excitaba.
El agua caía en aquella enorme ducha del presente, un orgasmo sacudía mi cuerpo, el agua en mi clítoris y los recuerdos en mi mente. Salí limpia y satisfecha.
Con una toalla enrollada al cuerpo me puse ante aquel ventanal, el sol parecía distinto, los desconocidos ya no me parecían tan excitantes, quizá porque preferimos a los conocidos del pasado por mucho que nos duela recordarlos. Me vestí, me pinté los labios de burdeos y miré a Madrid con una sonrisa de oreja a oreja, ya me has visto desnuda, ahora voy a desnudarte yo a ti, querida Madrid…

lunes, 28 de septiembre de 2015

Sumisa a la moda II

¡Hola! Me he dado cuenta de que ultimamente estoy muy sentimental y profunda, así que me apetecía hacer una entrada un poco más divertida. Cuando estuve en Madrid pude conocer a varias personas de las que andáis por aquí. Una de ellas me dijo que le encantaban las entradas de "Sumisa a la moda" y que ya se había comprado algunas cositas. Me hizo muchísma ilusión así que esta entrada va dedicada a esa lectora ;).


Os traigo varias novedades de Asos, que es mi tienda online favorita y con la que mejor experiencia de compra he tenido. Pulsando sobre la imagen podréis ver el producto más detallado:


El primer producto que os enseño son estas sales de baño esfervescentes ¿Por qué? Pues porque una de las rutinas que más me gusta como esclava es el "acicalamiento". A mi Amo le gusta que cada viernes me depile (mientras ahorro para la depilación definitiva jaja) y el viernes es el día que ha elegido para que lo haga, no se sabe las perversiones que nos deparará el fin de semana, así que ese día me reservo un ratito para prepararme un buen baño de espuma, me pongo música, me hago una limpieza facial más profunda, me pongo mi mascarilla verde de pepino que huele fenomenal y me relajo un ratito. Creeréis que este momento no tiene nada que ver con el BDSM pero yo lo vivo como parte de mi entrega, porque me siento genial cuidándome, mimándome para ponerme lo más guapa posible para Él, y no es sólo lo superficial, es que después de dedicarnos ese ratito para nosotras estás más contenta, más motivada, más especial... al menos es lo que me ocurre a mí. Por ello, cuando he visto estas sales, me he acordado de mi baño semanal y me han dado unas ganas locas de probarlas...


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Y aquí tenéis ya unos clásicos de esta sección, hay unos cuantos que me tientan especialmente, veremos a ver si soy capaz de contenerme porque a este paso no voy a poder ahorrar para la definitiva nunca jaja...

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Este último me tiene loquita...

Bueno, eso es todo por hoy, espero que os haya gustado y que os atreváis a compraros alguna cosita o que sorprendáis a alguien especial con alguna de estos detalles.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Mi Amo

Hoy estoy especialemente sensible y feliz, hace 5 ños de un día muy especial, la segunda entrada de mi primer blog trataba de esta fecha. Tengo una gran sensación en el pecho, mi vida no ha hecho más que mejorar.


Últimamente me han dicho de distintas maneras y en distintos contextos qué idea tienen los demás de mi Amo. Creí que transmitía bien cómo es Él, pero me parece que no lo he conseguido del todo, por ello me gustaría describiros cómo es el hombre al que me entregué en cuerpo y alma. Perdonad que me haya extendido, estaría horas y horas hablando de Él...


Kenny Rogers - The Gambler


Suena esta canción en el coche, sabe de quién es, el título, la letra. La canta despreocupado mientras conduce, yo lo miro emocionada, me emociona verlo cantar en el coche..


Mi Amo es un chico de unos 30 años, de estatura media, no es altísimo, no lo necesita, Su espalda ancha y Su sonrisa conquistan e imponen al instante. Mi Amo es un hombre sencillo de gustos sencillos. Le gusta jugar a la consola, a los juegos de mesa con Sus hijas, es extremadamente inteligente, pura lógica y matemática. En verano le gusta llevarse libros de pasatiempos a la playa para que los hagamos juntos, en invierno me abraza cada noche por detrás amoldándose a mi cuerpo, me agarra una teta y me calienta los pies helados entre Sus piernas. Los martes y viernes juega al fútbol, es la mente fría del equipo, ve las jugadas y suele dar el pase de gol.
Mi Amo es un hombre humilde, aún le queda mucho que aprender como Amo y como persona, lo sabe y disfruta del aprendizaje. Es extremadamente responsable y trabaja de más.


