martes, 28 de julio de 2015

Guiar o tirar

Cuando éramos novios cada viernes Él jugaba en a peña de fútbol de su padre, yo iba a verlo, todo para que su padre nos dejara el coche “para llevarme a casa”. Su padre es de los que cuidan mucho su coche, por eso aún conservaba el primero que se compró que llevaba casette en vez de reproductor cd. Todo esto es para contaros que cada viernes escuchábamos Revolver, las únicas cintas que había en el coche. Al principio no me gustaba, pero como comprenderéis, asocié esas canciones a sensaciones muy positivas, y no solo eso, sino que Revolver ha puesto música a muchos momentos de nuestra vida, incluso a los malos, ha tenido esa canción que te da la respuesta, que te dan ganas de luchar, esa canción sin la que quizá hoy no estaríamos juntos, pero esa es otra historia…


Asustando al huracán - Revolver

Ultimamente vengo observando algo en mí, momentos en los que me siento tremendamente sola, me siento como si nadie entiendese… pero es algo más, es la amargura de sentirme abandonada, es como si sintiese que nadie está haciendo nada por sacarme de ahí. Os pondré un ejemplo de los míos… Un día volvió del trabajo, comimos y nos fuimos a hacer un montón de tareas que yo tenía programadas: floristerías, modista, tiendas, visita familiar… casi todas relacionadas con las bodas en las que estoy trabajando. Él estaba de malhumor, me regañó por algunas cosas e incluso llegó a decirme que si no podía con todo quizá debería plantearme lo de la empresa. En aquel momento otro vendaval de sentimientos me atacó, yo también me puse de malhumor, quería decirle muchas cosas, pero no podía hacerlo. Me planteé si quizá llevara razón, si quizá esto no ha sido más que un juego que debo dejar, si debo renunciar a mis sueños e inquietudes… me volví a enfadar con Él, por no apoyarme en mi sueño, por decirme esas cosas cuando sabe que estoy en un momento de máximo estrés, otra vez me sentí incomprendida y abandonada en el momento más crítico… pero esa voz interior con la que converso mucho me dijo: Ángela, no estás abandonada, estás sola, tú eres fuerte por ti misma, no debes depender del apoyo de los demás para mantener tus sueños. Y entonces ví lo injusta que estaba siendo también con Él, ya que siempre me apoya todo lo que puede y más, siempre está ahí animándome, siempre me dice lo mucho que valgo, aguantándome cuando me pongo nerviosa, o me da la inseguridad, siempre hace lo que sea necesario para cumpir mis sueños. Ese día había tenido una mañana de trabajo difícil, estaba cansado y, al igual que yo los tengo mil veces, Él estaba de bajón. Y lo comprendí, comprendí lo injusto que es apoyarse tanto en otra persona, depositas en ella tu fuerza y si algún día esa persona flaquea, flaqueas tú y encima se lo echas en cara. Y comprendí lo mal que lo hacía conmigo misma también, no soy una niñita desvalida y por eso no puedo actuar como tal, es más cómodo, pero no es bueno para ninguno. Estoy ignorando que soy fuerte, que he afrontado muchas situaciones en la vida con una sonrisa y con valor, y que encontrar a un Amo que me cuida no significa que pueda echar todo el peso en Él. Creo que es difícil en cualquier relación saber llevar este tema, pero en una 24/7 es incluso más, convives con Él, sabes que te cuida, que dependes de Él, que estás entregada a Él, pero en la parte profunda de cada uno estamos solos. Él me cogerá de la mano y me guiará, pero no puedo exigir ni pretender que tire de mí. Este es un concepto muy importante, distinguir entre guiar y tirar.
