lunes, 28 de septiembre de 2015

Sumisa a la moda II

¡Hola! Me he dado cuenta de que ultimamente estoy muy sentimental y profunda, así que me apetecía hacer una entrada un poco más divertida. Cuando estuve en Madrid pude conocer a varias personas de las que andáis por aquí. Una de ellas me dijo que le encantaban las entradas de "Sumisa a la moda" y que ya se había comprado algunas cositas. Me hizo muchísma ilusión así que esta entrada va dedicada a esa lectora ;).


Os traigo varias novedades de Asos, que es mi tienda online favorita y con la que mejor experiencia de compra he tenido. Pulsando sobre la imagen podréis ver el producto más detallado:


El primer producto que os enseño son estas sales de baño esfervescentes ¿Por qué? Pues porque una de las rutinas que más me gusta como esclava es el "acicalamiento". A mi Amo le gusta que cada viernes me depile (mientras ahorro para la depilación definitiva jaja) y el viernes es el día que ha elegido para que lo haga, no se sabe las perversiones que nos deparará el fin de semana, así que ese día me reservo un ratito para prepararme un buen baño de espuma, me pongo música, me hago una limpieza facial más profunda, me pongo mi mascarilla verde de pepino que huele fenomenal y me relajo un ratito. Creeréis que este momento no tiene nada que ver con el BDSM pero yo lo vivo como parte de mi entrega, porque me siento genial cuidándome, mimándome para ponerme lo más guapa posible para Él, y no es sólo lo superficial, es que después de dedicarnos ese ratito para nosotras estás más contenta, más motivada, más especial... al menos es lo que me ocurre a mí. Por ello, cuando he visto estas sales, me he acordado de mi baño semanal y me han dado unas ganas locas de probarlas...


h

Y aquí tenéis ya unos clásicos de esta sección, hay unos cuantos que me tientan especialmente, veremos a ver si soy capaz de contenerme porque a este paso no voy a poder ahorrar para la definitiva nunca jaja...

image3xxl image3xl image1xxlnimage1xxljh  kjkjk image1xlk image1xlj image1xlimage4xxlhimage1xxlkhk

Este último me tiene loquita...

Bueno, eso es todo por hoy, espero que os haya gustado y que os atreváis a compraros alguna cosita o que sorprendáis a alguien especial con alguna de estos detalles.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Mi Amo

Hoy estoy especialemente sensible y feliz, hace 5 ños de un día muy especial, la segunda entrada de mi primer blog trataba de esta fecha. Tengo una gran sensación en el pecho, mi vida no ha hecho más que mejorar.


Últimamente me han dicho de distintas maneras y en distintos contextos qué idea tienen los demás de mi Amo. Creí que transmitía bien cómo es Él, pero me parece que no lo he conseguido del todo, por ello me gustaría describiros cómo es el hombre al que me entregué en cuerpo y alma. Perdonad que me haya extendido, estaría horas y horas hablando de Él...


Kenny Rogers - The Gambler


Suena esta canción en el coche, sabe de quién es, el título, la letra. La canta despreocupado mientras conduce, yo lo miro emocionada, me emociona verlo cantar en el coche..


Mi Amo es un chico de unos 30 años, de estatura media, no es altísimo, no lo necesita, Su espalda ancha y Su sonrisa conquistan e imponen al instante. Mi Amo es un hombre sencillo de gustos sencillos. Le gusta jugar a la consola, a los juegos de mesa con Sus hijas, es extremadamente inteligente, pura lógica y matemática. En verano le gusta llevarse libros de pasatiempos a la playa para que los hagamos juntos, en invierno me abraza cada noche por detrás amoldándose a mi cuerpo, me agarra una teta y me calienta los pies helados entre Sus piernas. Los martes y viernes juega al fútbol, es la mente fría del equipo, ve las jugadas y suele dar el pase de gol.
Mi Amo es un hombre humilde, aún le queda mucho que aprender como Amo y como persona, lo sabe y disfruta del aprendizaje. Es extremadamente responsable y trabaja de más.


Mi Amo es la persona más comprometida que he conocido, siempre ha antepuesto el amor que me tenía a cualquier dolor que le he causado, siempre ha confiado en que cambiaría, nunca se cansó de darme oportunidades movido por la creencia de que yo podía cambiar. Y no se equivocó, cambié, cambié mucho, salí de una horrible depresión gracias a verme reflejada en Sus ojos, gracias a que cada día me mostraba lo maravillosa que era aunque yo no lo veía. Mi Amo es un gran padre, trabaja por darnos todo lo que necesitamos, después de trabajar estudia para ascender, para progresar. Cuando llega a casa besa, abraza a Sus hijas, se ríe con ellas, juega, las ayuda con los deberes y las arropa con ternura. Después me da Su atención como Amo y marido, me consuela si estoy llorando, me susurra al oído guarrerías que me vuelven loca, me pone un cojín en el suelo para ver una serie mientras acaricia mi cabeza.
Mi Amo me da los besos más bonitos, las bofetadas más oportunas y los azotes más merecidos.
No es un Amo especialmente sádico, disfruta más del dominio y la obediencia, pero tiene mano dura para corregir actitudes que me dañan, que nos dañan. Su lema es el poco a poco, paso seguro y certero. Yo iría corriendo a todas partes, en lo que a prácticas se refiere yo ya me hubiera clavado agujas, hubiera probado torturas más duras, por el simple hecho de la curiosidad, no por estar preparada. Él marca el ritmo, Él es quien tiene la capacidad de ver si estoy lista para ciertas cosas. Se guarda el castigo para Él, sabe que yo soy mucho más cruel conmigo misma de lo que es Él. No abusa de mí, rara vez me deja sin orgasmo o sin placer, adora ver mi cara mientras me corro…


Mi Amo es duro, firme y correcto, pero desde el primer día que comenzamos a ser novios dejó bien claro que me quería feliz. No modifica mi personalidad para hundirme, modifica las partes que siempre han estropeado lo maravillosa que soy, como el escultor que golpea el mármol para crear arte, no por destruir piedra.
Mi Amo es de las personas mas equilibradas que conozco. Es cariñoso sin ser empalagoso, es duro pero sabe cuándo ser compasivo, sabe cuándo necesito llorar y cuándo reír.
Mi Amo es hombre amable, educado, no tiene ni un ápice de prepotencia, no le gusta entrar en conflicto con nadie, adora la tranquilidad y los pequeños lujos de la vida: una cerveza, un vino, una barbacoa, una mamada los jueves, que le haga cosquillitas en el brazo, morderme cuando le plazca, un "sí, Amo". No necesita verme sangrar, aprieta mi cuello lo justo para mostrarme que le pertenezco pero nunca hasta verme perder el conocimiento… Él es así, no estudia a otros Amos, le gusta atarme solo para inmovilizarme, no por estética. Quizá sea porque es práctico, tremendamente práctico, las cosas son para lo que son, le gusta lo que le gusta y con esa sencillez es feliz.


Mi Amo es un experto cargando el coche con mis cachivaches de trabajo, me lleva donde me tenga que llevar, me ayuda las horas que me tenga que ayudar, soy Suya y le gusta verme cumplir mis sueños, siempre supo cuidar muy bien de Sus cosas.
Mi Amo es un hombre normal, con el que gusta estar. Una vez un “Ama” maleducada le dijo que no tenía actitud de Amo, quizá porque no miraba por encima del hombro a todo el mundo como hacía ella. Él muy tranquilamente dijo que no le importaba lo que opinara el resto del mundo, que lo que le valía era que yo lo respetara como Amo. Le da igual cómo le perciban los demás, Él no quiere ser un Amo de cara a la galería, Su objetivo como Amo es tener una sumisa que lo respete y lo obedezca, como véis otra vez esa simplicidad, esa practicidad ¿Qué significa ser Amo? Tener una sumisa y, como diría una amiga, PUNTO.


Y claro que a veces es duro, y claro que a veces lloro, claro que a veces me usa sin piedad, pero en esos momentos de castigos difíciles en ningún momento aparece ni un pensamiento negativo hacia Él porque, en los 11 años que llevamos juntos, jamás me ha dado un sólo motivo para pensar que quería hacerme daño, todo lo contrario.


Si véis a mi Amo por la calle veréis a un joven de espalda ancha, pelo rapado y barba corta. Veréis a un hombre que no va por la vida imponiendo, que no se esfuerza en hacer que le respeten, que no busca aprobación. No os pedirá que le habléis de Usted, no os hará sentir incómodos, será educado y amable. Él es mi Amo, no el Amo del mundo. Él es una persona, no un personaje…


Es curioso, al final, con Su naturalidad se hace querer, se hace respetar...

viernes, 18 de septiembre de 2015

Mi cuento: no eras tú

Segunda parte de "Mi cuento: princesa o puta"


Lana Del Rey - Once Upon a Dream


Miraba al ordenador y giré la cabeza, la luz de la pantalla te iluminó, vi tu sonrisa y lo supe, eras tú. Bailamos, nuestras caras se rozaron, tu olor impregnó mi nariz y mis sentidos, no podía mirarte, no quería que vieras en mis ojos que ya sabía que eras tú.
Tus manos en mi cintura, el primer contacto de nuestros cuerpos anunciaba grandes cosas. Los días posteriores sin verte, de ti presumía, tu magia me había impregnado, no sabía siquiera si volvería a verte, pero yo sabía que no me equivocaba, que eras tú, que eras el hombre de mi vida, puede que nunca fuera una princesa, pero siempre fui muy bruja. Y llego aquel día, llegó aquel banco en el que nos miramos y decidimos intentar algo, llegó ese primer beso con sabor a menta y olor a mora, ese beso perfecto y mágico que me confirmó que eras tú.
Pero qué idiota fui, qué equivocada estaba, pensé en el amor superficial y romántico, olvidé qué quería realmente, me dejé cegar por la idiotez de niña pija y tonta y creí que eras un príncipe, que eras mi príncipe azul. Erróneamente intenté ser princesa y desterrar a la puta.
Los años pasaron y la princesa se fue subiendo a su trono, fue volviéndose exigente y caprichosa. Fue dejando de valorar al príncipe que tenía a su lado. A pesar de salirse siempre con la suya aquella princesa estaba triste y llena de dolor… no podemos ignorar lo que somos, no podemos subirnos a un pedestal cuando sabemos que nuestro sitio está lamiendo pies…


Qué bonito fue, qué bonito es, que maravilloso descubrir que no eras tú, que felicidad descubrir que era Usted…


No bailé un vals con un príncipe, bailé con mi Amo, y no lo sabía, no sabía que era el hombre de mis sueños, el hombre que me sonrojaría la piel a azotes, el hombre que me follaría sin piedad, que me colorearía las mejillas a bofetadas, que me haría estar hermosa, que me coronaría como la princesa puta.
Y sé que Usted es Él. Lo sé por las veces que me hace reír, por los pellizcos y las cosquillas, lo sé porque me da de comer helado y semen, me da de beber vino y pis, me hace bailar como una diosa y me trata como una perra. Beso Sus manos, lamo Sus dedos, lo miro sin que lo sepa, lo venero sin que lo sepa, o al menos no sabe cuánto. Adoro Su cuerpo, Su piel, Sus ojos negros, adoro Sus dientes con todas mis fuerzas, creí que me enamoré de ellos por la sonrisa que le hacían tener, pero me enamoré de ellos por los bocados que me darían. Sé que es Usted porque me eleva a lo más alto con los besos que me dan Sus labios y me degrada como a la más cerda con un beso negro. Me regala ropa de princesa y me adorna el cuerpo con morados de puta. Yo soñé que me sometían a la fuerza, que me esclavizaban, que me obligaban a ser de alguien, pero llegó Usted e hizo que yo solita me pusiera a Sus pies, que yo solita pidiera ser Suya para siempre. Y nadie entiende que le entregué mi vida, que lo hice de verdad, porque mi vida dejo de ser mía cuando Usted la valoró más que yo. No importa si al final de todo no acabamos juntos, todo este baile se repetirá eternamente en el bucle infinito del tiempo, como un cuento que se cuenta una y otra vez y nunca muere, yo siempre seré Su pelusilla y Usted siempre será mi Amo.


