lunes, 13 de marzo de 2017

Sueños

Siempre fui de ponerme sueños imposibles, de niña era de soñar cosas que sabía nunca conseguiría, me tachaba de fantasiosa y en verdad era mi propia enemiga: si me ponía sueños inalcanzables podría pasarme la vida lamentándome por no haberlos conseguido en vez de luchar por lo que quería. Siempre fui de sueños imposibles hasta que la vida me cumplió uno, uno que creí imposible, por el que lloraba después de correrme en mis manos adolescentes, lloraba besando una almohada que jamás me devolvería el beso. Soñé que Él existía, pero lo soñé creyendo que era imposible, que sería una mujer frustrada el resto de mi vida. Pero la vida es muy lista y cumplió mi sueño para estrellarme contra el muro de la realidad. “Ángela, deja de lamentarte, busca tu camino, que los sueños sí se cumplen”.


Quizá penséis que soy simple, pero ahora mis sueños son pequeñitos, alcanzables, no por ello sencillos. Sueños por los que lucho, por los que me enfrento a mí misma cada día. Pero mientras lo hago saboreo los que he conseguido, saboreo a ms hijas, lo saboreo a Él.


Disfruto de ponerme de rodillas frente al espejo, ver reflejado cómo me muerde el cuello apasionado, disfruto de Su voz ordenando que me quite la ropa. Disfruto de mi cuerpo desnudo, qué bonita me veo en ese momento, olvido esa autoestima que a veces baja más de la cuenta, olvido esos kilos que pienso que me sobran porque soy tonta, olvido que a veces me siento fea, en ese momento me miro y me digo lo idiota que soy por dudar de lo hermosa que soy, de lo bonito que es mi cuerpo, ese a punto de dolerse y disfrutar, ese a punto de ser pinzado, mordido, azotado, ese cuerpo a punto de ser penetrado por todo agujero disponible. Adoro esos instantes ¡Eso debe ser la felicidad! Esos instantes en los que todo te parece bonito, incluso las lágrimas que derramarás, en los que incluso el dolor te parece precioso, algo de lo que sacarás una sensación positiva mucho más profunda. Mi sueño cumplido es Su piel tibia en mi espalda, esa piel que es consuelo mientras me sodomiza sin piedad, esa piel que es hogar, esas sensaciones son hogar, cerrar los ojos y sentirlas es la felicidad, son una enseñanza de vida, de disfrutar hasta de lo adverso. Del dolor saco los mejores orgasmos, sin él también los tengo, pero nada comparable a la explosión que viene tras estar aguantando, tras chillar, a la explosión que provoca el pinchazo insoportable de las pinzas en los pezones, de la fusta entre mis piernas… Mi sueño cumplido son las tardes de sofá y peli, las noches de sofá y serie, son Sus “Quieta” “Siéntate recta” Sus “Para siempre” Sus “Qué a gustito estoy a tu lado”. Mi sueño son esas risas cómplices por las gracias de nuestras hijas, esa mirada que cruzo con el hombre que me hace estremecer, con el padre de mis hijas, mi sueño era ver de lejos a esa persona que me hace retorcer de gusto y dolor.


Sí, soy de gustos muy sencillos, de sueños tan alcanzables que cada día cumplo, cada vez que llevo a mis hijas a tenis y las veo correr. Tomarme un té sentada frente a Él, llamarlo de Usted en público, Sus normas, las conversaciones que tengo con las niñas, ver Friends los cuatro juntos, partirnos de risa con una chorrada de los Simpsons, sí esa risa que no puedes parar, que te hace llorar, de mirarnos e ir a más. Sus bofetones, Sus besos. Recibir vuestro cariño a través de mensajes, mails, comentarios… Comer sano, hacer una receta y que me salga riquísima, ver cómo florecen mis Pensamientos, cómo una planta medio muerta va saliendo adelante con mis mimos. Cumplo sueños todos los días, porque soy una chica sencilla con sueños grandes y también chiquititos. Soy una chica afortunada, con una familia que la quiere, con un marido que la cuida, con un Amo que la castiga y la usa, y ambos son la misma persona, ese era mi sueño imposible, ese que creí imposible, ese que la vida me dio de golpe, ese que ha sido el mayor aprendizaje de mi vida, por lo que representaba en sí y por lo que Él luego me ha enseñado, dónde me ha llevado.


La vida me cumplió aquel sueño de la infancia, ese unicornio al que le mandaba mensajes las noches de viento para que viniera a mi cama, creyendo en el fondo que era un imposible. La vida cumplió mi sueño y me estrelló contra la realidad, me puso en esa cama, desnuda, frente a ese espejo: “Ángela, los sueños se cumplen. Mírate, tienes personas que solo tienen palabras de ánimo, que te dicen lo mucho que te quieren, lo importante que eres para ellos… Ángela, mírate, tienes un cuerpo precioso, una sonrisa preciosa, una persona que te desea, que te ama, una persona que te ronda con una fusta en la mano, que está a punto de torturarte, de arrancarte el mayor de los orgasmos. Una persona que te va a poner a Sus pies, que te va a escupir, a follar la boca hasta que des arcadas… que te va a hacer sentir una diosa. Ángela, no lo olvides nunca, mírate y recuérdale a cada célula de tu cuerpo que jamás se rinda, que ha de luchar, recuérdale a cada célula que los sueños se cumplen”.

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