Mi Amo es la persona más comprometida que he conocido, siempre ha antepuesto el amor que me tenía a cualquier dolor que le he causado, siempre ha confiado en que cambiaría, nunca se cansó de darme oportunidades movido por la creencia de que yo podía cambiar. Y no se equivocó, cambié, cambié mucho, salí de una horrible depresión gracias a verme reflejada en Sus ojos, gracias a que cada día me mostraba lo maravillosa que era aunque yo no lo veía. Mi Amo es un gran padre, trabaja por darnos todo lo que necesitamos, después de trabajar estudia para ascender, para progresar. Cuando llega a casa besa, abraza a Sus hijas, se ríe con ellas, juega, las ayuda con los deberes y las arropa con ternura. Después me da Su atención como Amo y marido, me consuela si estoy llorando, me susurra al oído guarrerías que me vuelven loca, me pone un cojín en el suelo para ver una serie mientras acaricia mi cabeza.
Mi Amo me da los besos más bonitos, las bofetadas más oportunas y los azotes más merecidos.
No es un Amo especialmente sádico, disfruta más del dominio y la obediencia, pero tiene mano dura para corregir actitudes que me dañan, que nos dañan. Su lema es el poco a poco, paso seguro y certero. Yo iría corriendo a todas partes, en lo que a prácticas se refiere yo ya me hubiera clavado agujas, hubiera probado torturas más duras, por el simple hecho de la curiosidad, no por estar preparada. Él marca el ritmo, Él es quien tiene la capacidad de ver si estoy lista para ciertas cosas. Se guarda el castigo para Él, sabe que yo soy mucho más cruel conmigo misma de lo que es Él. No abusa de mí, rara vez me deja sin orgasmo o sin placer, adora ver mi cara mientras me corro…


Mi Amo es duro, firme y correcto, pero desde el primer día que comenzamos a ser novios dejó bien claro que me quería feliz. No modifica mi personalidad para hundirme, modifica las partes que siempre han estropeado lo maravillosa que soy, como el escultor que golpea el mármol para crear arte, no por destruir piedra.
Mi Amo es de las personas mas equilibradas que conozco. Es cariñoso sin ser empalagoso, es duro pero sabe cuándo ser compasivo, sabe cuándo necesito llorar y cuándo reír.
Mi Amo es hombre amable, educado, no tiene ni un ápice de prepotencia, no le gusta entrar en conflicto con nadie, adora la tranquilidad y los pequeños lujos de la vida: una cerveza, un vino, una barbacoa, una mamada los jueves, que le haga cosquillitas en el brazo, morderme cuando le plazca, un "sí, Amo". No necesita verme sangrar, aprieta mi cuello lo justo para mostrarme que le pertenezco pero nunca hasta verme perder el conocimiento… Él es así, no estudia a otros Amos, le gusta atarme solo para inmovilizarme, no por estética. Quizá sea porque es práctico, tremendamente práctico, las cosas son para lo que son, le gusta lo que le gusta y con esa sencillez es feliz.


Mi Amo es un experto cargando el coche con mis cachivaches de trabajo, me lleva donde me tenga que llevar, me ayuda las horas que me tenga que ayudar, soy Suya y le gusta verme cumplir mis sueños, siempre supo cuidar muy bien de Sus cosas.
Mi Amo es un hombre normal, con el que gusta estar. Una vez un “Ama” maleducada le dijo que no tenía actitud de Amo, quizá porque no miraba por encima del hombro a todo el mundo como hacía ella. Él muy tranquilamente dijo que no le importaba lo que opinara el resto del mundo, que lo que le valía era que yo lo respetara como Amo. Le da igual cómo le perciban los demás, Él no quiere ser un Amo de cara a la galería, Su objetivo como Amo es tener una sumisa que lo respete y lo obedezca, como véis otra vez esa simplicidad, esa practicidad ¿Qué significa ser Amo? Tener una sumisa y, como diría una amiga, PUNTO.


Y claro que a veces es duro, y claro que a veces lloro, claro que a veces me usa sin piedad, pero en esos momentos de castigos difíciles en ningún momento aparece ni un pensamiento negativo hacia Él porque, en los 11 años que llevamos juntos, jamás me ha dado un sólo motivo para pensar que quería hacerme daño, todo lo contrario.


Si véis a mi Amo por la calle veréis a un joven de espalda ancha, pelo rapado y barba corta. Veréis a un hombre que no va por la vida imponiendo, que no se esfuerza en hacer que le respeten, que no busca aprobación. No os pedirá que le habléis de Usted, no os hará sentir incómodos, será educado y amable. Él es mi Amo, no el Amo del mundo. Él es una persona, no un personaje…


Es curioso, al final, con Su naturalidad se hace querer, se hace respetar...

viernes, 18 de septiembre de 2015

Mi cuento: no eras tú

Segunda parte de "Mi cuento: princesa o puta"


Lana Del Rey - Once Upon a Dream


Miraba al ordenador y giré la cabeza, la luz de la pantalla te iluminó, vi tu sonrisa y lo supe, eras tú. Bailamos, nuestras caras se rozaron, tu olor impregnó mi nariz y mis sentidos, no podía mirarte, no quería que vieras en mis ojos que ya sabía que eras tú.
Tus manos en mi cintura, el primer contacto de nuestros cuerpos anunciaba grandes cosas. Los días posteriores sin verte, de ti presumía, tu magia me había impregnado, no sabía siquiera si volvería a verte, pero yo sabía que no me equivocaba, que eras tú, que eras el hombre de mi vida, puede que nunca fuera una princesa, pero siempre fui muy bruja. Y llego aquel día, llegó aquel banco en el que nos miramos y decidimos intentar algo, llegó ese primer beso con sabor a menta y olor a mora, ese beso perfecto y mágico que me confirmó que eras tú.
Pero qué idiota fui, qué equivocada estaba, pensé en el amor superficial y romántico, olvidé qué quería realmente, me dejé cegar por la idiotez de niña pija y tonta y creí que eras un príncipe, que eras mi príncipe azul. Erróneamente intenté ser princesa y desterrar a la puta.
Los años pasaron y la princesa se fue subiendo a su trono, fue volviéndose exigente y caprichosa. Fue dejando de valorar al príncipe que tenía a su lado. A pesar de salirse siempre con la suya aquella princesa estaba triste y llena de dolor… no podemos ignorar lo que somos, no podemos subirnos a un pedestal cuando sabemos que nuestro sitio está lamiendo pies…


Qué bonito fue, qué bonito es, que maravilloso descubrir que no eras tú, que felicidad descubrir que era Usted…


No bailé un vals con un príncipe, bailé con mi Amo, y no lo sabía, no sabía que era el hombre de mis sueños, el hombre que me sonrojaría la piel a azotes, el hombre que me follaría sin piedad, que me colorearía las mejillas a bofetadas, que me haría estar hermosa, que me coronaría como la princesa puta.
Y sé que Usted es Él. Lo sé por las veces que me hace reír, por los pellizcos y las cosquillas, lo sé porque me da de comer helado y semen, me da de beber vino y pis, me hace bailar como una diosa y me trata como una perra. Beso Sus manos, lamo Sus dedos, lo miro sin que lo sepa, lo venero sin que lo sepa, o al menos no sabe cuánto. Adoro Su cuerpo, Su piel, Sus ojos negros, adoro Sus dientes con todas mis fuerzas, creí que me enamoré de ellos por la sonrisa que le hacían tener, pero me enamoré de ellos por los bocados que me darían. Sé que es Usted porque me eleva a lo más alto con los besos que me dan Sus labios y me degrada como a la más cerda con un beso negro. Me regala ropa de princesa y me adorna el cuerpo con morados de puta. Yo soñé que me sometían a la fuerza, que me esclavizaban, que me obligaban a ser de alguien, pero llegó Usted e hizo que yo solita me pusiera a Sus pies, que yo solita pidiera ser Suya para siempre. Y nadie entiende que le entregué mi vida, que lo hice de verdad, porque mi vida dejo de ser mía cuando Usted la valoró más que yo. No importa si al final de todo no acabamos juntos, todo este baile se repetirá eternamente en el bucle infinito del tiempo, como un cuento que se cuenta una y otra vez y nunca muere, yo siempre seré Su pelusilla y Usted siempre será mi Amo.