PD.: Una mañana de Domingo, a los dos días de escribir este texto, yo estaba triste. Me paró en el pasillo para despedirse porque se iba, me levantó la barbilla, me besó, me abrazó fuerte y comenzó a mecerse, a mecernos muy poquito al ritmo de una canción, al ritmo de esta canción que casualmente sonaba. Él no sabía que yo había escrito todo esto con esta canción, Él no sabía que me estaba confirmando todo lo escrito… la noche anterior me había reventado el culo sin piedad, más salvaje que otras veces, había llorado por lo humillada que me había sentido, por lo mucho que había sufrido, y a la mañana siguiente estaba bailando conmigo una canción ñoña. Y es que es Él, porque me acepta, porque acepta mi parte princesa y mi parte puta, hace lo que le sale de los cojones con toda yo, pero sabe darle a cada parte de mí el pequeño gesto que necesita. No soy una sumiprincesa, no exijo, no me rebelo, sólo acato y obedezco, pero Él me conoce como nadie más, por eso me coronó como Su princesa puta.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

La entrega

La entrega ¡Vaya cosa! Todo el mundo se entrega a algo, pero en BDSM la entrega es realmente importante, algo fundamental, perdonádme que sea tajante en esto: sin entrega una sumisa no es sumisa.


¿Qué es la entrega? La entrega es un sentimiento, no una sensación, un sentimiento. No la podemos buscar fuera, debe salir de nosotros, no querer que nos lo provoquen.
Dicho esto diré que hasta hace muy poco andaba un poco loca con este tema. Más bien no tenía bien definido este sentimiento en mi interior, como siempre había dos tendencias en mí. Una, la que me decía esto, y otra, la superficial y caprichosa que fantaseaba con sesiones durísimas creyendo que era la única manera de agrandar ese sentimiento mágico.
La semana pasada tras un castigo durísimo que ya os contaré, justo al día siguiente andaba revuelta ordenando pensamientos y sentimientos, le daba vueltas a la lección que debía aprender. No sé si os ha pasado que a veces la respuesta es muy simple pero necesitas que alguien ajeno te la diga. Pues casualidades de la vida ese día fuimos mi madre y yo a comprar ropa. Cuando acabamos nos tomamos una coca cola light como siempre hacemos. “Ángela, puedo hacerte una pregunta?” Cuando mi madre me dice eso me echo a temblar, sus preguntas siempre preceden grandes cambios en mí. "¿Tú estás bien con todo aquello (BDSM) que me contaste? Es que te he notado triste últimamente y creo que es por eso, además me da miedo que te hagan daño…” Supe que era el momento de profundizar un poco más en el tema con ella. Le conté todo, le conté mi visión sobre el BDSM. Fue una conversación increíble, mi madre es genial, y es la que tiene la respuesta a muchas de mis preguntas. Le dije que a veces me angustiaba porque necesitaba que Él tuviera ciertos comportamientos más duros, básicamente que querría que estuviera todo el día haciéndome putadillas, que no entendía porqué no lo hacía, que y si no sentía todo esto de BDSM… y entonces mi madre me hizo una reflexión que más bien fue una patada en el estómago, la patada que necesitaba: “ Por todo lo que me cuentas, y porque te conozco, creo que Él no necesita estar poniéndote a prueba para sentir tu entrega, Él sabe que eres Suya en cualquier situación, cotidiana o no. El problema está en ti, quizá eres tú la que no para de demandar situaciones que te hagan sentir tu entrega, porque por ti misma aún no eres capaz” Joder, qué dolor y qué alivio. Tiendo a culpar a los demás, a exigirles que me hagan sentir esto o aquello, y no sé cómo fui tan tonta de pensar que en BDSM sería distinto.