Y aquí es donde os cuento cómo a raíz de todo esto he conseguido comprender algo que me daba vueltas. Durante muchos años he tenido a veces un dolor intenso en el corazón, el dolor de la ausencia. Mi abuelo era el patriarca de mi familia, él solucionaba todos los problemas, nos aconsejaba, nos guiaba, pero cometió el error de creer que debía tirar de todos nosotros, y nosotros nos dejábamos tirar, era cómodo. Mi abuelo me daba esos consejos, esa estabilidad que mi padre nunca me dio y que en aquella época necesitaba. Era un hombre muy sabio que se fue de una manera muy especial que algún día os contaré. Desde que mi abuelo murió no lloro igual, dejó un vacío, un echarlo de menos en muchas ocasiones, pero no de manera sana, echo de menos que tire de mí como lo hacía. Murió de cáncer en el cerebro, para mí no hay enfermedad más psicosomática que el cáncer. Entiendo que se fue porque no podía más, porque no podía tirar más del carro, ya pesábamos mucho. Esa relación aparentemente tan buena era la relación tóxica de la que hablo hoy, pero llevada al extremo. La carga que le echamos todos fue demasiada, el dolor y la sensación de miedo que sentimos todos cuando se fue, desproporcionada. Cada vez que algo se me ponía cuesta arriba pensaba en él, en lo que mucho que necesitaba su consejo, sentarme en el sofá a su lado a escuchar lo que tenía que hacer, segura de que era la decisión adecuada. Pero esta vez fue distinto. Como algunos sabréis a principio de este mes mi hija y yo nos pusimos enfermas, nos decían que era gripe, pero yo sabía que no lo era, con las pocas fuerzas que tenía hice lo que pude para solucionarlo, finalmente nos diagnosticaron neumonía. Fue de las semanas más duras, en las que más miedo he pasado, y la enfermedad en la que más delirios y paranoias he tenido. La noche que nos lo diagnosticaron no podía respirar bien, me dio miedo pensar que ya estábamos en una fase peligrosa. Ahora lo veo hasta tonto, pero tenía 39 de fiebre. Mi hija estaba dormida tranquilamente, yo en el sofá ardiendo y llorando, con mi Amo luchando conmigo por ponerme paños mojados… lloraba por que quizá mi hija no pudiera respirar tampoco, porque le pasara algo y yo no me diera cuenta, tuve mucho miedo, sentía que nadie podía hacer nada por mí, que ocurriría una catástrofe. En el peor momento me vino a la cabeza mi abuelo, lo imaginé mirándome, cuidándome desde algún sitio, lo imaginaba con sus ojos diciéndome que no dejaría que le pasara nada a mi hija. Llevaba mucho tiempo sin llorar porque sabía que no volvería aunque lo hiciera, pero en aquel momento sí volvió, aunque fuese una visualización o delirio, porque yo lo necesitaba de verdad. Y algo me cambió por dentro, no sabía muy bien el qué, pero hoy lo he comprendido, lo que sentí es que los demás, hasta la persona que más quieres, están ahí para ayudarte cuando lo necesitas de verdad, cuando por ti misma no puedes, entonces es cuando te agarran los brazos para ponerte los paños húmedos, cuando aparecen para decirte que todo va a salir bien, que no siempre depende todo de ti, que puedes bajar la guardia una noche, tranquila de que ellos cuidarán de que nada pase. Pero el resto del tiempo eres tú la que tiene que tirar de ti misma, eres tú la que debes motivarte para cumplir tus sueños, eres tú la que debes espantar a tus fantasmas, eres tú la que debe tomar decisiones, la que debe darle vueltas a sus propios asuntos. A tu alrededor hay personas que hacen esa labor más fácil pero no la pueden realizar ellos, ellos son compañeros con sus propias vidas que sacar adelante.
Me imagino de viejecitos, sé que Él será esa persona referente, ese abuelo sabio, ya tiene mucho de eso, pero yo voy a trabajar duro para ser ese alguien que recuerdas en los momentos difíciles.


