viernes, 8 de enero de 2016

Me lo tomo todo muy en serio

Llevábamos unas dos semanas saliendo juntos, fuimos a unos olivos solitarios a pasar un día de picnic. Echamos una manta y allí pasamos el día desnudos, jugando. Mi Amo no fue el primer hombre en mi vida, cosa que me aún hoy me atormenta. La experiencia con otros me había creado la certeza de que disfrutar con el sexo era algo para hacer sola, que los hombres solo querían follarte y que no podría jugar con ellos. En aquellos olivos tuve la primera prueba de que aquel chico era distinto. En aquellos olivos jugamos por primera vez. Fue un juego tonto pero que me pareció maravilloso. Era el juego de “La Bella Durmiente”, me vendó los ojos y fue besándome todo el cuerpo hasta “descubrir” dónde debía besarme para que despertara. Aquellos picnics fueron geniales, fueron el preámbulo de un sexo maravilloso e increíble.


Cuando mi Amo y yo éramos novios vainilla hacíamos de todo. Casi todos nuestros juegos eran de dominación: era mi jefe, mi médico, mi profesor… en todos yo estaba en inferioridad. Me esposó, me azotó, probamos el sexo anal, nos disfrazamos, jugamos a que me forzaba… Recuerdo una noche cuando ya vivíamos juntos que me puso sobre sus rodillas, fue metiéndome un consolador grande por el culo poco a poco, tranquilizándome mientras lo introducía. Estoy hablando de una época en que ni le había insinuado mi necesidad de entrega, pero con perspectiva veo que ya jugábamos a lo que cada uno era. En toda nuestra relación jamás he tenido la sensación de estar insatisfecha sexualmente hablando, jamás he querido más de lo que teníamos. Nuestro sexo siempre ha sido maravilloso y creativo.
¿Por qué os cuento todo esto? Porque quiero que entendáis bien cuál era mi necesidad. El día del consolador en sus rodillas tuve un orgasmo genial, tras el cual la tristeza se apoderó de mí, cada vez que terminaban nuestros juegos la realidad me hundía, eran solo juegos, obedecía y me sometía momentáneamente y mi novio no era consciente de ello, no sabía lo que provocaba en mí con esos juegos, no me dominaba conscientemente y, si acaso, era una dominación momentánea que se difuminaba en la cotidianidad. El sexo siempre ha sido nuestro idioma, cuando no follábamos éramos infelices como pareja, yo era insoportable, depresiva y exigente. Lo volvía loco, parecía que llegaba un momento en que íbamos a cortar la relación, pero follábamos y de nuevo sentíamos que debíamos estar juntos. Creo que era porque en el sexo teníamos mas claras nuestras posiciones naturales, solo teníamos que buscar cómo extenderlas a toda la relación.


Cuando soy capaz de ver las cosas con perspectiva todo cobra más sentido, cuando dejo de mirar las historias de los demás y analizo la nuestra veo claro todo, las respuestas están ante mis ojos. El día que le dije lo que necesitaba en ningún momento hablé de sexo o de prácticas (yo aún ni sabía que existían). Cuando le dije que necesitaba que me dominara, hablaba de un sentimiento, no de algo físico, no es que necesitara una bofetada porque me excitaba, la necesitaba porque representaba su dominio.
Mi error fue descubrir un mundo, mi error fue creer que mis defectos no se extenderían a esa nueva vida que empezábamos. Siempre he tenido una parte superficial con la que he luchado muchísimo. Si veo un modelito lo necesito porque me parece que la vida será más gris sin él, si veo una práctica quiero experimentarla porque sí, porque queda bonito. Además se junta que soy extremadamente curiosa, así que era una combinación mortal. Hoy ya veo las cosas de otra manera, será que estoy madurando pero, como aquí os cuento, vuelvo a encontrar mi camino, a ver claro que yo sólo quería un sentimiento.
Es cierto que Él también ha ido descubriendo cosas, cuando le digo que podría vivir sin dolor, sin azotes, sin pinzas… se ríe porque Él no. Así que haciendo honor a mi sentimiento aguanto lo que Él quiera hacerme y algunas veces lo disfruto, cuando consigo conectar ese dolor con mi sentimiento de entrega.
En definitiva, odio que algo insinúe que mi D/s es jugar a ser dominada. Una de las cosas que más me cuesta es ladrar, es actuar como una perra. ¿Por qué? Porque no sé jugar, no puedo hacerme el cachorro juguetón, si quiere que sea una perra interpreto que quiere que me sienta como tal, que me animalice, que vea el mundo desde la perspectiva de un perro, que sienta el frío del suelo, que ladre por llamar su atención, que espere atada pacientemente… pero que lo sienta, que sea la perra que llevo dentro, no que imite a una. En una fiesta me ató debajo de la mesa con mi correa, veía solo los pies de las personas, los escuchaba hablar pero yo estaba al margen, bajo la mesa me sentía una perra de verdad. Pero vi como dos sumisas hablaban y dijeron algo como: Habría que ponerle un cojín a esa chica que el suelo está frío. No estoy segura de si eso fue lo que dijeron pero sería algo parecido porque una de ellas le ofreció a mi Amo un cojín para ponérmelo, Él a regañadientes me lo puso, al poco le ofrecieron uno más grande para que estuviese más cómoda, pero mi Amo se negó. Puedo parecer desagradecida, pero el gesto que tuvieron conmigo, aunque fué desde el cariño, no me gustó. Me da igual que el suelo esté frío y duro, si mi Amo quiere que sea una perra lo seré, y que me recuerden que no lo soy me hace sentir ridícula y tonta, si no soy una perra de verdad, soy una tía hecha y derecha de 29 años jugando a que es una perrita.
Esta es solo mi percepción, es sólo lo que YO necesito, cómo YO lo vivo. No es cómo deben hacerlo otras, de hecho creo que es genial disfrutar jugando, es genial obtener placer de las prácticas, probar qué elementos de azote te excitan y que tu Amo te sepa guiar hasta tener orgasmos y sensaciones increíbles, os juro que creo que es maravilloso, pero yo no sé hacerlo, yo no sé vivirlo así. A mí me da igual que mi Amo ate bien o mal, que me vaya calentando el culo poco a poco para que tolere más el dolor o que el primer correazo que me suelte sea el mas fuerte. Yo quiero ser Suya, es lo único que me da placer. Como si me dice que no va a azotarme nunca más, que va a hacerme sólo cosquillitas y mimos, si es Su deseo, yo soy Suya para cumplirlo.
Así que sí, soy una persona que se lo toma todo muy en serio. Si he decidido que soy inferior a mi Amo, lo soy de verdad, sin medias tintas, para lo que Él quiera y con todas las consecuencias. Es mi forma de ser, mi personalidad... No es BDSM es MI forma de afrontar la vida

