lunes, 8 de febrero de 2016

Paciencia y esfuerzo

Hola, perdonad la ausencia del post de la semana pasada, hay veces que no llego a todo. No sé si alguien se habrá dado cuenta pero se acerca el aniversario del blog y estoy preparando algunos cambios y novedades. Por ello quizá tenga que cerrar temporalmente el blog un par de días, si es así, espero que perdonéis las molestias y sigáis ahí cuando vuelva :). Hecho este inciso os dejo con el post de hoy:


Muse - Time is running


Hoy me miro al espejo, la Ángela que veo no es aquella que vi. Ahora me dicen que me admiran, que soy un ejemplo de obediencia y entrega, que ojalá poder tener ese control sobre las palabras y actuaciones… no hace mucho nada existía de la Ángela que ahora se refleja. Me miro al espejo y veo a una Ángela tranquila y sosegada, es una Ángela que no se pasa inquieta todo el día, que ya no envidia o fantasea sin valorar lo que tiene. Veo a una Ángela segura de sí misma. Me gusta la mujer que soy ahora, con cosas por mejorar pero con la certeza de que puedo hacerlo, la certeza que me da haber pasado por lo que pasé: los llantos, los gritos, los tirones de pelo por no saber contener mis diablillos, por estropear lo bonito que tenía. Hace 7 años el diablillo de la soberbia me poseía, la exigencia vomitada por mi boca lo ensuciaba todo, quería ser obediente, obtener lo bueno que podía darme mi Amo pero sin pasar por lo malo, quería placer y sometimiento superficial. “No me hace esto, no me dice aquello” Ha sido un camino duro, no creáis que nací con el don de la entrega, no creáis que estos 7 años siendo Suya han sido como es ahora, no creáis que esta calma que respiramos la respiramos desde el principio. Han sido muchas las angustias, han sido muchas las palabras de mi boca que sobraban, muchas las actitudes negativas y dañinas por mi parte, mucho el capricho, mucho lo superficial… he visto en Su rostro demasiadas veces la decepción y la angustia de no saber qué hacer con el monstruito de metro y medio que le amargaba la existencia, que lo llenaba de reproches e inseguridades, qué hacer con una persona a la que amas con locura pero que en el momento menos pensado lo estropea todo sin inmutarse ¿La castigas o la mandas a tomar por culo bien lejos? Muchos han sido los días que me he mordido, que me he odiado por mi permanente insatisfacción, por mi permanente exigencia conmigo y con los demás, con Él.
Leía a otras sumisas, veía sus actitudes, sus relaciones y las envidiaba, las envidiaba mucho. Eso me hacía sufrir, nos hacía sufrir… era como si yo no tuviera una vida de la que disfrutar, como si mis circunstancias, fueran las que fuesen, no se merecían valor alguno. Qué malo es desvalorar, qué malo compararse, que malo creer que todo el mundo tiene algo mejor que lo tuyo. Lo único que fallaba era yo.
Y ahora me miro al espejo, han pasado 7 años, 7 años en los que gracias a Su capacidad para saber llevarme, gracias a Su constancia, a Su inteligencia, a Su tenacidad, he conseguido mirarme al espejo y ver templanza, ver fuegos destructivos apagados. Puedo ver resultados, puedo empezar a percibir que ahora soy persona.
No, no nací buena sumisa, no nací calmada y de mente fría, nací con diablos como los tenemos todos. Y no voy a quitarme mérito, sin mi Amo al lado todo hubiese sido más difícil aún, pero yo también puse de mi parte, aprendí a base de prueba y error, a base de llorar y enfadarme mucho conmigo misma, a base de meter la pata hasta el fondo, aprendí a base de angustia, paciencia y esfuerzo… He sufrido en muchas ocasiones intentando no dejarme llevar por la soberbia, he sufrido mordiéndome la lengua para no volver a soltar veneno, del que nos mataba lentamente.
Y ahora hay un espejo y puedo mirarme, ahora veo lo maravilloso que es el premio... pero no olvido que no fue, ni es, nada fácil.

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