Quiero dejar de ser la asustada para ser la que asusta al huracán.

viernes, 24 de julio de 2015

24/7

Miro atrás, me veo con 7 años imaginándome de mayor, deseando sentir todo aquello que no entendía. Me veo ya con 10 años fantaseando antes de dormir, los príncipes no eran para mí, yo quería hombres malos que me esclavizaran, que me retuvieran para obedecerles, para dar rienda suelta a sus fantasías perversas. Con 14 años encerrada en el baño, tocándome, pellizcándome, rezando para que el hombre de mis fantasías abriera la puerta y me dominara. Miro atrás y veo que siempre quise pertenecer cada segundo de mi vida, y aunque ahora tengo eso, aunque ahora vivo aquello que siempre deseé no ha sido fácil, ni lo es.
El 24/7 me ha dado llanto y angustia, puede que ahora sea mi felicidad, pero sigue atormentándome, condiciona muchos de mis pensamientos, condiciona muchas de mis sensaciones y muchas de mis decisiones. He llorado mucho por desearlo y lloro mucho por el miedo que me da a que no sea real, a que todo sea producto de mi mente fantasiosa.
Llevo toda la vida en 24/7, aunque fuesen Amos inventados, estaban presentes en cada uno de mis pensamientos, no sé ser de otra manera. El 24/7 no es algo nuevo, es algo que traigo aprendido no sé de dónde.
Y me he sentido rara, muy rara, me he sentido enferma, loca… y aún no tengo muy claro que realmente no tenga un problema mental, no por ser sumisa, no me malentendáis, sino por esa fantasía que inunda mi mente, por esa habilidad de ver el mundo a través del prisma de mis sueños. ¿Y si creo que se hacen realidad y no es más que una imaginación?¿Y si es producto de mi mente? A ver, las cosas son como son, pero y si esa felicidad que siento es un aliño fantasioso de la realidad.



El 24/7 para mí ha sido anhelar y desear dolores y tormentos que ahora no puedo soportar, es desear que Él sea un sádico a pesar de yo no ser masoquista, es violar todas las leyes de la igualdad y la razón. Es luchar por ser una esclava, por sentir lo que te dicen que no se debe sentir. Es hacer sacrificios por otra persona, renunciar a momentos tuyos, a vivencias, es tener que morderte la lengua en más de una ocasión. Me he sentido un bicho raro, un monstruo, una loca, pero sabía que sin eso no podía vivir, que renunciar a esa parte de mí sólo me traería problemas.
Sé que hoy es el 24/7 que es un día en el que celebrar que lo vivo, que tendría que decir sólo cosas buenas, y es cierto que el 24/7 tiene una parte maravillosa, pero de ella ya os he hablado, esa parte ya la conocéis y seguro que la imagináis, es una parte que lo compensa todo, pero hoy quiero enseñaros que también me ha hecho y me hace sufrir, que tiene una parte dura y difícil, que no es un cuento de hadas y azotes. Hay que estar muy seguro de que es lo tuyo, muy seguro de que quieres formar parte de ello, muy seguro de que eso te hará feliz.


Sé que son divagaciones, pero soy así. Las bofetadas de realidad son las que más daño me hacen, un daño profundo que hace temblar los cimientos de todo en lo que creo. Y es que mi historia es tan bonita que me atormenta.
No sé que es el 24/7 para otros, para mí son unos números que odio y amo a partes iguales, unos números que forman parte de mí, que llevo en cada recuerdo de mi infancia, en cada poro de la piel, en cada lágrima y cada gemido, son unos números que le dan sentido a todo, pero que, a veces, también lo enturbian todo.
El 24/7 es un amasijo de anhelos, deseos, orgasmos, locuras, pensamientos, necesidades, lágrimas, es un amasijo de carne, huesos y sangre que lleva mi nombre.