6 comentarios:

  1. ¿Sabes por qué esas "sumisas" te ofrecían el cojín?.

    Simplemente porque pensabas que se llevaba "el juego" demasiado lejos. Si fueran sumisas (sin comillas) no te habrían ofrecido nada.

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  2. Comparto todo lo que dices, Pelusilla.
    Hay parejas que sólo sesionan, no necesitan ni quieren más. Hay parejas en las que los roles D/s son 24/7. Y con esto no quiero decir que vivan todo el día entre azotes, mazmorras y poleas, para nada!. Es imposible. Tenemos vida social, trabajos, hijos, etc..
    El 24/7 es más que atrezzo. Es más que físico. Ambos dan y reciben a través de la mente y el espíritu. De hecho se puede ser Amo y sumisa sin tener ningún collar, ni correa ni nada de nada.
    Escuchar una orden del Amo y sentirte húmeda no tiene precio. Esa es la magia de la D/s y no el atrezzo. Aunque si esto es en un entorno oscuro, lleno de juguetitos, una chimenea encendida, una jaula, etc...y de fondo los Sisters of Mercy, hombre... pues tampoco soy tonta!!! Qué maravilla!!!
    Abrazo grande!

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  3. Hola Pelusilla,

    Feliz año nuevo, y felicidades por tu cumpleaños aunque sea pelín tarde.

    Hace años vi una peli de la cual solo me quedan recuerdos muy difusos. La película era en blando y negro y los personajes eran perfectos y llevaban vidas perfectas: familias unidas con mamas, papas y niños perfectos, casas preciosas con jardín, un perro bien educado en la puerta y escenas de cenas de asados con toda la familia feliz alrededor de la mesa.... pero ocurría algo (no recuerdo bien qué) que hacia que la mujer de la familia protagonista se volviera de color, volverse de color significaba llenarse de vida, ese algo era muy vergonzoso y ella disimulaba su color con maquillaje en grises para continuar con su "no vida" ordenada y perfecta.

    Y ahora yo soy esa mujer que se pinta en tonos grises para disimular los colores. Leerte me llena de color, ya te lo dije en un comentario anterior. Pero tengo que volver a mi vida y para ello, necesito maquillarme de grises, apagar la alegría y la vida que siento al leerte a ti y también a otras sumisas, para que no se me noten lo colores de vida que me dais, y poder volver a mi no vida perfecta.

    Desde la orilla vainilla, desde esa orilla que creéis no os entiende ni os tolera nada, y con todo el respecto y el mayor de los cariños, quiero decirte que no tengo ninguna duda de que te lo tomas muy en serio y que tu maquillaje no es en tonos grises.

    Un fuerte abrazo .
    Lo.

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  4. Hola Lo, tengo que decirte que tus comentarios siempre me remueven cosas por dentro, me hacen reflexionar y aprender. Gracias por todas y cada una de tus palabras. No sé qué más decirte ya que por un lado la historia de la mujer de color en un mundo gris me ha parecido preciosa a la vez que triste. Mi manera de ver las cosas me incita a decirle a esa mujer que deje de maquillarse en gris, pero por otro lado quién soy yo para decirle nada, cada uno sabe bien sus prioridades y sus motivos para hacer las cosas, así que creo que los motivos que tiene para seguir maquillándose en gris son ahora importantes, otra cosa es que algún día cabien esos motivos, o cambie ella...
    Muchas gracias por leerme, te juro que es todo un honor para mí que lo hagas, por personas como tú me doy cada vez más cuenta de que no hay grupos u orillas, que todos somos personas y que las distinciones lo único que hacen es separar. Estamos en el mismo bando, el de las personas que quieren conocerse y saber quiénes son.
    Un gran abrazo

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  5. Jajaja no no tonta no eres... a mí también me gusta esa escena, pero como dices es atrezzo, son cosas que suman, pero que si no están no restan porque la base es un sentimiento.
    Un fuerte abrazo

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  6. Gracias bonita, tu respuesta me ha aportado serenidad. A veces me dan ganas de abrirme una cuenta en twiter para interaccionar más, pero ya lo que me faltaba, además que puñetas os iba yo a contar.......
    Besos húmedos desde Donosti.
    Lo.
    P.D. eh ¡¡¡¡ lo de húmedos es porque hoy llueve.

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