PD.: Una mañana de Domingo, a los dos días de escribir este texto, yo estaba triste. Me paró en el pasillo para despedirse porque se iba, me levantó la barbilla, me besó, me abrazó fuerte y comenzó a mecerse, a mecernos muy poquito al ritmo de una canción, al ritmo de esta canción que casualmente sonaba. Él no sabía que yo había escrito todo esto con esta canción, Él no sabía que me estaba confirmando todo lo escrito… la noche anterior me había reventado el culo sin piedad, más salvaje que otras veces, había llorado por lo humillada que me había sentido, por lo mucho que había sufrido, y a la mañana siguiente estaba bailando conmigo una canción ñoña. Y es que es Él, porque me acepta, porque acepta mi parte princesa y mi parte puta, hace lo que le sale de los cojones con toda yo, pero sabe darle a cada parte de mí el pequeño gesto que necesita. No soy una sumiprincesa, no exijo, no me rebelo, sólo acato y obedezco, pero Él me conoce como nadie más, por eso me coronó como Su princesa puta.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

La entrega

La entrega ¡Vaya cosa! Todo el mundo se entrega a algo, pero en BDSM la entrega es realmente importante, algo fundamental, perdonádme que sea tajante en esto: sin entrega una sumisa no es sumisa.


¿Qué es la entrega? La entrega es un sentimiento, no una sensación, un sentimiento. No la podemos buscar fuera, debe salir de nosotros, no querer que nos lo provoquen.
Dicho esto diré que hasta hace muy poco andaba un poco loca con este tema. Más bien no tenía bien definido este sentimiento en mi interior, como siempre había dos tendencias en mí. Una, la que me decía esto, y otra, la superficial y caprichosa que fantaseaba con sesiones durísimas creyendo que era la única manera de agrandar ese sentimiento mágico.
La semana pasada tras un castigo durísimo que ya os contaré, justo al día siguiente andaba revuelta ordenando pensamientos y sentimientos, le daba vueltas a la lección que debía aprender. No sé si os ha pasado que a veces la respuesta es muy simple pero necesitas que alguien ajeno te la diga. Pues casualidades de la vida ese día fuimos mi madre y yo a comprar ropa. Cuando acabamos nos tomamos una coca cola light como siempre hacemos. “Ángela, puedo hacerte una pregunta?” Cuando mi madre me dice eso me echo a temblar, sus preguntas siempre preceden grandes cambios en mí. "¿Tú estás bien con todo aquello (BDSM) que me contaste? Es que te he notado triste últimamente y creo que es por eso, además me da miedo que te hagan daño…” Supe que era el momento de profundizar un poco más en el tema con ella. Le conté todo, le conté mi visión sobre el BDSM. Fue una conversación increíble, mi madre es genial, y es la que tiene la respuesta a muchas de mis preguntas. Le dije que a veces me angustiaba porque necesitaba que Él tuviera ciertos comportamientos más duros, básicamente que querría que estuviera todo el día haciéndome putadillas, que no entendía porqué no lo hacía, que y si no sentía todo esto de BDSM… y entonces mi madre me hizo una reflexión que más bien fue una patada en el estómago, la patada que necesitaba: “ Por todo lo que me cuentas, y porque te conozco, creo que Él no necesita estar poniéndote a prueba para sentir tu entrega, Él sabe que eres Suya en cualquier situación, cotidiana o no. El problema está en ti, quizá eres tú la que no para de demandar situaciones que te hagan sentir tu entrega, porque por ti misma aún no eres capaz” Joder, qué dolor y qué alivio. Tiendo a culpar a los demás, a exigirles que me hagan sentir esto o aquello, y no sé cómo fui tan tonta de pensar que en BDSM sería distinto.
Esto me tiene reflexionando casi a diario, me siento liberada, cuando encuentras el fallo ya es fácil distinguirlo y neutralizarlo. Por ello para mí es fundamental trabajar la entrega fuera de las prácticas por diversión, no quiero confundirme, no quiero creer que la entrega es cuando me azota y me aguanto sin moverme. La entrega es mucho más que eso, es algo a sentir incluso cuando no te están haciendo nada. Que sí, que es algo que ya sabía, pero necesitaba separarlo aún más, porque si no, veía a otras sometiéndose a prácticas que yo aún no soy capaz y me sentía inferior por el simple hecho de soportarlas, no por la entrega real.
Yo veo la entrega como un camino en el que avanzas de manera ascendente, y las prácticas como algo en lo que avanzas de manera horizontal, no sé si me explico. Una persona que esté superando cosas poquito a poco, que aún esté empezando y soporte 10 azotes puede estar más entregada que otra que aguante 100. Y al revés también. O estar al mismo nivel de entrega.
Y ahora haré una reflexión que también he conseguido desgranar. Entiendo que como sumisas tenemos unas fantasías, situaciones y prácticas que queremos realizar. Entiendo que cuando alguien busca Amo lo busca lo más afín posible a sus gustos. En mi caso desde pequeña no he deseado realizar prácticas, solo someterme a alguien, entregarme. Hay prácticas que a mi Amo no le gustan especialmente, no las descarta, pero me dice: “Tú hazte al cuerpo de que eso no lo vamos a hacer y ya si ocurre pues eso que te llevas” eso me frustra, son cosas que quieres vivir y no lo vas a hacer, pero entonces es cuando tengo que volver a mis orígenes y preguntarme ¿Qué es lo que deseaba? Entregarme ¿Y es que entregarse no exige sacrificios? ¿Qué es más importante para mí, realizar ciertas prácticas o entregarme de verdad? Yo tengo claro lo que elijo, no voy a sacrificar mi necesidad en pro de un deseo, pero sí me compensa sacrificar ese deseo de corta duración en pro de lo que me hace feliz cada momento de mi vida.
Damos por hecho que entregarse es aceptar vivir ciertas experiencias que no nos gustan, en las que sufriremos, pero nos olvidamos que entregarse también es aceptar que habrá otras que no realizaremos. Quizá esta parte de la entrega sea más dura que la otra. No es lo mismo sumar experiencias que dejar de vivir otras.
En twitter es genial leer las experiencias de algunas sumisas, llenas de prácticas durísimas que las llevan a emociones muy intensas, es maravilloso cómo lo expresan. Con tanto entusiasmo y sentimiento que, al menos yo, me identifico, me calan tanto que comienzo a fantasear con lo que cuentan, aunque a mí la práctica en sí no me guste, o sepa que no estoy preparada. Y eso es peligroso, llega un momento en que confundimos la admiración con meta. Por ello me parecía fundamental diferenciar, puntualizar que esa entrega se puede sentir en otras circunstancias, que la entrega se mide en base a cómo te das a TU Amo, con las exigencias, gustos y características que tenga cada uno. Que la entrega se mide por tu disposición a dejarte llevar al tipo de crecimiento al que te quiera llevar TU Amo, ya sea por crecer hacia prácticas más duras, hacia una entrega mental mayor, hacia un control de tu vida mayor… o de todo un poco, me da igual. La entrega es el empeño que pongas en servirle, aunque falles, el empeño de superar todas las mierdas que se remueven dentro cuando fallas, por seguir intentándolo.
En mi caso me ha dolido mil veces más que me diga algo en lo que he fallado a nivel personal, y he tenido que tirar mas de mi entrega para superarlo que cuando he fallado en algo físico, cuando no he conseguido soportar algún dolor.
La entrega es maravillosa, un sentimiento único. A veces hablo demasiado tajante, sobretodo cuando hablo de mí. No quiero que entendáis que no he sentido entrega, simplemente es que me ha parecido algo tan bonito que no quiero quedarme en la superficie, quiero ahondar y ahondar, trabajarme lo máximo posible por entregarme lo máximo posible. Sé que es el sentimiento que me hace feliz.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Mi cuento: princesa o puta

