Hay personas que ven más allá de tu mirada, hay personas que ven lo que realmente te atemoriza, por qué hiciste las cosas. Y te lo dicen, te lo dicen y no puedes hacer más que avergonzarte, sentirte desnuda y descubierta. Puedes ir de supermujer pero alguien te dice que no engañes, que eres una diminuta criatura asustada y encogida tras un arbusto. ¿Qué haces ahí? Levántate y sal. Desnuda eres hermosa, desnuda eres mágica, sal y que el mundo te vea, sal y remueve al mundo.
Los titubeos comienzan, el lloriqueo que me ha acompañado toda la vida, ese quejido estúpido que sabe a excusa: es que tengo miedo, y si no me entienden, y si no me quieren, y si hago mal, y si me miran, y si me critican, y si… excusas y más excusas.
Hay personas que te dicen lo que no quieres oír, te dicen que eres hermosa y debes salir de una vez de tu rincón y afrontar tu camino, que ya está bien de quedarse en la superficie, de dejar salir un poquito de luz y volver a cerrar la puerta. La era de la moderación, la era del miedo ha acabado y debes asumirlo. Hay personas que un día te dicen que solo cuando te rompes renaces, porque quizá no eres tú la que se rompe sino una de las miles de corazas que te has ido poniendo para que la luz no salga.
Levántate y anda, desnuda y libre, sal al mundo y muestráles lo que eres, enseña tu luz, a unos les cegará y a otros les reconfortará, otros te mirarán diciendo “Al fin”. Detrás de un arbusto no se puede ser feliz.
Esta canción me emociona profundamente, recuerdo despertar de niña en el coche con ella de fondo, dormida sobre las rodillas de mi tía tapada con una manta de cuadros roja. Entreabrí los ojos y la vi iluminada llena de magia, era un ángel, yo tenía 5 años y sentía que ella era especial. Cuando la miré en aquel coche con esta canción de fondo nos entendimos de una manera que no sé explicar, la vi hermosa y llena de luz. Satisfecha y plena porque estaba cumpliendo su camino, la belleza que da saber que estás haciendo lo que elegiste hacer a pesar de cualquier consecuencia. Ibamos en aquel coche a ver a una mujer que sanaba, mi tía tenía cáncer y estaba muriendo. Ella sabía que iba a morir, aunque mi madre se hubiese salvado unos años antes con un cáncer terminal. Ella sabía que iba a morir, pero iba a dónde la llevaran simplemente para reconfortar a los que se quedaban, los dejaba luchar por ellos, no por ella. En aquel coche la vi pletórica y tierna, encaminándose a su destino, que no era salvarse de ninguna de las maneras. Quién dice dónde nos lleva nuestro camino, quién dice por qué ha de ser así… mi tía quería morir porque sentía que así debía ser. En aquel coche vi a mi tía desnuda saliendo de su arbusto, qué más da que solo viviese un mes más, vi algo en ella que pocos entenderán.
Quién dice dónde me lleva el camino, da igual, estoy harta de ignorar las señales, estoy cansada de tildarlas de anécdotas bonitas, de decirme a mí misma que lo que he sentido, que lo que siento no son más que invenciones, ya está bien de dar rodeos para no encarar lo que vine a hacer aquí. Estoy preparada, tengo pactos que cumplir, tengo una luz que mostrar, ya no tengo miedo.
Empiezo a atar cabos, en mi vida la única que se ha menospreciado he sido yo, la única que se ha manipulado he sido yo, la única que se ha hecho daño he sido yo… por miedo a lo que realmente estaba sintiendo, por miedo a mi propio poder.
Hay personas que no te dejan seguir yendo de puntillas por la vida, que te dicen que tienes que ser valiente, que tu camino es el que es y no valen las excusas. Siento que tengo mucho que mostrar aún, estoy llena de ganas y valor.
Ahora mismo siento que los golpes y la dureza eran necesarios conmigo pues no había otra forma de romper la coraza que me recubría, no había otra forma de sacarme de esa crisálida de miedos y angustias, no había otra forma de arrancarme el disfraz que me había puesto para no ser lo que de verdad soy. Por eso Él tenía que aparecer, por eso cuando giré la cabeza y lo vi sonreír por primera vez vi la misma luz que cuando desperté en aquel coche y vi a mi tía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario