Hoy llueve al otro lado de la ventana y llueve también dentro de casa, sí, como esa escena en la que se ve una nubecita encima de una persona y la va persiguiendo. Hoy me siento así, estoy cansada de muchas cosas, sobretodo estoy cansada de mí misma.
Siempre he sido muy sensible, más de lo normal, mi madre no ha parado de hacerme ver lo bueno que era eso, me lo decía cada vez que venía a casa llorando. Veo la vida con otro prisma, las cosas me han dolido mucho, cosas que los demás han hecho sin ser conscientes, y cuando lo he explicado no han terminado de entender a qué me refería. Me siento como una vidente que ve fantasmas a su alrededor, pero yo en vez de fantasmas veo sensaciones, veo el trasfondo de todo, soy capaz de ver por qué las personas hacen lo que hacen, qué verdadero sentimiento los mueve, es una tortura.
Me imagino a mí misma con una capa menos de piel, la más mínima brisa sería suficiente para sentir el frío, una suave caricia se multiplica por mil. Claro que es bueno para algunas cosas, pero las malas me pesan tanto… Estoy harta de ir contracorriente, estoy harta de que me duela así el alma, estoy harta de escucharme.
Medito mucho mis decisiones, las tomo creyendo firmemente que es lo mejor, que es la única manera de ser feliz. Cuando me alejo de una persona lo hago porque he intentado que funcione una y otra vez, me alejo sabiendo que ya no tengo nada más para ella, lo he dado todo. Veo a las personas cómo hacen mal las cosas, como insultan, como ningunean, como se dejan llevar por la rabia, el egoísmo, la envidia, como se dejan llevar por sus más oscuros sentimientos sin considerar nada, sin mirar a quién hacen daño y siguen con sus vidas olvidando cómo actuaron. Pero lo peor viene cuando veo que otras personas aguantan eso, siguen “queriéndose” olvidando lo mal que se portaron esas personas. Os pondré un ejemplo concreto que es el que más me duele ahora mismo. He sido una persona que ha valorado mucho a su familia, voy a hablar de tíos y primos, dejo fuera mi madre y mi padre que con ellos es distinto, es más especial. Creía que éramos una familia especial porque nos reuníamos mucho, siempre contábamos los unos con los otros, resolvíamos juntos los problemas. Soy la prima mayor, mis primos eran mis hermanos, ellos han tenido problemas serios, por el dinero y por otros motivos más duros. Yo me he volcado con ellos, si mi tía no tenía dinero para los Reyes yo con mis ahorros les compraba juguetes, sobretodo con las dos pequeñas las he cuidado, las he consolado, ahorraba para llevarlas al cine o a la piscina de bolas, querían que fuesen niñas felices, que sufrieran lo menos posible, era su tata, les he demostrado mi amor lo mejor que he podido, incluso de mayor, con dos niñas pequeñas me he volcado en ellas, he ido a hablar con sus profesores, me he ocupado de sus problemas, las he escuchado, he intentado que sufran lo menos posible su situación. Todo esto no lo digo para decir que soy muy buena, que me debían algo, por favor, no me malinterpretéis, solo os pongo en antecedentes para que entendáis mi dolor. Todo esto siempre ha sido un lastre, han sido preocupaciones para mí, son situaciones muy duras a las que nos hemos enfrentado todos estos años, sí hablo de drogas, maltrato y demás. Cuando era pequeña no me planteaba nada, era mi familia y tenía que hacer todo lo que podía y más por ellos, quería que fuesen felices, que supieran que había personas que los quería. Pero vas creciendo y te vas dando cuenta que quieres salvar a alguien que no quiere ser salvado, que repite una y otra vez los mismos patrones, que exige que le des lo que ellos no quieren molestarse en buscar, quieren que tires de su carro. Todo esto era algo que rondaba mi cabeza, pero prefería creer que eran cosas mías y seguía dándoles. Pero hace dos años pasó algo, una de esas tonterías que te duelen más de lo que deberían. Yo me dedicaba a hacerles fiestas a todos cuando eran sus cumpleaños, quería