A dream is a wish your heart makes - Lily James


Había una vez una pequeña niña que soñaba con cuentos de hadas, cantaba canciones de Disney en la entrada de su casa, daba vueltas sintiéndose una princesa atrapada en un palacio. Soñaba que su príncipe venía a rescatarla, que bailaban, que la consideraba la cosa más bonita del mundo y la cuidaba para siempre… Pero había una vez la misma niña que soñaba con cuentos oscuros, con cuerdas, azotes y dolor. Soñaba que un hombre la sometía, la castigaba y la humillaba, porque os contaré que esa niña soñaba con ser una puta. Miraba a los hombres desde abajo, se preguntaba cuál de ellos sería el que se la llevaría raptada a la fuerza.
Y así pasaban sus días, deseando al príncipe que la acostara entre algodones, que la besara con extrema ternura y deseando a otro hombre que la pusiera en sus rudas rodillas, que hurgara en sus agujeros, que la torturara sodomizándola. Y esa niña lloraba, lloraba mucho, ni el príncipe ni el ogro de su cuento aparecían nunca, la dejaban sola, se sentía abandonada preguntándose quién prefería que apareciera, el que le consintiera todos sus caprichos, o aquel que la sometiera a los suyos.
Creeréis que es fácil para una niña fantasiosa ser consciente de que los milagros no existen, que es imposible que un hombre abra la puerta mientras te masturbas para abofetearte sin piedad por ser tan puta, que es imposible que un príncipe abra la puerta del dormitorio para abrazarte cuando lloras desesperada.
Y es que a esa niña le mataba la certeza de que sus sueños se realizarían, le mataba esa voz que le decía que siguiera soñando que su cuento tendría final feliz…
Y así pasaron los años para nuestra niña, pasaron preguntándose cada día si se sentía más princesa que puta o más puta que princesa.

martes, 8 de septiembre de 2015

Cosas que de mí que os darán igual

Hoy llueve al otro lado de la ventana y llueve también dentro de casa, sí, como esa escena en la que se ve una nubecita encima de una persona y la va persiguiendo. Hoy me siento así, estoy cansada de muchas cosas, sobretodo estoy cansada de mí misma.