Esto me tiene reflexionando casi a diario, me siento liberada, cuando encuentras el fallo ya es fácil distinguirlo y neutralizarlo. Por ello para mí es fundamental trabajar la entrega fuera de las prácticas por diversión, no quiero confundirme, no quiero creer que la entrega es cuando me azota y me aguanto sin moverme. La entrega es mucho más que eso, es algo a sentir incluso cuando no te están haciendo nada. Que sí, que es algo que ya sabía, pero necesitaba separarlo aún más, porque si no, veía a otras sometiéndose a prácticas que yo aún no soy capaz y me sentía inferior por el simple hecho de soportarlas, no por la entrega real.
Yo veo la entrega como un camino en el que avanzas de manera ascendente, y las prácticas como algo en lo que avanzas de manera horizontal, no sé si me explico. Una persona que esté superando cosas poquito a poco, que aún esté empezando y soporte 10 azotes puede estar más entregada que otra que aguante 100. Y al revés también. O estar al mismo nivel de entrega.
Y ahora haré una reflexión que también he conseguido desgranar. Entiendo que como sumisas tenemos unas fantasías, situaciones y prácticas que queremos realizar. Entiendo que cuando alguien busca Amo lo busca lo más afín posible a sus gustos. En mi caso desde pequeña no he deseado realizar prácticas, solo someterme a alguien, entregarme. Hay prácticas que a mi Amo no le gustan especialmente, no las descarta, pero me dice: “Tú hazte al cuerpo de que eso no lo vamos a hacer y ya si ocurre pues eso que te llevas” eso me frustra, son cosas que quieres vivir y no lo vas a hacer, pero entonces es cuando tengo que volver a mis orígenes y preguntarme ¿Qué es lo que deseaba? Entregarme ¿Y es que entregarse no exige sacrificios? ¿Qué es más importante para mí, realizar ciertas prácticas o entregarme de verdad? Yo tengo claro lo que elijo, no voy a sacrificar mi necesidad en pro de un deseo, pero sí me compensa sacrificar ese deseo de corta duración en pro de lo que me hace feliz cada momento de mi vida.
Damos por hecho que entregarse es aceptar vivir ciertas experiencias que no nos gustan, en las que sufriremos, pero nos olvidamos que entregarse también es aceptar que habrá otras que no realizaremos. Quizá esta parte de la entrega sea más dura que la otra. No es lo mismo sumar experiencias que dejar de vivir otras.
En twitter es genial leer las experiencias de algunas sumisas, llenas de prácticas durísimas que las llevan a emociones muy intensas, es maravilloso cómo lo expresan. Con tanto entusiasmo y sentimiento que, al menos yo, me identifico, me calan tanto que comienzo a fantasear con lo que cuentan, aunque a mí la práctica en sí no me guste, o sepa que no estoy preparada. Y eso es peligroso, llega un momento en que confundimos la admiración con meta. Por ello me parecía fundamental diferenciar, puntualizar que esa entrega se puede sentir en otras circunstancias, que la entrega se mide en base a cómo te das a TU Amo, con las exigencias, gustos y características que tenga cada uno. Que la entrega se mide por tu disposición a dejarte llevar al tipo de crecimiento al que te quiera llevar TU Amo, ya sea por crecer hacia prácticas más duras, hacia una entrega mental mayor, hacia un control de tu vida mayor… o de todo un poco, me da igual. La entrega es el empeño que pongas en servirle, aunque falles, el empeño de superar todas las mierdas que se remueven dentro cuando fallas, por seguir intentándolo.
En mi caso me ha dolido mil veces más que me diga algo en lo que he fallado a nivel personal, y he tenido que tirar mas de mi entrega para superarlo que cuando he fallado en algo físico, cuando no he conseguido soportar algún dolor.
La entrega es maravillosa, un sentimiento único. A veces hablo demasiado tajante, sobretodo cuando hablo de mí. No quiero que entendáis que no he sentido entrega, simplemente es que me ha parecido algo tan bonito que no quiero quedarme en la superficie, quiero ahondar y ahondar, trabajarme lo máximo posible por entregarme lo máximo posible. Sé que es el sentimiento que me hace feliz.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Mi cuento: princesa o puta