miércoles, 22 de julio de 2015

Las diferencias

Leyendo este post del blog Mariposas de chocolate, me sentí tremendamente identificada, ya había hablado con una lectora sobre spank y BDSM y yo defendía justo eso, que no es lo mismo, pueden tener rasgos similares pero no es lo mismo. Esta lectora es spankee y sin embargo nos entendemos tremendamente bien, tenemos sentimientos parecidos, y ella se siente identificada con mucho de lo que escribo, pero lo canalizamos de manera distinta, ella con el spank y yo con el 24/7. Marcar una diferencia se tiende a entender como algo negativo, en mi blog defiendo el 24/7 porque es lo que yo vivo, no sé hablar desde otra perspectiva porque no la siento, eso no hace que lo que yo digo sea mejor o peor que nada, simplemente es mi sentir. Dicho esto, cuando leí el post sentí la necesidad de marcar mis diferencias, llevo ya un tiempo dándole vueltas a las diferentes formas de vivir el BDSM y en algún post ya he hablado un poco de esto, pero me apetece dedicar una entrada a este tema.
Yo soy Suya, sin roles ni títulos, le pertenezco entera y acato cualquier decisión que Él tome. Creo que el 24/7 es un BDSM sin roles, eso es lo que nos diferencia de otras formas de vivirlo, para mí es indispensable integrar ese sentimiento a mi vida, necesito saber que no soy una sumisa, sino que soy Ángela, que pertenezco, no a un Amo, sino a Él, necesito esa normalidad, no quiero ser sumisa de sesiones, de hecho las sesiones no es lo que más me gusta. Vuelvo a hacer hincapié que esto no es una defensa del 24/7, no digo que mi forma sea la mejor, probablemente sea la más alejada de lo que es correcto, quizá sea la menos sana, no son pocas las veces que, como ya sabéis, pienso que estoy loca, pero por suerte o por desgracia es la única que me vale.
Os pondré un ejemplo: por mi forma de ser, por mi físico y mi cara a veces los hombres me ven como una niña, mi Amo muchas veces me trata como tal, eso podría hacer que parezca que nuestra relación es un poco daddy/littlegirl, pero no. Una cosa es tener esos roles, y otra que por protocolos o comportamientos se reproduzcan escenas similares. Voy a explicarme: a veces soy una caprichosa, me enfurruño como las niñas, fruto quizá de ser hija única sobreprotegida, mi Amo me regaña y castiga por ese comportamiento, me dice que soy una niña pequeña y que tiene que estar encima de mí… esa escena puede identificarse con esos roles, pero no los somos, el no es mi Daddy ni yo su Littlegirl, cuando actúo como una niña es porque realmente de manera natural me sale, no es algo que controle, no estoy provocándolo. No sé si entendéis el matiz del que hablo, necesito sentir que cada paso que doy en la vida es real, aunque le perteneciera de la misma manera, si lo llamara Daddy perdería realismo para mí, porque realmente no es mi Daddy. Y si lo llamo Amo no es desde cómo se entiende en BDSM, lo llamo Amo como las esclavas en la antigüedad llamaban a sus dueños, porque así es como lo siento, como mi dueño. Repito una vez más que esto no es una crítica, todo lo contrario, cuando veo a los que practican el Dd/lg me dan envidia, reproducen escenas que me excitan muchísimo, que me gustaría poder vivir, pero que a la hora de la verdad no me satisfacen, me dan un sentimiento de amargura porque no son reales. Cuando era pequeña una de las cosas que imaginaba era que alguien me secuestraba y me trataba como a una niña pequeña, con pañales, biberones y demás. Imaginad mi frustración cuando ahora que podría vivirlo no me excita porque no es verdad, Él no quiere que yo sea su bebé ni yo que me trate así, por lo que no me gusta hacerlo ni siquiera un ratito. Esa parte de mí es una cruz, para que algo me guste tiene que tener un trasfondo, y hasta no hace mucho me torturaba pensar que todo esto no fuese real, que quizá Él no quisiera dominarme realmente, que lo hiciera por darme el gusto pero que en verdad Él podía vivir sin ser mi Amo. Ese miedo me atormentaba, pensar que algún día descubriera que Él no quería ser dominante sería para mí mucho peor que cualquier mentira o infidelidad, prefiero descubrir que se ha acostado con 20 mujeres sin decírmelo.
En definitiva, creo que tendemos a generalizar al hablar de BDSM, de Amos y sumisas, creo que estamos llenos de diferencias y que eso enriquece, para empezar creo que marcando esas diferencias evitaríamos que muchos y muchas se sintiesen mal, ya que, sobretodo al principio, ves a otras sumisas o a otros Amos que hacen o dicen ciertas cosas y tú no te identificas con ellos, y automáticamente piensas que quizá tú no valgas. Es como si alguna sumisa me lee y cree que para ser buena sumisa tiene que entregarse como yo, pero ella quiere mantener su parcela de autonomía, a ella yo le diría que es tan sumisa como se sienta, que seamos distintas no hace a una mejor que otra. Y con los Amos pasa exactamente igual, y confieso que yo era de las que generalizaba sin querer a los Amos, creía que todos tenían los mismos gustos, inquietudes y actitudes, pero ya he comprendido que cada uno tiene su personalidad y sus diferencias.
Por otro lado se hablaba el otro día de la “imagen adecuada” que hay que tener en BDSM, algunos decían que se habían sentido rechazados. En mi caso, cuando descubrí la comunidad, también tenía miedo de que me ocurriera, ya que mi estética no encajaba con la imagen que tenía de las personas que formaban parte de esa comunidad. Imaginaba a personas oscuras, vestidas de cuero, llenos de hebillas y cadenas… yo soy muy coqueta, no me gusta el cuero y el negro lo uso en contadas ocasiones. Me gustan las cosas cuquis, de hecho mi trabajo va de eso, y soy un poco tonta hablando. Creí que esto sería un problema cuando me relacionara con esas personas, pero mi sorpresa fue cuando comencé a conocer gente y eso que yo creí tan importante, nadie le dio importancia, nos aceptaron sin problemas, y también descubrí que no todos eran como yo imaginé. Cada persona era de una manera, con un estilo distinto, el estilo con el que personalmente se siente más identificado. Juzgar a alguien por ese estilo me parece una auténtica chorrada, eso sí que es obviar que todos somos diferentes.
En definitiva cada uno vivimos el BDSM de una manera, e incluso aquellos que compartimos forma de vivirlo somos diferentes, ya que como personas lo somos. No juzguemos, es mejor escuchar las opiniones y vivencias de todos, eso nos hará aprender, nos hará crecer. Siempre me he quejado de que no encajaba en ningún grupo, demasiado hippie para los pijos, demasiado pija para los hippies, demasiado perversa para las niñas buenas, demasiado cuqui para el BDSM… ahora soy consciente de que nos empeñamos en encajar perfectamente con un grupo, sin darnos cuenta que no hay que mimetizarse con él, hay que vivir a nuestra manera, tu vida es en lo único que te tiene que importar encajar.