Siempre he sido muy sensible, más de lo normal, mi madre no ha parado de hacerme ver lo bueno que era eso, me lo decía cada vez que venía a casa llorando. Veo la vida con otro prisma, las cosas me han dolido mucho, cosas que los demás han hecho sin ser conscientes, y cuando lo he explicado no han terminado de entender a qué me refería. Me siento como una vidente que ve fantasmas a su alrededor, pero yo en vez de fantasmas veo sensaciones, veo el trasfondo de todo, soy capaz de ver por qué las personas hacen lo que hacen, qué verdadero sentimiento los mueve, es una tortura.
Me imagino a mí misma con una capa menos de piel, la más mínima brisa sería suficiente para sentir el frío, una suave caricia se multiplica por mil. Claro que es bueno para algunas cosas, pero las malas me pesan tanto… Estoy harta de ir contracorriente, estoy harta de que me duela así el alma, estoy harta de escucharme.
Medito mucho mis decisiones, las tomo creyendo firmemente que es lo mejor, que es la única manera de ser feliz. Cuando me alejo de una persona lo hago porque he intentado que funcione una y otra vez, me alejo sabiendo que ya no tengo nada más para ella, lo he dado todo. Veo a las personas cómo hacen mal las cosas, como insultan, como ningunean, como se dejan llevar por la rabia, el egoísmo, la envidia, como se dejan llevar por sus más oscuros sentimientos sin considerar nada, sin mirar a quién hacen daño y siguen con sus vidas olvidando cómo actuaron. Pero lo peor viene cuando veo que otras personas aguantan eso, siguen “queriéndose” olvidando lo mal que se portaron esas personas. Os pondré un ejemplo concreto que es el que más me duele ahora mismo. He sido una persona que ha valorado mucho a su familia, voy a hablar de tíos y primos, dejo fuera mi madre y mi padre que con ellos es distinto, es más especial. Creía que éramos una familia especial porque nos reuníamos mucho, siempre contábamos los unos con los otros, resolvíamos juntos los problemas. Soy la prima mayor, mis primos eran mis hermanos, ellos han tenido problemas serios, por el dinero y por otros motivos más duros. Yo me he volcado con ellos, si mi tía no tenía dinero para los Reyes yo con mis ahorros les compraba juguetes, sobretodo con las dos pequeñas las he cuidado, las he consolado, ahorraba para llevarlas al cine o a la piscina de bolas, querían que fuesen niñas felices, que sufrieran lo menos posible, era su tata, les he demostrado mi amor lo mejor que he podido, incluso de mayor, con dos niñas pequeñas me he volcado en ellas, he ido a hablar con sus profesores, me he ocupado de sus problemas, las he escuchado, he intentado que sufran lo menos posible su situación. Todo esto no lo digo para decir que soy muy buena, que me debían algo, por favor, no me malinterpretéis, solo os pongo en antecedentes para que entendáis mi dolor. Todo esto siempre ha sido un lastre, han sido preocupaciones para mí, son situaciones muy duras a las que nos hemos enfrentado todos estos años, sí hablo de drogas, maltrato y demás. Cuando era pequeña no me planteaba nada, era mi familia y tenía que hacer todo lo que podía y más por ellos, quería que fuesen felices, que supieran que había personas que los quería. Pero vas creciendo y te vas dando cuenta que quieres salvar a alguien que no quiere ser salvado, que repite una y otra vez los mismos patrones, que exige que le des lo que ellos no quieren molestarse en buscar, quieren que tires de su carro. Todo esto era algo que rondaba mi cabeza, pero prefería creer que eran cosas mías y seguía dándoles. Pero hace dos años pasó algo, una de esas tonterías que te duelen más de lo que deberían. Yo me dedicaba a hacerles fiestas a todos cuando eran sus cumpleaños, quería unirlos, les hacía tartas caseras y les compraba regalos, en esas fiestas éramos una familia unida, feliz, y yo me decía a mí misma que merecía la pena cualquier cosa por esa unión tan especial, yo los quería y ellos me querían a mí, yo era capaz de sobreponer sus cosas buenas a las malas y creía que ellos me valoraban igual. Pero llegó mi cumpleaños, por casualidad nos reuníamos en casa de mi abuela. Cuando llegué no había globos, no me importó. Cenamos, reímos, y llegó la hora del postre, nadie había comprado tarta, nadie había tenido ni un solo detalle conmigo. Me puse a llorar, me consideraron infantil y caprichosa por enfadarme por eso. Yo no quería una tarta, no lloraba por eso, me había dado cuenta de que nunca me habían comprado una tarta. Mientras fui al coche a por un roscón de reyes que había comprado para mi casa, el alma me dolía, nada de lo que creía era cierto, la única verdad era que si yo no llevaba tarta no había cumpleaños ¿Me entendéis? No había magia ni unión, si yo no me esforzaba ellos no ponían de su parte, era un espejismo, ellos querían a alguien a quién seguir, querían una base pero sólo se dejaban llevar. A parte de ver que no me valoraban nada. No quería agradecimiento especial, solo quería el mismo trato que tenían los demás, si yo era capaz de ver que se merecían una fiesta de cumpleaños, por qué nadie vio que yo también. No creáis que me entendieron, siguen pensando que soy una superficial y que lloré de capricho. No era capricho, mi madre ya me había hecho una tarta, ya lo había celebrado con mi Amo, es solo que quería que ellos me quisieran como para tener aunque fese un detalle. Esa fue la primera evidencia, pero yo seguí ahí, con más contención, pero seguí. Hace unos 6 meses pasó algo, algo que me pilló en un momento de mi vida que no podía tolerar ni una sola tontería, un momento de mi vida en que por fin era consciente de que he venido a este mundo a ser feliz y no a cargar con las mierdas de otros. Intenté explicar mi posición, mis argumentos, no me entendieron, como siempre, pero esta vez yo no me aguanté ni intenté convencerlos, simplemente decidí alejarme. Les dije que me iba a distanciar un poco, que tantas cosas me estaban desbordando, que no estaba enfadada que podían llamarme si querían verme o hablar conmigo, o ver a las niñas. En estos 6 meses no me ha llamado nadie.
Os he soltado este rollo porque he sabido que ellos me han interpretado de otra manera, que la mala soy yo por haberlos abandonado. Y esa piel sensible que tengo se eriza, y os pregunto ¿De verdad es tan difícil entender por qué me duele?¿De verdad soy la mala? Y no me lo planteo por decir los malos son ellos, es que ya me planteo que sea yo la suicida en dirección contraria, que quizá soy yo la que se equivoca, que todo lo que pienso son locuras que los demás son incapaces de ver, que creo que tomo decisiones acertadas pero son espejismos fruto de mi mente enferma.
Esto es solo un ejemplo. Pero veo que me voy quedando sola, que mi círculo de amor y confianza se va reduciendo cada vez más, y aunque no lo veía como algo malo empiezo a preguntarme si hay algo en mí, algo tan malo como para sacar solo rechazo de los demás, algo que haga que por mucho bien que le haga a alguien ese alguien no me quiera, o no le salga cariño hacia mí. A final no gusto.



Bueno, ya miraré a ver qué hay en mí para provocar o no provocar eso en las personas. Siento todo esto, necesitaba contarle al mundo que hoy la vida duele, que la vida me duele de más.