Decimos “Hola, soy sumisa” y parece que con esa frase ya está todo hecho y explicado. Lo que hoy voy a tratar no es algo nuevo, es un tema recurrente en mi blog, pero que me sigue pareciendo muy importante y por ellos quiero recalcarlo, a ver si siendo cansina consigo algo...
Sumisa y Amo son unos conceptos únicos y generales. Sinceramente me parece un completo error. Entiendo que de base está bien, no creo que sean conceptos que haya que cambiar, pero sí especificar ¿ A qué me refiero? A que una vez asumido que se es sumisa podríamos poder buscar y determinar qué tipo de sumisa somos. En este tiempo me he dado cuenta de que la mayoría de las sumisas se sienten angustiadas, frustradas, creyendo que no son todo lo que una sumisa debería ser. Y aquí está el problema del concepto general, creemos que una sumisa tiene que ser todo lo que una sumisa puede ser. Os pongo mi caso, siempre sentí que quería entregarme, darme a un Amo que me dominara, por definición soy sumisa, pertenezco al BDSM. Pero me cruzo con otras sumisas, ellas desean las prácticas, buscan Amos experimentados en ellas, Amos que puedan darles esos placeres, que las lleven a otro nivel a través del dolor. Yo no busco eso, jamás lo busqué. Lees y lees cosas… todo es tan subjetivo que te pierdes. Yo quiero entregarme pero no me gusta el dolor, no soy capaz de disfrutar de eso que tantas sumisas consiguen disfrutar, entonces… ¿No soy sumisa? ¿Soy una sumisa a medias? Si dentro del BDSM tuviésemos términos que nos distinguieran, términos susceptibles de aplicárnoslos o no, las dudas y angustias se disiparían.
Otro problema que he visto en cuanto a esto es que la sumisión es un sentimiento, es algo muy profundo que sabes seguro que está ahí, tú sabes que eres sumisa a pesar de que hay otras que no son como tú ¿Cuál es el problema? Que todas queremos defender nuestro sentimiento, todas estamos tan seguras de él que lo luchamos con uñas y dientes. Sería algo así como: Yo soy sumisa y lo sé, si tú estás haciendo otra cosa la que no es sumisa eres tú. Pero si asumiéramos que hay más de un tipo de sumisa, y de Amo, que todo esto también se aplica a los dominantes, no tendríamos que dudar de los demás ni de nosotros mismos. Imaginad que tenemos claro que hay sumisas masoquistas y sumisas que no lo son, sí, en este punto ya me vais a soltar lo típico de “Todas las sumisas son masoquistas, aunque sea un poco” vale sí, pero mi nivel de masoquismo es que me folle el culo y el de otras sumisas es que les grapen el coño… evidentemente no es lo mismo. Si yo hubiera tenido claro que para ser sumisa no había que ser masoquista me hubiese ahorrado muchas angustias. Quiero dejar claro que esto no es ningún ataque a las que lo son, por favor, es todo lo contrario. Pero… ¿Por qué no llamamos las cosas por su nombre? ¿Por qué nos avergonzamos de no soportar el dolor o de buscarlo? ¿Por qué queremos que nuestra forma de vivir nuestro sentimiento quede por encima del resto?
Entiendo la necesidad de definirse, es una necesidad que tengo de siempre y en todos los aspectos de mi vida, pero quedarse en conceptos básicos me parece un tremendo error, para mí hay dos opciones: definirse de una manera detallada o no definirse. Yo antes decía que era sumisa, luego vi que tiraba más a esclava, pero el diccionario BDSM me dejó sin más especificaciones, lo que me diferenciaba de otras esclavas no se veía como diferencias, sino como carencias. Por ello pasé a la fase de no definirme, si decir que soy sumisa y esclava me hace sentir frustrada y continuamente incompleta prefiero decir que no lo soy, no soy nada, ni vainilla, ni sumisa, ni esclava, soy yo sometida a mi Amo.
Aquí os hablo de mi proceso, de lo que he vivido, de cómo me han hecho sentir algunas personas. Sí, mi aspiración es que todo eso me importe una mierda y en ello estoy, pero seamos sinceros, hay personas que se sienten como yo me sentí y repetir cien veces, mil, que cada uno es de una manera y que no tiene que importarme los ataques o los ninguneos de algunas personas no hace que esa sensación de ser menos desaparezca. Esa sensación desaparece poco a poco, admitiéndola, enfrentándonos a ella.
Para mí la sumisión y la dominación forman parte de la esencia de una persona, no es algo que se elige, no es algo que se pueda cambiar. Si sientes que eres sumisa o dominante, por mucho que leas, que veas en otros, por muchas dudas e inseguridades que tengas, por muchas formas de vivirlo que difieren de lo que tú sientes conozcas, por mucho que otros te repitan que no eres sumisa o Amo, jamás dudes de lo que eres, ponle el nombre que quieras o no le pongas nombre, pero tu esencia es tu esencia y nadie puede decirte que lo que sientes es incorrecto, que tu esencia es incorrecta.