miércoles, 15 de julio de 2015

Amor, entrega y pertenencia

Empezaré este post haciendo una aclaración que no me cansaré de repetir, mis conclusiones no son sentencias, no soy parte de esa comunidad que establece dogmas, de hecho, empiezo a creer que esa comunidad que tanto me asusta que me juzgue no existe. Habrá personas que lo hagan, pero no un conjunto organizado y leyista que me sentencie como “no válida”. Si yo digo que mi Amo no es mío, es porque mi mente así lo ha procesado y concluido, es mi mecanismo de entender la vida. Puede que haga reflexionar a otras, o que las haga sentir afines a esa conclusión, pero no creo que un Amo que así no lo vea sea menos Amo, en este post ya aclaré mi posición al respecto. Dicho esto empezaré a desglosar una serie de sentimientos que he definido en mi mente para entender mejor mi situación y sentimientos. Esto me surge a raíz de la frase "Tu Amo no es tuyo" que ya expliqué en este post, pero que ha generado cierto debate y me ha apetecido aclarar un poco más.
Cuando siento algo lo primero que pienso es que es algo complejo, algo que no sé si llegaré a entender, soy tremendamente analítica y conceptual, es decir, analizo mucho un tema hasta reducirlo a una conclusión sencilla y muy resumida. Es por ello que sentimientos complejos los acabo expresando en metáforas tremendamente tontas. Es mi forma de pensamiento, qué le voy a hacer. Así analizo mi vida con mi Amo, todos los sentimientos que se remueven en mi interior, y así os contaré mis conclusiones.


