miércoles, 25 de abril de 2018

La más idiota

Aquí estoy de nuevo, sintiéndome la más idiota del mundo, tranquilos, es sin castigo, simplemente es algo que experimentar tras este aprendizaje. Él ya me lo dijo: "Ángela, eres muy drástica, simplemente deja de escribir por obligación, pero no te despidas del blog, quizá más adelante te apetezca escribir algo en él" pero yo necesitaba despedirme de él y sí, soy muy drástica, necesito símbolos para avanzar.

Hoy sin venir a cuento he escuchado una canción y me he dicho: quiero publicar en "Azote y café" es mi blog, un lugar en el que divertirme y nutrirlo de historias que solo aquí puedo volcar.

Quizá tenía que suceder así, porque sí es cierto que no soy la misma que se despidió, estoy metida en un curso intensivo de vida y una de las cosas que más fuerte me ha llegado es la necesidad de divertirme y solo eso. Me he dado cuenta que no me dejaba disfrutar, que convertía cualquier diversión en obligación... También me he dado cuenta de que debo ser más espontánea, dejar de pensar tanto las cosas y dejar salir a la locura, esa que hoy me ha hecho publicar esto, aunque mañana me arrepienta... ¿Qué más da?

Así que esto es parte de mi lección, el vivir esta sensación de "vergüenza" por volver tras despedirme, esta sensación de "Ángela, tú no haces las cosas así, esto no es propio de ti, tú eres drástica y férrea cuando se trata de ser fiel a tus decisiones" anda, acabo de verle las orejas otra vez a mi soberbia, me agarro tan fuerte a mis decisiones como dando por hecho que ninguna es equivocada. Pues sí, querida soberbia, me equivoqué, querría volver a escribir aquí,  sí, de otra forma, pero quería volver a escribir. Qué bien conozco este "bulle, bulle" en el estómago, ese que siento cuando le doy una patada a mi ego, y se duele y me duelo. Pero hoy siento que me he reconquistado, que he reconquistado este hueco que con tanto cariño e ilusión creé. Ahora lucharé para usarlo simplemente para divertirme, nada más.

Mientras escribía esto me ha llamado mi madre y le he contado este proceso y me ha dicho una frase clave: "Tu alma te pide ser río y has empezado a serlo, pero aún tienes el recuerdo de cuando eras piscina" y es eso, los ríos fluyen, no se plantean por dónde pasarán y como construir ese camino, solo pasan y se abren paso por donde les da la gana.