unirlos, les hacía tartas caseras y les compraba regalos, en esas fiestas éramos una familia unida, feliz, y yo me decía a mí misma que merecía la pena cualquier cosa por esa unión tan especial, yo los quería y ellos me querían a mí, yo era capaz de sobreponer sus cosas buenas a las malas y creía que ellos me valoraban igual. Pero llegó mi cumpleaños, por casualidad nos reuníamos en casa de mi abuela. Cuando llegué no había globos, no me importó. Cenamos, reímos, y llegó la hora del postre, nadie había comprado tarta, nadie había tenido ni un solo detalle conmigo. Me puse a llorar, me consideraron infantil y caprichosa por enfadarme por eso. Yo no quería una tarta, no lloraba por eso, me había dado cuenta de que nunca me habían comprado una tarta. Mientras fui al coche a por un roscón de reyes que había comprado para mi casa, el alma me dolía, nada de lo que creía era cierto, la única verdad era que si yo no llevaba tarta no había cumpleaños ¿Me entendéis? No había magia ni unión, si yo no me esforzaba ellos no ponían de su parte, era un espejismo, ellos querían a alguien a quién seguir, querían una base pero sólo se dejaban llevar. A parte de ver que no me valoraban nada. No quería agradecimiento especial, solo quería el mismo trato que tenían los demás, si yo era capaz de ver que se merecían una fiesta de cumpleaños, por qué nadie vio que yo también. No creáis que me entendieron, siguen pensando que soy una superficial y que lloré de capricho. No era capricho, mi madre ya me había hecho una tarta, ya lo había celebrado con mi Amo, es solo que quería que ellos me quisieran como para tener aunque fese un detalle. Esa fue la primera evidencia, pero yo seguí ahí, con más contención, pero seguí. Hace unos 6 meses pasó algo, algo que me pilló en un momento de mi vida que no podía tolerar ni una sola tontería, un momento de mi vida en que por fin era consciente de que he venido a este mundo a ser feliz y no a cargar con las mierdas de otros. Intenté explicar mi posición, mis argumentos, no me entendieron, como siempre, pero esta vez yo no me aguanté ni intenté convencerlos, simplemente decidí alejarme. Les dije que me iba a distanciar un poco, que tantas cosas me estaban desbordando, que no estaba enfadada que podían llamarme si querían verme o hablar conmigo, o ver a las niñas. En estos 6 meses no me ha llamado nadie.
Os he soltado este rollo porque he sabido que ellos me han interpretado de otra manera, que la mala soy yo por haberlos abandonado. Y esa piel sensible que tengo se eriza, y os pregunto ¿De verdad es tan difícil entender por qué me duele?¿De verdad soy la mala? Y no me lo planteo por decir los malos son ellos, es que ya me planteo que sea yo la suicida en dirección contraria, que quizá soy yo la que se equivoca, que todo lo que pienso son locuras que los demás son incapaces de ver, que creo que tomo decisiones acertadas pero son espejismos fruto de mi mente enferma.
Esto es solo un ejemplo. Pero veo que me voy quedando sola, que mi círculo de amor y confianza se va reduciendo cada vez más, y aunque no lo veía como algo malo empiezo a preguntarme si hay algo en mí, algo tan malo como para sacar solo rechazo de los demás, algo que haga que por mucho bien que le haga a alguien ese alguien no me quiera, o no le salga cariño hacia mí. A final no gusto.
Bueno, ya miraré a ver qué hay en mí para provocar o no provocar eso en las personas. Siento todo esto, necesitaba contarle al mundo que hoy la vida duele, que la vida me duele de más.
Me has emocionado. Yo soy bastante insensible en casi todo aspecto de mi vida, pero, te comprendo totalmente. Deberian tenerte mucha mas estima por todo lo que has echo. Antes o despues se daran cuenta de lo mucho que has echo por ellos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Más que necesitar que se den cuenta, o que me da es penilla de ver que me he alejado de ellos y que creo que nunca volverá a ser como creía era antes...