Para mí ha sido primordial romper esquemas en cuanto a conceptos establecidos. Sobretodo en el amor. El amor es un concepto tremendamente trillado y violado. Se ha llegado a mezclar con tantas cosas que hoy en día se reniega mucho de él, y lo entiendo. Lo mezclamos con la entrega, con el romanticismo, con la exclusividad, con la fidelidad, con la obligación, con el fracaso, con el conformismo… El amor es mucho más sencillo que eso, despojemos al amor de todo eso y solo nos quedará un sentimiento precioso, pero que no podemos controlar. Querer que una persona nos ame sólo a nosotros es imposible, y mucho menos obligarlo a que nos quiera para siempre. Podremos “obligarlo” a que aguante a nuestro lado aunque ese sentimiento ya no exista, pero no a que nos ame. El amor es un sentimiento libre. Quiero a mis hijas, pero sería una barbaridad prohibirles que algún día quieran a otra persona y se vayan de mi lado, sería una barbaridad enfadarme porque quieran también a su abuela o a su padre. El amor es un sentimiento libre e inmenso. Está claro que según con qué personas lo mostramos de una manera u otra, pero eso ya son otros complementos, digamos que el amor es una base simple a la que le añadimos otros sentimientos o actitudes. Yo quiero a mis hijas, y a eso le añado el sentimiento de protección, el juego, la educación, los mimos… a una pareja la quieres, y a eso le añades el sexo, la fidelidad, la amistad, la confianza, la exclusividad o la no exclusividad, el D/s… cualquier complemento que una persona pueda desear. En este sentido, conclusión aplicada a mi situación: que mi Amo y yo nos amemos no implica que yo sea Suya, ni que Él sea mío.


La entrega, esa palabra que tanto se repite en BDSM. Para mí la entrega es el empeño, es el dar todo de ti. Creo que no es una palabra exclusiva a la parte sumisa sino también a la dominante. Esto no es ninguna novedad, en todos estos años lo he leído y escuchado mucho. Un Amo también tiene que mostrar ese interés por su sumisa, debe estar involucrado en la relación, debe tener el empeño y la constancia que requiere una relación de este tipo. Pero la entrega no es algo exclusivo del BDSM, al igual que el amor, yo puedo estar entregada en muchos aspectos de mi vida, puedo estar entregada como madre, como hija, en mi trabajo, e incluso como esposa sin que conlleve ser sumisa. De hecho, creo que la entrega es lo que diferencia a las personas, lo que las hace especiales. Mi forma de ser hace que me entregue al 100% en cada paso que doy en mi vida, pero eso no me convierte en sumisa de mis hijas, de mis clientes, de mi marido… por lo tanto, conclusión: No estaría con un Amo que no esté entregado, no me parecería seguro ni sano, la entrega ha de ser mutua, además es algo que pueden experimentar otras relaciones fuera del BDSM, por lo que sigue sin ser lo que me hace Suya.