A dream is a wish your heart makes - Lily James


Había una vez una pequeña niña que soñaba con cuentos de hadas, cantaba canciones de Disney en la entrada de su casa, daba vueltas sintiéndose una princesa atrapada en un palacio. Soñaba que su príncipe venía a rescatarla, que bailaban, que la consideraba la cosa más bonita del mundo y la cuidaba para siempre… Pero había una vez la misma niña que soñaba con cuentos oscuros, con cuerdas, azotes y dolor. Soñaba que un hombre la sometía, la castigaba y la humillaba, porque os contaré que esa niña soñaba con ser una puta. Miraba a los hombres desde abajo, se preguntaba cuál de ellos sería el que se la llevaría raptada a la fuerza.
Y así pasaban sus días, deseando al príncipe que la acostara entre algodones, que la besara con extrema ternura y deseando a otro hombre que la pusiera en sus rudas rodillas, que hurgara en sus agujeros, que la torturara sodomizándola. Y esa niña lloraba, lloraba mucho, ni el príncipe ni el ogro de su cuento aparecían nunca, la dejaban sola, se sentía abandonada preguntándose quién prefería que apareciera, el que le consintiera todos sus caprichos, o aquel que la sometiera a los suyos.
Creeréis que es fácil para una niña fantasiosa ser consciente de que los milagros no existen, que es imposible que un hombre abra la puerta mientras te masturbas para abofetearte sin piedad por ser tan puta, que es imposible que un príncipe abra la puerta del dormitorio para abrazarte cuando lloras desesperada.
Y es que a esa niña le mataba la certeza de que sus sueños se realizarían, le mataba esa voz que le decía que siguiera soñando que su cuento tendría final feliz…
Y así pasaron los años para nuestra niña, pasaron preguntándose cada día si se sentía más princesa que puta o más puta que princesa.

martes, 8 de septiembre de 2015

Cosas que de mí que os darán igual

Hoy llueve al otro lado de la ventana y llueve también dentro de casa, sí, como esa escena en la que se ve una nubecita encima de una persona y la va persiguiendo. Hoy me siento así, estoy cansada de muchas cosas, sobretodo estoy cansada de mí misma.



Siempre he sido muy sensible, más de lo normal, mi madre no ha parado de hacerme ver lo bueno que era eso, me lo decía cada vez que venía a casa llorando. Veo la vida con otro prisma, las cosas me han dolido mucho, cosas que los demás han hecho sin ser conscientes, y cuando lo he explicado no han terminado de entender a qué me refería. Me siento como una vidente que ve fantasmas a su alrededor, pero yo en vez de fantasmas veo sensaciones, veo el trasfondo de todo, soy capaz de ver por qué las personas hacen lo que hacen, qué verdadero sentimiento los mueve, es una tortura.
Me imagino a mí misma con una capa menos de piel, la más mínima brisa sería suficiente para sentir el frío, una suave caricia se multiplica por mil. Claro que es bueno para algunas cosas, pero las malas me pesan tanto… Estoy harta de ir contracorriente, estoy harta de que me duela así el alma, estoy harta de escucharme.
Medito mucho mis decisiones, las tomo creyendo firmemente que es lo mejor, que es la única manera de ser feliz. Cuando me alejo de una persona lo hago porque he intentado que funcione una y otra vez, me alejo sabiendo que ya no tengo nada más para ella, lo he dado todo. Veo a las personas cómo hacen mal las cosas, como insultan, como ningunean, como se dejan llevar por la rabia, el egoísmo, la envidia, como se dejan llevar por sus más oscuros sentimientos sin considerar nada, sin mirar a quién hacen daño y siguen con sus vidas olvidando cómo actuaron. Pero lo peor viene cuando veo que otras personas aguantan eso, siguen “queriéndose” olvidando lo mal que se portaron esas personas. Os pondré un ejemplo concreto que es el que más me duele ahora mismo. He sido una persona que ha valorado mucho a su familia, voy a hablar de tíos y primos, dejo fuera mi madre y mi padre que con ellos es distinto, es más especial. Creía que éramos una familia especial porque nos reuníamos mucho, siempre contábamos los unos con los otros, resolvíamos juntos los problemas. Soy la prima mayor, mis primos eran mis hermanos, ellos han tenido problemas serios, por el dinero y por otros motivos más duros. Yo me he volcado con ellos, si mi tía no tenía dinero para los Reyes yo con mis ahorros les compraba juguetes, sobretodo con las dos pequeñas las he cuidado, las he consolado, ahorraba para llevarlas al cine o a la piscina de bolas, querían que fuesen niñas felices, que sufrieran lo menos posible, era su tata, les he demostrado mi amor lo mejor que he podido, incluso de mayor, con dos niñas pequeñas me he volcado en ellas, he ido a hablar con sus profesores, me he ocupado de sus problemas, las he escuchado, he intentado que sufran lo menos posible su situación. Todo esto no lo digo para decir que soy muy buena, que me debían algo, por favor, no me malinterpretéis, solo os pongo en antecedentes para que entendáis mi dolor. Todo esto siempre ha sido un lastre, han sido preocupaciones para mí, son situaciones muy duras a las que nos hemos enfrentado todos estos años, sí hablo de drogas, maltrato y demás. Cuando era pequeña no me planteaba nada, era mi familia y tenía que hacer todo lo que podía y más por ellos, quería que fuesen felices, que supieran que había personas que los quería. Pero vas creciendo y te vas dando cuenta que quieres salvar a alguien que no quiere ser salvado, que repite una y otra vez los mismos patrones, que exige que le des lo que ellos no quieren molestarse en buscar, quieren que tires de su carro. Todo esto era algo que rondaba mi cabeza, pero prefería creer que eran cosas mías y seguía dándoles. Pero hace dos años pasó algo, una de esas tonterías que te duelen más de lo que deberían. Yo me dedicaba a hacerles fiestas a todos cuando eran sus cumpleaños, quería unirlos, les hacía tartas caseras y les compraba regalos, en esas fiestas éramos una familia unida, feliz, y yo me decía a mí misma que merecía la pena cualquier cosa por esa unión tan especial, yo los quería y ellos me querían a mí, yo era capaz de sobreponer sus cosas buenas a las malas y creía que ellos me valoraban igual. Pero llegó mi cumpleaños, por casualidad nos reuníamos en casa de mi abuela. Cuando llegué no había globos, no me importó. Cenamos, reímos, y llegó la hora del postre, nadie había comprado tarta, nadie había tenido ni un solo detalle conmigo. Me puse a llorar, me consideraron infantil y caprichosa por enfadarme por eso. Yo no quería una tarta, no lloraba por eso, me había dado cuenta de que nunca me habían comprado una tarta. Mientras fui al coche a por un roscón de reyes que había comprado para mi casa, el alma me dolía, nada de lo que creía era cierto, la única verdad era que si yo no llevaba tarta no había cumpleaños ¿Me entendéis? No había magia ni unión, si yo no me esforzaba ellos no ponían de su parte, era un espejismo, ellos querían a alguien a quién seguir, querían una base pero sólo se dejaban llevar. A parte de ver que no me valoraban nada. No quería agradecimiento especial, solo quería el mismo trato que tenían los demás, si yo era capaz de ver que se merecían una fiesta de cumpleaños, por qué nadie vio que yo también. No creáis que me entendieron, siguen pensando que soy una superficial y que lloré de capricho. No era capricho, mi madre ya me había hecho una tarta, ya lo había celebrado con mi Amo, es solo que quería que ellos me quisieran como para tener aunque fese un detalle. Esa fue la primera evidencia, pero yo seguí ahí, con más contención, pero seguí. Hace unos 6 meses pasó algo, algo que me pilló en un momento de mi vida que no podía tolerar ni una sola tontería, un momento de mi vida en que por fin era consciente de que he venido a este mundo a ser feliz y no a cargar con las mierdas de otros. Intenté explicar mi posición, mis argumentos, no me entendieron, como siempre, pero esta vez yo no me aguanté ni intenté convencerlos, simplemente decidí alejarme. Les dije que me iba a distanciar un poco, que tantas cosas me estaban desbordando, que no estaba enfadada que podían llamarme si querían verme o hablar conmigo, o ver a las niñas. En estos 6 meses no me ha llamado nadie.
Os he soltado este rollo porque he sabido que ellos me han interpretado de otra manera, que la mala soy yo por haberlos abandonado. Y esa piel sensible que tengo se eriza, y os pregunto ¿De verdad es tan difícil entender por qué me duele?¿De verdad soy la mala? Y no me lo planteo por decir los malos son ellos, es que ya me planteo que sea yo la suicida en dirección contraria, que quizá soy yo la que se equivoca, que todo lo que pienso son locuras que los demás son incapaces de ver, que creo que tomo decisiones acertadas pero son espejismos fruto de mi mente enferma.
Esto es solo un ejemplo. Pero veo que me voy quedando sola, que mi círculo de amor y confianza se va reduciendo cada vez más, y aunque no lo veía como algo malo empiezo a preguntarme si hay algo en mí, algo tan malo como para sacar solo rechazo de los demás, algo que haga que por mucho bien que le haga a alguien ese alguien no me quiera, o no le salga cariño hacia mí. A final no gusto.



