jueves, 10 de marzo de 2016

Baby, I´m yours

Baby, I´m yours - Artic Monkeys

Escojo un bonito vestido del armario, uno ceñito a la cintura y con vuelo en la falda. Me subo lentamente las medias hasta acomodar el encaje al muslo. Me calzo unos elegantes tacones me pinto los labios rojos mirándome en el espejo del viejo tocador. Sonrío ante mi reflejo, me veo guapa y de ojos relucientes… cariño, soy Suya. Oh, mi amor, soy Suya. Mis manos, mis muslos en los que se sujetan las medias que tanto le gustan… mis labios, mis ojos y la nariz por la que respiro, son Suyos…
Me imagino bailando una canción con sabor a pasado, una canción que diga que soy Suya, que cante entre una suave melodía lo que soy, Suya. Es una escena de película americana, es una foto a la que le dibujaría corazoncitos flotando a nuestro alrededor, una estampa que me hace volver a mi adolescencia, a esa ilusión del primer amor, a ese pavo que te hace estar soltando risillas por los rincones, esa vergüencilla que me impide mirarlo a la cara… y es que así me hace sentir, revoluciona mis hormonas, despierta las mariposas de mi estómago. Pero no, estas sensaciones románticas y empalagosas no serían nada sin el miedo a la correa, sin el deber de obedecer, sin el extremo respeto que brota en mis palabras. No sería nada sin las miradas que me hacen temblar, sin mis rodillas en suelo, sin el escozor de una bofetada…
Y es que esto somos nosotros, el contraste del dulce y el amargo, el contraste entre una caricia y un golpe. Nadie me ama tanto, nadie se atreve a hacer más que Usted, y es por esto que soy Suya, es por esto que no hay nadie en el mundo que me provoque más que Usted, da igual el qué. Nadie me hace sentir más viva, más en mi sitio…
No somos nada, no tenemos nombre ni siglas, somos dos personas bailando al son que nos da la gana, poniéndole llanto a una melodía dulzona, escribiendo letras de amor al sonido de los azotes… Somos nosotros y no hay dudas, ya no, ya no nos pisamos los pies al bailar.
“Ángela ¿Qué te queda?” Su voz me saca de mis pensamientos, la ensoñación se difumina… “Nada Amo, ya estoy” me mira de arriba abajo, me levanta el vestido para mirarme la lencería que llevo, se sienta en el filo de la cama “Ven”. Me levanta el vestido de nuevo, aparta las braguitas de encaje un poquito, se agarra a mis caderas, noto Su lengua abriéndose paso hasta mi clítoris, me hace cosquillas, me dan ganas de reír…
La música de mi cabeza vuelve a aparecer, es nuestro baile…

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