lunes, 19 de octubre de 2015

La sumisión es una putada

La vida es bonita pero dura, ser feliz es sencillo y a la vez tremendamente difícil. Me encanta mi vida, adoro la relación que tengo, pero no es fácil. Y no, no hablo de la dureza de los azotes, de las lágrimas por esa pinza que no sale por más fustazos que dé, hablo de que, de los siete años que llevamos como Amo y sumisa, cinco nos los pasamos hablando, asentando las bases de una relación bastante compleja y delicada. Y aún así aún salen angustias y conversaciones complicadas, aún hay ajustes que hacer, cosas en las que terminar de encajar. Ha sido duro para los dos, cada uno ha tenido y tiene sus miedos y tristezas. Cuando hablo con alguien que me dice que le gustaría tener una relación como la nuestra yo siempre le advierto que será muy complicado y que a veces lo pasará mal, al margen del dolor, siempre hablo al margen del dolor. En ese momento, cuando están idealizando mi relación relativizan ese sufrimiento, no será tan malo cuando a ella le gusta. Pero un día esa angustia se les manifiesta y les parece algo espantoso. Tú les dices, a eso me refería, no pasa nada, es parte del proceso, estos eran los momentos duros de los que hablaba… esto no va de aguantar 100 azotes y no aguantar ni una sola hostia a nuestro ego.



Digamos que en mis 28 años de vida he vivido mi sumisión desde los 7 años hasta los 15 y de los 21 a los 28. En esos años he tenido momentos muy duros, no es algo que vaya con tener Amo, es algo que forma parte de mi tipo de sumisión, una sumisión de alma, pero en los años en que la ignoré no había momentos de tanta dureza porque la tristeza era suave y constante, era una depresión. ¿Tan importante es la sumisión como para deprimirte por no sentirla? No, lo que sí es importante es ignorar quién eres. Confesaré que las personas que creen que esto es un juego me enfadan, no es algo personal, no es juzgarlos, simplemente es que me enfada que no valoren que hay otros que no tenemos más remedio, que llevamos esto dentro como si fuese uno de nuestros brazos. Puedes dejar de usar tu brazo, puedes incluso amputártelo pero siempre lo notarás, por mucho que aprendas a vivir sin él, la pena de que ya no está te acompañará siempre. Siempre me ha gustado compararme con los homosexuales, son lo que son, no es un juego, no es un teatro, es un sentimiento. Yo no puedo dejar de sentir mi sumisión, aunque realmente creo que si algún día lo nuestro acabase no querría volver a ser sumisa. Sería demasiado duro, demasiado difícil volver a pasar por todo lo que hemos pasado para conseguir la magia que tenemos. Creo que preferiría estar sola. En la vida hay opciones, siempre hay opciones y somos totalmente libres de escoger la que queramos, no hay opciones correctas o incorrectas, solo opciones. Si esto terminase creo que mi opción sería no entregarme a nadie más, mi opción sería cortarme el brazo y sentir su triste presencia invisible.



No, no empecé en el BDSM porque fuese divertido, porque hiciera mi vida más emocionante… entré obligada por mi condición, me entregué porque escogí la opción de ser feliz. Y ser feliz no es vivir dentro de un anuncio de galletas, todos sonrientes y contentos todo el día, ser feliz es ser consecuente, es crecer, es disfrutar de lo bueno y también de lo malo.
Siempre he defendido que en términos, el BDSM se ha quedado obsoleto, no me identifico con el BDSM que ahora se practica, no creo que represente el sentimiento que hay en mí, no es una comunidad que valore lo que eres. Aquí valen las agujas que te claves, los azotes que soportes, las agujas que claves, los azotes que des, da igual si al día siguiente puedes acabar con todo y seguir tu vida como si nada hubiese pasado. No hay comparación, lo siento, pero no la hay. Esto es mi vida, no permitiré que se me compare con otras, no permitiré que se nos compare con los estereotipos que hay de un Amo y una sumisa. Me da igual todo, no es lo mismo, y estoy harta de hacer como si nada me afectase, de ver como aquí se cambia de sumisa como el que se cambia de calzoncillos, como se cambia de Amo como de bragas. No lo entiendo, lo intento, pero no lo entiendo. Queráis verlo o no, el BDSM se basa en compromiso, puntualizo, en un compromiso muy exigente. Esto no es que a la primera que os tocan el ego os replanteéis todo. Esto va de sentimientos, los rollos de discoteca aquí no valen. Y no lo juzgo, entiendo las necesidades físicas, pero sabiendo lo que haces, si tienes un “rollo de discoteca” tenlo consciente de lo que es, no lo disfraces de sentimientos, no vendas la moto de que es entrega o auténtica dominación, es saciar superficialmente una necesidad interna.
Estoy harta del todo vale, pues no, lo siento pero todo no vale. Me vale todo menos la falta de compromiso, si no hay sentimiento no me vale. ¿No lo entendéis? Esto es lo que soy y estoy cansada de que gente que no lo entiende cree escuela. Muchos estáis haciendo el papelón de vuestra vida cuando, si dejaseis de pertenecer a algo simplemente por sentiros especiales, todo sería más sencillo. ¿Os sentís especiales por ser un Amo o una sumisa? Pues enhorabuena, porque la sensación que suelo tener es que es una putada como un demonio, y no lo digo por los castigos, el dolor… eso es lo superficial, a nivel interno es una putada. Ver la vida de otra manera, querer vivirla a tu manera, encontrar a la persona adecuada para ello, ser consciente de que muchos no te comprenderán, que tienes sentimientos que jamás podrás explicar es una putada como un castillo. Así que estoy harta de frases que hacen que esto parezca el país de la piruleta, estoy cansada de leer prácticas que ignoran sentimientos, estoy harta de que se mida tu sumisión por lo lejos que hayas llegado soportando el dolor… estoy harta de frases y debates intelectuales, os perdéis en el ego y la palabrería y os olvidáis de sentir, de ser sinceros con vosotros mismos. Quien quiera vivir una preciosa escena de novela, adelante, pero la vida es más sencilla, dura pero sencilla.
Somos especiales por lo que realmente somos, no por lo que queremos ser… Yo sé lo que soy ¿Alguien más?

3 comentarios:

  1. Acaban de dar el premio de la primitiva.
    Cien millones.
    ?a cuántos le tocó?
    A uno.
    Si tú y yo vivimos nuestra sumisión y nuestro amor con nuestro único hombre, con el que nos casamos para toda la vida,
    ?no nos tocó el gordo de la lotería?
    Piensalo, chica guapa!
    Nuestra riqueza no nos la quitará nadie.
    Chao, niña rica!

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  2. OLE! No sé que decirte. Yo vivo esto como parte de lo que soy. Sé obviamente que no podré dar mi sumisión a todos los hombres, pero también sé que lo que llevo dentro sigue ahí, esperando. A quien le baste follar, afortunado sea. Para mí ser completa es poder mostrar esa parte de mí. Besos

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  3. Vivimos en una vida donde la gente apuesta por la cantidad antes que por la calidad, querer vivir de prisa aquí y ahora.

    Me alegro que tú no hayas olvidado que eres humana y tu esclavitud no es de quita y pon.

    Buen artículo.

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