ResponderEliminarNo creo que tengas nada malo, todo lo contrario. A mi nunca me ha importado dar sin recibir. He asumido que ellos no son iguales, y que en el momento en el que entregue algo no volverá. Espero sobre todo que no te menosprecies por esto. Vales muchísimo. Un beso enorme ;)
ResponderEliminarHola, Pelusilla. Voy a darte mi visión, por si te sirve. Yo sería una de tus primas, por así decirlo. Te cuento mi caso: mi hermana es como tú, todo amor, todo detalles, todo esfuerzo por mantenernos unidos, pero la vida te va separando. No es que no quieras a tu gente, porque la adoras, pero las reuniones familiares son cada vez más pesadas, aunque una vez en ellas lo pases bien. En el fondo, cuando piensas en ir, no te apetece nada. Un día, mi hermana no invitó a nadie en Navidad y se enfadó porque nadie reunió a la familia. Pregunto: ¿qué pasa, que si no invito yo, nadie quiere que nos reunamos? y la respuesta fue que a nosotros nos daba igual, que la única que quería esas reuniones era ella.
ResponderEliminarEn mi opinión, Pelusilla, necesitas demasiado el beneplácito de la gente, no sólo de tu Amo, sino de tu familia, de las profes de tus hijas, que crees que te miran con desconfianza por ser joven, pero al final te ganas su respeto... Llevo un tiempo leyéndote y eres puro sentimiento, pero necesitas que te aplaudan hasta los perros de la calle. Parece que tu día a día es un concurso para ver si te llevas la medalla de oro por cada pequeña cosa que haces. En mi opinión, tienes un problema de falsa falta de confianza. ¿Qué hay de malo en mí?, te preguntas, pero se nota que en realidad lo que piensas es ¿cómo no se da cuenta la gente de lo bien que lo hago todo, de cuánto me esfuerzo? Vive tu vida para ti y busca, como mucho, la aprobación de tu Amo. Ni eres la princesa del cuento, ni una moneda de oro para caerle bien a todo el mundo, por más que te esfuerces. Además, tú quieres reunir a tu familia, pero están en su derecho de que no les dé la gana. Una cosa es agradecer los favores que les has hecho y otra distinta es que por haberles hecho un favor ellos tengan que estar siempre dispuestos a jugar a la familia feliz para que tú estés contenta. Ya no eres una niña, no estás jugando a las casitas. Anda, crece un poco.
Hola, sabes? cuando te he leído se me ha cogido un nudo en el estómago, no gusta que la gente te diga ciertas cosas, pero no me ha venido ningún argumento para rebatirte, porque todo lo que has dicho es cierto. Por supesto no es algo que tuviera consciente, al menos no tan claro, pero tu mensaje ha sido ordenado, concreto y directo. Me has puesto los puntos sobre las íes. En m defensa diré que poco a poco voy dándome cuenta de esas cosas y realmente quiero cambiarlo, pero sé que va a ser de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida. No quiero ser así porque la primera que sufro soy yo, hace poco le decía a una amiga que estoy harta y cansada de querer ser perfecta, que estoy harta de querer que me aplaudan. Te juro que tu comentario no podría haber llegado en mejor momento, no precisamente porque me haya hecho sonreir, sino porque hace muy poco mi Amo me puso en una situación en la que pude ver perfectamente cuales son mis defectos, y la soberbia es uno de ellos, pude ver claramente eso que dices de falsa falta de confianza, en ese momento no supe ponerle nombre, ni sabía que eso estaba en mí, pero cundo me has dicho todo eso, le he puesto nombre a esa mierda que vi dentro de mí ese día. No sé si me contestarás, si creerás que digo todo esto de corazón, pero lo hago. No sé con qué intención has escrito este comentario, si por ayudar, por molestarme, si porque te caigo bien o por que te caigo mal. Bueno, no importa, a mí me ha gustado que alguien se haya dado cuenta de esto y que me lo haya dicho, las verdades a la cara son el mejor revulsivo, aunque no voy a negarte, para no volver a caer en el mismo error de ir de perfecta, que lloraré un rato después de escribir esto. Me has descubierto, enhorabuena...
