martes, 3 de noviembre de 2015

La comunidad

No me gustan las comunidades, me parecen grupos sectarios
Quien me conoce sabe que soy una persona muy social, me gusta hablar, relacionarme, conocer gente nueva… pero no me gustan las comunidades, no me gusta que me digan que si formo parte de un grupo no puedo ir con otros o pensar de manera distinta. Por eso odio la comunidad BDSM, por separado esas personas pueden ser maravillosas, pero juntas crean un grupo lleno de doctrinas, de frases y comportamientos hechos para sentirnos especiales, para mirar a los que nosotros llamamos “vainillas” por encima del hombro: vosotros no tenéis estas sensaciones, vosotros sois aburridos, vosotros no disfrutáis como nosotros. La comunidad BDSM es una comunidad prepotente y entiendo perfectamente el porqué, es una defensa, te sientes raro, extraño, distinto al resto y,antes de que te juzguen, los juzgas tú a ellos. Y ahí está el problema, dividimos en grupos simplistas: los bedesemeros y los vainillas, los raros y los normales, los pijos y los hippies, los tontos y los listos. Siento deciros que ojalá fuese tan sencillo. Una persona no es solo una cosa, yo no soy solo sumisa, yo no soy solo pija, yo no soy solo espiritual, yo no soy solo rara… todos tenemos muchos componentes, tú llamas raro a uno porque le gusta ir vestido de negro y quizá tú lleves el pelo rosa. No hay grupos, sé que en ellos nos sentimos seguros y protegidos, pero no hay grupos que valgan, estamos solos y no hay nadie más especial que otro, ya que todos lo somos.
Me gusta ir a fiestas BDSM, en ellas actúo según los protocolos, trato con respeto a los Doms, pero no me siento parte de ese grupo, al final solo estamos mi Amo y yo en una fiesta, relacionándonos de manera positiva, jugando y riendo… pero no nos integramos del todo. En mis fantasías siempre he soñado con esa comunidad, como la de O, todos sabiendo cuál es su sitio, todos bajo unas mismas directrices y siguiendo los mismos protocolos. Pero eso es una utopía. La realidad es que mi Amo jamás me dejaría sola en un castillo lleno de dominantes porque no puede estar seguro de que ellos estén a la altura de esa responsabilidad.
Cuando conocí el BDSM, mucho más tarde de lo que conocí mi sumisión, tuve la esperanza de haber encontrado mi sitio y me estoy dando cuenta del daño que me hizo eso, cuando quieres pertenecer a un grupo renuncias o cambias partes de ti para encajar. Olvidé quién soy, que soy algo más que una sumisa dentro de una comunidad, olvidé que aunque esa comunidad me rechazara no dejaría de ser sumisa. ¿Cómo ha de ser un Amo?¿Cómo una sumisa? Da igual, aquí no te tienen que dar un título para vivir lo que te salga de las narices.
Qué malo es querer que nos acepten, que malo es que te digan que lo bueno es que te acepten. Hoy había un debate en twitter sobre si se considera Amos a los más serios o a los cachondos. Yo pensaba en mi Amo, Él a veces es serio, a veces divertido… ¿Cómo lo considerarán las sumisas que lo conocen? Pues os voy a decir una cosa, importa una mierda como te consideren las sumisas en general. Da igual si eres la mejor sumisa del mundo o el mejor Amo, si no es tuya, ni él te domina no sois nada el uno para el otro. He visto muchas veces cómo se critica la actitud de algunos dominantes de ir dándole órdenes a todas, pero también he visto como esperamos que un dominante tenga una actitud concreta en general, fría, distante y controladora. Buscamos Amos para nuestra comunidad, no a nuestro Amo. Qué más da si consideráis a un hombre Amo o no, si su sumisa se siente dominada vuestra opinión es humo. Entiendo el querer crear una comunidad, sentirnos unidos, pero no os confundáis, no somos sumisas y Amos, somos personas, cada una de su padre y su madre, unos con mentes más abiertas y otros con las mentes más cerradas… es imposible hacer piña, amistades sí, pero piña no.
Las personas que he conocido en este ambiente me han parecido geniales, me gusta hablar y sentirme comprendida, pero de ahí a necesitar la aprobación de la comunidad va un paso my largo. Hubo una época en que me sentía muy aceptada en la comunidad BDSM, se me consideraba una buena sumisa e importaba lo que yo decía. Pero cuando estaba a solas con mi Amo no me sentía así, no me consideraba una buena sumisa, porque no lo era. Entonces… ¿Para qué me servía ser una sumisa en la comunidad si no lo era con mi Amo? Veis a lo que me refiero, ser algo en la comunidad no sirve para nada, esforcémonos más en ser lo que queremos ser en nuestra vida, cuando estamos a solas con nosotros mismos.


Soy de mi Amo, me da igual ser sumisa, esclava, perra... soy lo que Él quiera que sea. Y si yo me he entregado es Amo. No hay más opiniones que importen.

1 comentario:

  1. Es que en esta vida queda muy bien pertenecer a un grupo, es más si no lo haces te llaman antisocial.
    Yo de niña era muy "rara", me costaba relacionarme con los demás niños. Yo me sentía a gusto con alguna amiga pero cuando ya no era ella sola, eran mas yo me sentía fuera de lugar. Me daba miedo no encajar en el grupo.
    Con los años fui forjando otra personalidad, me integraba en los grupos, intentaba hacer lo que se esperaba de mi.....en fin que lo que fui forjando fue una mentira
    Ahora a los 35 años, me he dado cuenta de que no me agradan los grupos grandes. Veo que abunda la falsedad, que vale más el aparentar que el ser. Que la mayoría se quedan en lo superficial. E imagino que en el bdsm será igual. Como tú muy bien has dicho aparentabas ser la mejor sumisa pero con tu Amo no lo eras, ¿de qué vale aparentar algo que no eres?
    A mí me ha costado muchos años darme cuenta de quién soy por no querer ser "rara", y de lo único que me ha servido intentar ser quien no era es tardar 35 años en darme cuenta de ello.
    Saludos!!!

    ResponderEliminar