lunes, 10 de julio de 2017

La flor del naranjo

Quería estar un tiempo sin escribir entradas que no tuvieran que ver con BDSM, quizá sean tonterías mías, pero son entradas que me desgastan mucho por dentro, mucho más que cuando hablo de mi forma de vida... quizá porque las escribo desde una parte más profunda y necesito estar tranquila un tiempo, sin removerme mucho. Pero hoy estoy con el nudo en la garganta, estoy tremendamente emocional, quizá sea la luna llena de estos días que siempre consigue cambiarme. Quizá quiera publicar esto hoy porque anoche me dormí pidiéndole a mi abuela que me hiciese soñar con un lugar en el que no existieran la angustia y el miedo que me encogían el corazón. Así que publico esta entrada antes de volver a acurrucar mi alma de nuevo para que descanse...


Para que sepas - Juan Luis Guerra

Cuando las arrugas surquen mi rostro, cuando ya no haya manera de ocultar los caminos que seguí, cuando mi piel supure historia, sabiduría y calma como lo hacía el de mi abuela… Cuando sea capaz de sentarme en la terraza de noche con mis nietos siendo totalmente consciente de que mirar las estrellas y los aviones que pasan es la felicidad. Cuando esté cargada de infinita paciencia, cuando sea capaz de mirar a las personas con la mirada que tenía ella, cuando sea yo la que guíe como ella hizo y hace conmigo… Cuando llegue ese momento deseo que esta canción sea la que impregne los recuerdos de mis seres queridos, deseo que sea la que haga traer mi sonrisa a la mente de los que me quisieron…


Hoy quiero hacer un encargo, pedir un favor a los que me leéis, no es un favor cualquiera, es una petición única y extraña… quiero que guardéis esta canción en el recuerdo, en un rinconcito de la mente y si al pasar los años un día descubrís que ya me fui, que me desvanecí, que cerré los ojos para no volver a abrirlos pido que, si alguien se acuerda y tiene la manera, le haga llegar a mis hijas, a mis hermanos, a mis primos, a las personas que aún vivan y me quieran, este canción, esta musiquilla, esta letra. Y le digáis que al igual que yo tuve a mi flor de la canela, que al igual que yo la amé con todo mi ser, que yo me sentí arropada y comprendida en su regazo, que al igual que yo la vuelvo a sentir cerca cuando escucho la melodía de esa canción. Que como ella me dio ese regalo para que no me olvide que nunca me dejó de verdad, para que nunca me sienta realmente sola, yo quiero dejarles a los que me quieran así está canción, quiero ser su flor del naranjo esa que no destaca por su hermosura, aunque es bonita, esa que no dura si la cortas, pero esa que te recuerda que está con su fragancia que embelesa, esa que te hace detenerte un segundo para saborearla pero no da para oda. Esa que está sin llamar mucho la atención, pequeña y humilde, regalando su olor incondicionalmente, aunque no la consideres la más bonita de las flores, pero esa que si la hueles mucho marea y agobia. Sí, la flor de la naranja amarga seré yo…


Quizá sea soberbio por mi parte, pero es lo que siento al escuchar esta canción, con un nudo en la garganta me imagino abriendo las ventanas como lo hacía ella, siguiendo con su legado, ese de inmensa dulzura y ternura a pesar de todo, a pesar de la dificultad que tiene el amor incondicional. Y yo aún no soy esa flor del naranjo, aún no tengo ese algo que ella consiguió, pero me inspira cada día para luchar por ello. Lucho por la naturalidad, por ese amor, esa humildad…


El día que las arrugas surquen mi rostro, cuando no pueda ocultar las lágrimas que mis ojos derramaron, los dolores que encogieron mi corazón, cuando sea capaz de sonreír incluso en el peor de los momentos, ese en el que te vas a apagando y ves a tus hijos y nietos deseando que no te vayas pero sabes que no puedes darle lo que quieren… cuando ese día llegue poned esta canción y bailadla en silencio, acordándoos de mí.


Ella era la flor de la canela y ojalá yo llegue a ser la del naranjo.

 

3 comentarios:

  1. Remueves, revives el sentir de la estirpe.
    Sabes cómo dar una patada tremenda en el culo de la emoción para que no se duerma.

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  2. Preciosa entrada... me has hecho pensar también en mi abuela. Ella sigue conmigo, pero cuando me dejará huérfana de espíritu. Y aún no estoy preparada para ello.


    Emocionada y agradecida por tus palabras llenas de melancolía y dulzura.

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  3. Hasta hace poco yo sentía a mi abuela muy muy cerca, ahora hay un silencio donde antes estaba pero no tengo la pena y angustia que imaginé que tendría. No la siento cerca pero sí la tengo. Alguien me dijo que la unión y herencia "espiritual" de una abuela a su nieta es mil veces más fuerte que con la madre, por muy importante que esta también sea. Creo que por eso, cuando ya estaba preparada me dejó sola, sabiendo que ya sería capaz de comprender que aunque ella no esté a mi lado siempre habrá un gran trozo de ella en mi. Quizá digas "vaya rollo que me ha soltado esta" jajajaja pero me ha salido decírtelo

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