Bueno, ya miraré a ver qué hay en mí para provocar o no provocar eso en las personas. Siento todo esto, necesitaba contarle al mundo que hoy la vida duele, que la vida me duele de más.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Si no lo hubiese conocido

Me mezo con la brisa de las mañanas de verano...


Andrés Calamaro - Flaca


Me contoneo en la barra de un bar, el brillo de las copas opacas no deslumbra, los ojos lascivos de los parroquianos me miran con desgana. Bailo borracha por olvidar que nada me sacia. Bailo borracha porque nadie me entiende, ni yo misma. Bailo borracha sabiendo que esa noche acabaré follando con cualquiera, en cualquier cama que mañana no recordaré. Pero bailo y me siento una diosa, qué más da que mañana el vacío vuelva, qué más da que mañana me sienta sucia y usada. Follar y bailar son lo único que me calma, es el bálsamo de mis anhelos. Quería ir a París, quería reír entre las olas de la playa jugando con ese alguien, quería compartir helado de tarta de queso, quería dormir abrazada cada noche, quería conocer palmo a palmo el cuerpo de otra persona, quería oler su sudor, sus feromonas, quería llorar entre unos brazos llenos de consuelo, quería morder carne amiga, quería chupar su polla con veneración… Pero aquí estoy bailando borracha en la barra de un barezucho de mala muerte.
Esta noche sentiré un cuerpo sobre el mío, pero no será ese cuerpo, sentiré un polla penetrándome, pero no será esa polla, está noche un hombre me mirará con deseo, me poseerá, pero no será esa posesión, ese tipo de posesión que deseo.
Me contoneo, me subo el vestido, tanto que se vislumbra el inicio de mi lencería, ese encaje que aquel hombre del fondo me arrancará a bocados esta noche. Ya me he fijado en él, a ese hombre le toca esta noche jugar a ser ese Él. Lo miro, sonrío con descaro, no me ando con tonterías, quiero follármelo y quiero que lo sepa.
Estamos en su cama, nos revolcamos sudorosos, no hay mucho preámbulo. Me abre las piernas y me penetra, lo agarro, lo tumbo, me subo encima, quiero llevar mi ritmo, quiero bailar también sobre él. Me muevo con los ojos cerrados, imaginando a ese hombre sin rostro, imaginando al que llenaría mis vacíos, a ese que no me dejaría cometer tantos errores. Me corro mientras una lágrima se pasea por mi mejilla, y es que justo en el momento más placentero, justo cuando llega el maravilloso orgasmo, acaba la fantasía y la realidad abofetea, duele. No es Él, no ha llenado mis vacíos, no soy la diosa de nadie, no comeremos un helado de tarta de queso para desayunar.
Las calles aún están vacías, el sol comienza a salir, doy tumbos de un lado a otro, doy tumbos y me mezo con la brisa de un triste amanecer de verano...