lunes, 7 de noviembre de 2016

Entrega ciega y entrega absoluta

En twitter empecé a seguir a una chica que está muy triste, contaba su historia de cómo entregarse la había dañado, cómo había acabado rota por entregarse. Eso me hizo reflexionar y al fin comprendí por qué muchos se llevan las manos a la cabeza cuando digo que mi entrega es absoluta. El problema es que confunden entrega ciega con entrega absoluta.


Mi entrega es total y absoluta, como ya sabéis los que me leéis, pero jamás ha sido ciega. La diferencia creo que salta nada más poner los dos títulos juntos. Yo conocía muy bien a quién me entregaba, pero conocer con lo bueno y lo malo. Para mí el Amo puede ser un dios pero no lo idolatro, no es un ser perfecto sin defecto ninguno, es un hombre, al que venero al completo, siendo consciente de todo lo que Él engloba, lo bueno y lo malo. Una vez que conoces a una persona en profundidad es cuando te planteas si en conjunto te da la confianza como para darte entera. Para mí sus puntos débiles no son importantes, no me ponen en peligro, ni me hacen tener miedo a que me destruya a ningún nivel. La entrega no ha de ser ciega en ningún sentido, tienes que mirarlo a Él en todo momento pero debes mirarte a ti también. Entregarte no te exime de la responsabilidad de crecer, de hacerte fuerte, de encontrar tu poder, no es un poder que amenaza al Amo pues no pretende entrar en una lucha de dominio, ya que tú conscientemente y conociendo toda tu fuerza te entregas a esa persona. Y eso no significa que renuncies a ella, simplemente en ese caso y sólo con esa persona, pones tu poder a su servicio. La entrega ciega es la que no se hace preguntas, la que no investiga por qué cada uno hace lo que hace. Imaginemos que nos da un ataque de celos, la entrega ciega no se pregunta por qué nos da, simplemente lo pasamos mal el rato que sea, y cuando estamos más calmados nos volvemos a poner bien hasta que llegue el próximo mal rato y así. Ante un ataque de celos habría que preguntarse ¿Por qué me estoy sintiendo así?¿Acaso hay algo que me haga sentir insegura?¿Ese algo tiene que ver con Él o conmigo?¿Él hace algo que me haga desconfiar o es que yo aún no estoy lo suficientemente segura de mí misma?... El mal rato es el mismo, o peor, os lo advierto, pero el resultado es lo importante.


La entrega ciega no solo nos hace daño a los que nos entregamos, también se lo hace a quién domina, imaginad la carga que debe ser para alguien que lo sigan ciegamente, la carga de que te consideren perfecto, que le eches la responsabilidad total de todo lo que pasa contigo, por dentro y por fuera, volvemos a una de mis comparaciones favoritas: guiar o tirar, de la que ya hablé aquí. Somos compañeros de viaje, cada uno lleva su camino, no dejo que Él ande el mío, solo me guía, Él en su camino domina y yo en el mío me someto, pero tengo que tener los ojos bien abiertos porque tengo que mirar por dónde piso, disfrutar de las vistas del trayecto, sentir cada paso que doy, porque es mi camino, mi vida. La entrega absoluta se hace muchas preguntas aunque al final la conclusión sea: tiro por donde Él me dice. Pero eso es una conclusión no un juicio ciego y vacío. Porque, en mi opinión, la entrega ciega es una entrega vacía, una entrega autómata que acaba aburriendo, o incluso destruyendo, a ambos, no hay preguntas, no hay crecimiento. Y ojo, yo no digo que cada orden se cuestione, no digo que le haga mil preguntas, es un proceso interno, es un trabajo personal, es un trabajo de escucharnos a nosotros mismos, a veces la pregunta o la conversación conmigo misma sencillamente es: ¿Lo hago o no lo hago? Es el Amo, yo soy Suya, lo hago. Otras es: Me ha dado tal orden y algo dentro de mí se resiste ¿Por qué me resisto? ¿Es porque creo que la orden me puede hacer daño o es porque mi soberbia se está revolviendo? Etc… en mi caso acabo obedeciendo porque sé que estoy con la persona que tengo que estar y que sabe bien qué estoy preparada para afrontar, y porque tengo claro que quiero dar los pasos que Él me dice que dé, pero eso no significa que yo sea consciente de que me costó dar ese paso y del porqué me costó darlo.


Yo lo venero, pero no estoy ciega, sé cómo es, qué cosas me encantan de Él y qué cosas podría mejorar, es una persona como lo somos todos. Y sabiendo la persona que es decido entregarme de forma absoluta, jamás ciega.


Hace poco en twitter se generó otro debate, hablar de los defectos del Amo sí o no. En mi caso no voy a negar que me esté costando escribir ciertas expresiones en público, porque aunque yo lo conozca en todos sus aspectos no significa que tenga que airearlos, pero como defendían algunas personas, hay una especie de teatralidad en la entrega y el dominio, una teatralidad que hace que parezcamos actores de peli romántica todos guapos y perfectos. Eso hace daño a todos, le arrebata lo real a la entrega y al dominio, lo relega a fantasía y lo destierra de ser una forma de vida, porque nadie puede cumplir expectativas fantasiosas las 24 horas 7 días a la semana. No voy a hablar específicamente de nada, pero creo que sí es necesario escribir esto, recalcar que somos humanos y que ser Suya también pasa por cuidarlo a Él, aconsejarlo cuando me lo pide, ayudarlo cuando algo le cuesta, decirle con mi actitud: no tiene que ser perfecto, yo me entrego y lo amo tal y como es.

1 comentario:

  1. Acuérdate de poner comillas (" "), cuando escribas un diálogo.

    ResponderEliminar