Entonces… ¿Qué leches hace que sea Suya? La pertenencia. Algo que te pertenece es algo sobre lo que puedes tomar decisiones firmes y que nada te impida cumplirlas, solo tú mismo. Imaginad un jarrón precioso en un museo, lo ves, es precioso, decides tocarlo, decides golpearlo y se rompe. Eso tendría unas consecuencias negativas para ti, ese jarrón no era tuyo, por lo que alguien tomará represalias. Pero si ese jarrón está en tu casa, es tuyo, podrás moverlo de sitio, podrás limpiarlo o dejarlo sucio, podrás incluso romperlo sin que pase nada, aunque lo lógico es que, si lo valoras, lo cuides. Voy a poner un ejemplo más símil al BDSM. Cuando tienes un perro, el perro es tuyo, tú decides si duerme en un sitio o en otro, si lo dejas con otra persona o no, tú quieres a tu perro, lo cuidas, lo alimentas, estás entregado a él porque quieres ser un buen amo, lo sacas a pasear, le das cariño y disciplina, pero eso no hace que tú seas de tu perro, él no puede decidir si sales o entras, si lo paseas a una hora u otra, no puede decidir si acaricias a otros perros o no. Os queréis los dos, pero sólo él pertenece. Evidentemente no somos perros, somos personas, eso hace que haya otros condicionantes. Yo personalmente, como esclava, aspiro a ser esa perra que se deja llevar sin condiciones, pero no todas las relaciones han de ser así. Quizá acuerdes con tu Amo la exclusividad sexual, si para Él no es un inconveniente es válido, pero eso no hace que sea tuyo, simplemente es un trato. Conclusión: yo decidí ser Suya y Él decidió aceptarme como tal, pero no es algo recíproco.


En definitiva, creo que todas las relaciones se basan en el amor, en mayor o menor medida, los complementos que le pongas es lo que las diferencia. A mi relación de amor le he añadido entrega, obediencia y sobretodo pertenencia total, por eso mi relación es Amo/esclava y 24/7. Otros a su relación de amor puede que le añadan entrega y libertad sexual por lo que serán swingers, liberales o como queráis llamarlos. Otros le añadirán libertad de sentimientos y sexo, por lo que será una relación poliamorosa, a la que otros también pueden añadirle D/s… como véis hay muchas combinaciones posibles, tantas como los implicados en una relación acepten.


Que mi Amo no sea mío no significa que me quiera menos o que esté menos entregado. Sé que me necesita, que me adora, que le encanta estar conmigo, pero yo no puedo tomar decisiones sobre Él, puede escuchar mis consejos, pero quizá los siga o no, no puedo decirle lo que debe hacer.
A Él le ha tocado ser el poseedor y a mí la posesión.

miércoles, 8 de julio de 2015

¿Qué nos pertenece?

Nada, no nos pertenece nada.


Esta entrada me la sugirió una lectora ante una afirmación que hice en twitter: Tu Amo no es tuyo. Esto no se acepta una mañana de repente cuando te levantas, son procesos que aplico no solo a mi relación sino a mi vida. Así que os contaré mi secreto para que aceptar que mi Amo no es mío no me haya costado mucho trabajo.


