Salimos a las doce de la noche destino Barcelona, pero ese viaje comenzó mucho antes, varios meses antes.
Un día me crucé con un vídeo en Youtube, unos chicos entrevistaron a una chica que se dedicaba a la prostitución por voluntad propia, me pareció un video genial, la trataban con respeto pero a la vez con cercanía, pensé que si alguna vez hablaba de mi forma de vida en público sería con alguien como ellos. Me fui a la bañera y no paré de fantasear con cómo sería, qué cosas diría, era solo una película, no tenía ninguna fe en que eso pasara, no es algo raro en mí montarme ese tipo de teatros en la cabeza. Cuando me secaba estaba ya en el punto de sentirme mal por saber que solo era una película mía, que eso jamás sucedería, sobretodo porque no sería capaz de dar ni un solo paso hacia ello. Le escribí a mi Amo, le dije que estaba tristona, le conté el porqué. Tras hablar con Él me senté frente al ordenador a escribirles un mail, al menos por proponerles el tema, aunque decidiesen coger a otra persona para hablar sobre ello. Ese mail se quedó en borradores durante meses. Un día volví a ponerme gris, a enfadarme conmigo misma por saber que tengo la capacidad de hacer muchas cosas, de conseguir muchas cosas pero estar paralizada, no dar nunca el primer paso para llegar a ellas. Para solucionarlo decidí hacer ese día un pequeño gesto, algo que me calmara la decepción conmigo misma que me amargaba el día. Y recordé el mail, estaba escrito, solo tenía que darle al botón de enviar. Ya no era por aquella película en la ducha, como hablé con algunas personas de mi entorno, no creí que fuesen ni a leerlo, seguro se perdería entre los miles de mails de propuestas de trabajo y fans. Y debo reconocer que estar tan segura de ello me aliviaba, dar a enviar me calmaría pero no supondría mucho más, no me enfrentaría a nada. Qué puta es la vida, cómo no nos deja hacer las cosas a medias. Le di a enviar por la mañana y esa tarde tenía su respuesta, querían que fuese a grabar con ellos. Corriendo se lo dije a Él: ¿Y ahora qué hago? “Pues qué vas a hacer, ser valiente del todo”. Dos meses después estaba viajando hacia Barcelona, a desnudarme.
En eso dos meses he sentido de todo, valor, inseguridad, fuerza, miedo, incredulidad… De todo, el miedo a que mi vida cambie en algo era lo más duro.
Ha sido una aventura, creo que de las experiencias más extrañas de mi vida, el rodaje fue largo e intenso, por problemas ajenos a los que lo estábamos haciendo hubo muchos cortes, tuve que retomar muchas respuestas por las interrupciones... Me sentía fuera de la pecera, fuera de mi mundo y mi seguridad, pero a la vez me sentía bien, rodeada de personas que valoraban lo que estaba haciendo, hablando de algo tan íntimo y personal como es tu vida y cómo la vives. Y tenerlo a Él sentado frente a mí me aportaba esa seguridad que necesitaba. Y su “Qué orgulloso estoy de ti, eres una valiente” al final de todo fue muy importante para mí. Cuando acabamos de grabar fuimos a ver la ciudad los dos solos, Barcelona es bonita pero reconozco que ese día no podía fijarme en ello. La cabeza me hervía: “¿He dicho esto?¿He dicho lo otro?¿Me habré expresado bien?¿Y si se saca de contexto?¿Qué pensarán los que me leen?¿Qué pensarán mis amigos?¿Y si dejo de gustarles?¿Y si dejan de leerme porque no soy como esperaban?¿Saldré fea?¿Me dará vergüenza verme?¿Seré capaz de verme y escucharme?¿Irán mucho a por mí?¿Me criticarán de forma dañina mucho?¿Seré capaz de soportarlo? Etc…” y mil cosas más, os estoy siendo muy sincera, fue una tarde horrible, en la que el Ego estaba privándome de disfrutar de la ciudad, de Él y mi gran paso. Ahora lo veo, ahora me diría en ese momento que dijese lo que dijese, pase lo que pase, el hito para mí ya está hecho, he sido capaz de dar un gran paso, de conseguir algo que me he propuesto, di ese primer paso y los que le siguieron, eso no puede arrebatármelo nada.