ResponderEliminarTe he escrito porque me caes fenomenal, me pareces una mujer llena de cualidades, con una capacidad de amar inmensa y me recuerdas, encima, a mi hermana pequeña, que es la persona a la que más quiero en el mundo. Yo tengo un millón de defectos y la única persona del mundo que me ayudó, fue un chico desconocido a través de un blog que tuve y me dijo verdades como puños. Creo que siendo como eres, tienes mil cosas para ser feliz, eres perfeccionista, así que cualquier cosa que hagas la vas a hacer entre bien y maravillosamente, pero a veces no podemos valorar lo bien que hacemos las cosas porque no recibimos la recompensa que merecemos. Una vez que vemos a los demás como seres libres para reaccionar como quieren, empezamos a vernos mejor, para bien y para mal. Que tú desees una familia grande, unida y feliz no es malo, pero al implicar a otra gente nos arriesgamos a que no estén por la labor. Me caes genial, me pareces un ejemplo de 24/7, que es a lo que yo aspiro, y aunque soy muy bruta diciendo las cosas, nunca he tenido intención de otra cosa que de que vieras, como yo con aquel desconocido en mi viejo blog, que a veces para ser feliz, hemos dejar a los otros volar lejos. Te deseo todo lo bueno que te mereces, que es mucho. Otra cosa: la gente que no ve lo que vales está ciega, eso también tengo que decírtelo, porque a través de una pantalla va se ve lo grande que eres.
ResponderEliminarGracias también por este comentario, el anterior me sirvió para ver ciertas cosas de mí, a parte de las que me comentaste. Sí note que estaba expresado con dureza, sobretodo porque al no saber quién eres no sabía muy bien cómo tomármelo, pero después de lo que me has contado lo achacaré a que, al identificarme con alguien tan cercano como es tu hermana, lo hiciste desde ese cariño de ser duro por el bien de una persona a la que aprecias. Gracias por los dos comentarios, los usaré lo mejor posible para mejorar, que es mi eterna lucha :)
ResponderEliminarHola! Yo tambien tengo una opinión sobre esto, espero que no sea demasiado tarde...
ResponderEliminarEntiendo lo que M. quiere decir, y en parte opino lo mismo, no se puede vivir intentando agradar a todos y complacer a todos porque hay gente que no lo aprecia, no lo merece o no lo agradece (porque sí, a todos nos gusta que nos agradezcan) y acabarás sufriendo, y lo digo por experiencia própia, yo acabé siendo la buena, la que siempre ayuda, la que no le importa arreglar lo que los demás estropean y tardé en darme cuenta que estaba bastante sola, pero es que era yo la que no lo quería ver y dolía demasiado pensarlo.
Pero otro tema es lo del pastel, y eso me ha indignado y mucho joder! Es un día al año en el que tienen ellos que pensar en ti, un puñetero día! Si quedais para tu cumpleaños lo mínimo que se espera es un pastel y un detalle, aunque sea un planta comprada en los chino de la tienda de abajo! Da igual que se hagan 5, 10, 20 30 o 60 años y con diabetes se espera un pastel con velas y punto. Cómo no lo vieron y no se les cayeron la cara de vergüenza a todos? Es lo mínimo, no es una reunión informal donde se olvidan de traer el postre, es un cumpleaños, lo único que tienen que preparar ese día a parte de la comida! Diré una cosa que sonará vulgar y que jamás digo en voz alta, ¡qué les den por el culo, anda ya!¡ Panda de desagradecidos! Y lo grito yo por ti, porque seguro que eres demasiado buena para decirlo en voz alta! Este tipo de gente en que el único día que se tienen que centrar es en ti y valorar lo que has hecho por ellos no lo hacen, a paseo!
Un beso guapa!
Volver a leer el comentario y sentirme avergonzada.... No debería haber usado palabras tan bulgares y debería haberme expresado mejor... Me sentí indignada por la situación y me dejé llevar... Lo lamento.
ResponderEliminarjajaja, tranquila! no me pareció mal tu comentario, de hecho disculpa por no haberte contestado antes... Entiendo ese "dejarse llevar" yo tampoco soy de usar expresiones "malhabladas" y creo que por eso mismo sientan tan bien cuando por alguna situación las suelto, así que te entiendo perfectamente :)
ResponderEliminarGracias por tu opinión, también me sirvió que alguien hablara así sobre ello, entiendo lo que M. quiso decirme, pero también ayuda que alguin comprenda, no que fuesen desagradecidos, sino lo poco considerados con una persona de su familia. Es cierto que creo que me equivoqué en mi forma de transmitirles mi cariño, pero también creo que hay unos mínimos que respetar.
Muchas gracias por tu comentario