Mi madre es una alumna inagotable, la he visto toda la vida leyendo libros, asistiendo a cursos, buscando esas claves para ser realmente feliz. Yo lo he mamado de forma natural, he ido adquiriendo esas enseñanzas sin darme cuenta. Una de esas lecciones es el desapego, cuando nos apegamos a algo o a alguien estamos abocados a sufrir, y en mucho casos a hacer sufrir. El apego nos crea una necesidad, es decir que si algún día nos falta eso a lo que estamos apegados sufriremos el doble. Mi casa es mía porque la he pagado, pero no me pertenece, imaginad que os surge una oportunidad maravillosa de trabajo, o nos enamoramos de un extranjero y tenemos que dejar nuestro hogar, si estamos apegados a ella nos costará dejarla, o incluso será un impedimento para vivir esa nueva etapa que nos llega, sin embargo, si vemos nuestra casa como un sitio en el que hemos vivido felices por un tiempo, que nos ha resguardado y en la que hemos disfrutado, nos despediremos de ella agradecidos pero sin tanta tristeza. Pues con las personas pasa igual. Mis hijas no son mías tampoco, la vida me ha encomendado la tarea de acompañarlas en su camino y guiarlas, pero no son mis posesiones, por lo que no puedo pretender que hagan lo que yo diga en estudios, trabajo, amor…
Una vez explicada mi visión en este tema entenderéis que nunca fui muy posesiva tal y como se entiende. Por supuesto una cosa es que te sepas la teoría y otra cosa es que no flaquees nunca en la práctica. Cuando éramos novios vainilla yo era insoportable y posesiva pero no tanto con las mujeres, sino más bien celosa con los amigos. Había una compañera de trabajo que tonteaba descaradamente con Él por aquella época, lo que más me molestaba era que cuando esa chica me veía era súper simpática y cariñosa conmigo, esa hipocresía me molestaba más que los celos. Con otra sí fui celosa, pero era más bien un proceso mío, me sentía inferior a ella, y siempre me pregunté si con ella hubiese sido más feliz… pero aquella época pasó, Él se convirtió en mi Amo y poco a poco me empecé a dar cuenta de que si quería vivirlo de verdad tenía que aceptar que Él podía hacer lo que quisiera. La primera vez que me di cuenta de que no era mío fue una noche que salió con sus amigos, esa era una situación que me volvía loca de coraje, no sé muy bien por qué, pero lo odiaba, lo pasaba realmente mal y al día siguiente siempre nos peleábamos. Pero esa noche antes de salir, estando yo enfurruñada, Él se acercó y me dijo: “Quita esa cara, soy tu Amo, saldré a disfrutar siempre que quiera y tú tendrás que aceptarlo ¿O me vas a ordenar que me quede en casa?” Lo vi tan claro, vi tan claro que no podía ser sumisa y decirle a la vez que no podía salir, que el enfado se me pasó. De ser una situación que odiaba, comenzó a gustarme, esa espera sola en casa me hacía sentir más la entrega. En aquel momento no hablábamos de mujeres, que cuando se habla de esto parece que hablamos solo de estar con otras. Eso vino poco a poco. Pero reconozco que me costó menos que lo de salir con los amigos.
No quiero que mi Amo sea mío, eso me alejaría de cómo quiero vivir mi vida, lo que quiero es que Él me quiera a Su lado, no que esté conmigo porque se sienta atado. Parece difícil y duro, pero es tremendamente liberador, no tienes que estar preocupada de si Él tontea con otras, o de si otras tontean con Él… simplemente disfrutas de lo que estás viviendo.
Todo esto me lleva a mi teoría fantasiosa sobre Amos y sumisas. Entregarte a alguien al que admires y respetes es fundamental. Yo conozco a mi Amo, sé que no es un mujeriego que va por la vida buscando mujeres, cuantas más mejor. Si fuese así tendría que plantearme muchas cosas, no por el hecho de que esté con otras mujeres, si no por la actitud. Si un hombre muestra esa desesperación, para mí demuestra que está insatisfecho, que lo que tiene no lo llena. Una relación D/s es una relación compleja que llena de muchas maneras, si notara que a Él no, sí me preocuparía. Pero eso son cosas que se notan, si mi Amo se acuesta con muchas mujeres, es que se cruzó con muchas mujeres bonitas que le pusieron la polla dura y que han aportado un poco más a la felicidad que ya tiene. No sé si entendéis este matiz, la actitud y las sensaciones son muy importantes para mí. No es lo mismo pertenecer a un mujeriego insatisfecho, que lo único que quiere es tener sexo seguro en casa mientras se folla a toda la que puede, a tener un Amo involucrado, que entiende la profundidad de la relación, pero si ve una chica guapa que le gusta se la folle, aunque no lo necesite.
Por supuesto estoy hablando de cómo lo vivo yo, como siempre digo, nadie puede obligarte a hacer o a aceptar nada que no quieras, si aun no estás en ese punto no tienes que pasar por el aro porque te digan que sino no eres sumisa. Al igual que una sumisa entiende que tendrá que enfrentarse a ciertas situaciones, un Amo debe saber respetar el proceso y el ritmo de la sumisa. Yo sé que mi Amo no es mío porque es algo que siento, Él no me ha presionado, es una conclusión a la que he llegado yo.
En general, soy muy feliz sabiendo que nada ni nadie me pertenece