Pero poco a poco el resto del viaje me ha ido llevando a nuevos aprendizajes, nuevas conclusiones. A veces planeamos las cosas creyendo que son aleatorias pero no lo son en absoluto y resulta ser lo que necesitabas. El segundo y último día en Barcelona fue mil veces mejor, estaba tan nerviosa los días previos que no planeé qué quería ver, dónde ir, comer… pero Él sí, así que me dejé llevar. Ahora tengo esos momentos “tontos” esos que son los que me gustan, la coca cola que te tomas en el sitio más insospechado, el ratito que te sientas en esas escaleras antiguas a la sombra, tengo los lugares a los que Él me llevó, tengo esa riquísima comida al borde del mar, esa infusión en el Bosque de las Hadas, ese mojito de Frambuesa con vistas a la Rambla…
A la vuelta decidimos parar en algún pueblecito y hacer noche para no hacer el viaje del tirón, perdíamos un día de Barcelona pero volver a viajar diez horas seguidas me parecía una locura. Sé que en la era de las comunicaciones, de los transportes, viajar en coche parece raro, pero nos gusta lo clásico del coche, la música sonando, cantar esas canciones con los paisajes a nuestro alrededor, viajar a nuestro aire, a nuestro ritmo... Pues ese pueblecito fue de esas cosas “casuales” que luego descubres que no lo son. Cuando llegamos a Bocairent mi energía cambió por completo, entre montañas, rocas enormes, casas antiguas, me sentí como en un retiro, necesario, un nexo entre lo extraño de Barcelona y la rutina de mi hogar. Fue como si el universo me sacara del mundo para dejarme coger fuerzas. Allí los nervios y miedos de Barcelona desaparecieron por completo, mi mente dejó de estar aturdida. No olvidaré esa placita con su frescor nocturno, esas patatas bravas, la horchata, el mojito, el licor de arroz… esa sensación de estar sentados sin más, dejándote envolver por el encanto del lugar. No olvidaré esa ruta mágica con ese hueco en la roca, ese en el que me pidió que me quitase las bragas. No olvidaré esa casa que olía a historia, con sus preciosas escaleras, esa sensación de que algo o alguien nos rondaba, esa noche con las manos al cabecero de barrotes, con las campanas dando las en punto, sonando una vez para las y cuarto, dos para las y media, tres para las menos cuarto, y Su voz entre bocados, azotes, pellizcos, pinzas etc… “Uy las campanas, a ver si te acuerdas de lo que te he enseñado ¿Qué hora es?”.
Y no me olvido tampoco del viaje de vuelta, con esa tormenta de verano que me regaló ese olor que tanto adoro a tierra mojada. Ese batido de Matcha y ese crep recién hecho que sabía a gloria.
Este viaje ha sido una aventura, una que me ha hecho pasar ratos extraños, pero que me ha dado también grandes cosas y momentos. Y una vez me ha hecho confirmar que elegir bien la compañía en las aventuras es casi más importante que la aventura en sí.
Gracias Amo por conducir toda la noche para llevarme a mi destino, gracias por hacer bonitos los días que mi mente quiere sabotear, gracias por darme esos detalles que marcan tanto la diferencia, gracias por dejarme mirarlo embobada mientras tararea y conduce. Gracias por guiarme siempre.
Esta redacción sólo tiene un fallo a mi entender, poner "Ego" con mayúsculas.
ResponderEliminarMe encantaría escribirte algún comentario. Se que estoy en deuda contigo y debería escribirte algo. Pero una vez más, me has dejado sin palabras. Te aseguro que dejarme a mi sin palabras es toda una hazaña.
ResponderEliminarLo.
Hola Ángela! Te he descubierto a través del vídeo con los chicos en Barcelona. Los sigo a menudo porque hacen videos muy interesantes y sobre temas bastante desconocidos para mí, como ha sido este caso. Me ha encantado. Súper valiente por tu parte, enhorabuena.
ResponderEliminarSiéntete orgullosa.
Tienes una nueva seguidora :)
Muchísimas gracias, de corazón. Ha sido genial ver que hay personas dispuestas a abrir su mente a temas que no conocían y respetarlos, eres más que bienvenida.
ResponderEliminarUn abrazo
Antes que nada disculpame Angela por los errores que voy a hacer al escribir en español porque casi no acostumbro. Solo queria decir que acabo de ver el video por YouTube y me gusto mucho. La manera tan sencilla y honesta en la que te expresaste hasta me dio un poco de envidia. Que diera yo por poder hablar de tal manera sobre un tema tan personal y con tanta calma, confianza y dignidad. Si estuviste nerviosa no se te noto. Tambien queria darta las gracias por ser como un ejemplo para personas como yo que han reprimido su naturaleza por temor al que diran. Ojala y sigas compartiendo! 😊❤️
ResponderEliminarMuchísimas gracias! Pues sí estaba nerviosa!! De hecho me sorprendió parecer tan tranquila en el vídeo porque yo no me recuerdaba así, la perspectiva desde dentro cambia jajaja. Pero mereció la pena si he podido ayudar aunque sea un poquito. Un abrazo
ResponderEliminarAcabo de ver tu entrevista :) Jamás te había puesto cara ni voz. Aunque se que tienes intagram nunca he entrado porque esa faceta de ti no me importaba, no te lo tomes a mal por favor, es solo que con tus relatos tenía todo lo que necesitaba.
ResponderEliminarNo parecías estar nerviosa!! Te explicas muy bien! Un placer leerte y verte!
Pd. Eres muy guapa y tienes un acento adorable ^^
Gracias por haber hecho la entrevista, gracias por haber sido capaz de expresar con tanta naturalidad lo que sientes (...lo que siento), gracias por no ir vestida de cuero, gracias por no crear ningún artificio, gracias por hablar de sentimiento, y sobre todo, gracias por hablar de libertad al decidir entregarte. Gracias y Felicidades por ser cómo eres! :)
ResponderEliminarMe gustaría poder expresar lo que siento cuando me agradeces todo eso pero es muy difícil, así que solo puedo devolverte el agradecimiento, gracias de corazón.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, y tranquila que no me lo tomo a mal para nada jajaja. Me hace mucha gracia el tema del acento, a mí nunca me ha gustado pero es de las cosas que más me dicen que les ha gustado a las personas que nunca me habíais oído, habéis conseguido que me reconcilie con él jajaja.
ResponderEliminarMuy buen video
ResponderEliminarFelicitaciones