lunes, 15 de marzo de 2021

Normas y protocolo propio

     Este es un tema que me habéis pedido tratar por varios sitios. Para empezar distinguiré los dos tipos de protocolo que veo: el social y el propio. Lo que yo llamo “Protocolo social” sería el que se usa cuando interactúas con otras personas, en una fiesta por ejemplo. Este protocolo daría para otro post. Por nuestra parte somos respetuosos con ese protocolo, a nuestra manera. Pero bueno, hoy os quiero hablar del “protocolo propio” ese que es tan hermoso, variado y diferente cuando comparas unas relaciones D/s con otras. Nuestro protocolo es bastante sencillo pero efectivo, nos gusta mucho. Llevamos con él muchos años, poco ha variado, por lo que a raíz de la propuesta de este post Él decidió que podía servirnos para introducir normas nuevas.

    Os contaré nuestro protocolo, aunque os confieso que me guardaré alguna norma para mí, y es que creo que el protocolo de cada pareja conforma su intimidad, más que el sexo o un castigo. Esto no es algo que pensase de antes, de hecho me he dado cuenta a raíz de preguntar por redes sobre los vuestros. Cuando leía las normas y protocolos de otras parejas D/S sentía que estaban compartiendo conmigo algo muy especial, algo muy de ellos. También os diré que me fascinaba leerlo, siempre lo ha hecho conocer las pequeñas rutinas de otras personas, esos detalles que nos diferencian, me gusta imaginar sus vidas y en qué se diferencian de la mía.

    Tenemos normas y protocolos de diferentes tipos. En el ámbito sexual desde hace varios años los jueves toca sexo oral. Esto surgió por mi angustia a tragarme su semen. Me maravilla leer tuits, relatos… en las que se habla de lo mucho que se disfruta y se desea tragarlo, también me da envidia. Yo llevo años acostumbrándome y aún busco la manera de que no me toque la lengua. También en este ámbito lo limpio tras practicar sexo, no es algo que se haya dicho explícitamente pero ambos lo hemos dado por hecho. Tampoco puedo masturbarme sin consultarlo.

    En cuanto a la ropa también tengo un protocolo: si voy a salir sin él ropa interior normal, nunca lencería y siempre pantalón. Si salgo con Él al revés, siempre lencería (o nada) y falda o vestido. También le preparaba su ropa para ir a trabajar. Hablo en pasado porque en los últimos tiempos entre el cáncer y nuestra hija pequeña se ha ido perdiendo esa costumbre, no me siento nada orgullosa de ello y ahora que estamos en plena “reconstrucción” quiero esforzarme por recuperarlo.

    Otro protocolo que me gusta mucho es el de darle la toalla cuando termina de ducharse. Nuestra casa tiene varias plantas, suele pasar que esté en la más lejana y en cuanto me doy cuenta de que probablemente ya haya terminado de ducharse salgo pitando subiendo las escaleras a toda prisa. Otras veces no calculo bien, o se me olvida, y al “contador” que va. Para los nuevos, si no lo saben, el contador, es un contador numérico normal y corriente que una amiga le regaló para que nunca perdiese la cuenta de los azotes que me tenía que dar.

    Cuando salgo de una habitación en la que está Él tengo que pedir permiso. Como tenemos hijas el código que usamos es que yo le doy la mano y Él me la aprieta si me lo concede.

    En la forma de dirigirme a Él siempre de “Usted”. “Amo” al final de las preguntas y las respuestas si estamos solos o con personas del “mundillo”.

    La norma o protocolo primordial es el de la sinceridad. De vez en cuando me pregunta “¿En qué piensas?” y tengo que responder con sinceridad, no importa lo que sea. Evidentemente este es también el más exigente a nivel personal, Él nunca se enteraría si le miento, pero yo sí. También ayuda saber que Él es igual de sincero y que nada de lo que diga lo usará en mi contra de manera “seria”. No, tampoco si le digo que pienso en tener sexo con otro hombre, podrá hacer algo con eso, castigarme por “ser tan zorra”, follarme porque le ponga cachondo lo que le cuento… pero eso lo hace incluso divertido, nunca me juzga, eso es fundamental.

    Luego tenemos otras normas como depilarme cada viernes, llevar el pelo y las uñas como Él quiera… Y una que aún no lo es, pero que me da que va a caer pronto es sentarme bien cuando como, tengo la manía de sentarme al filillo de la silla y lo pone un poco de los nervios.

Escribiendo sobre esto me surge una duda ¿Norma es igual a protocolo? Ahí la dejo, a ver qué opináis.

De las personas que me habéis contado los vuestros diré algunos que me han encantado:

-          Revolverle el café al Amo, servirle la bebida y estar pendiente de que su vaso no se quede vacío

-          Ir a comprar churros los domingos (esta me ha encantado jajaja)

-          Estar siempre desnuda en casa del Amo

-          Esperarle con el pecho al descubierto

-          Besar la mano del Amo cuando llegaba a casa

-          No estar sentada si el Amo está de pie

-          Conocimos a una pareja D/s que tenían por protocolo que ella caminase siempre un pasito por detrás, incluso al ir de la mano. Me encanta.

Y hay dos que nos han inspirado mucho y que Él ha considerado incorporar ya que nos pueden venir muy bien en este momento:

-          Ponerme el despertador antes que Él y despertarlo con mimo

-          Cada noche antes de dormir tener un rato de reflexión de cómo ha ido el día en general o en la relación D/s

Otro asunto muy interesante que me propusieron referente a esto es cómo afectan esos protocolos a la vida “normal”, porque es cierto que afectan, pero lo que tampoco se suele entender es que esas “anormalidades” son lo “normal” para nosotros. Pero bueno este tema lo trataré en otra entrada. Para poder extenderme más.

Para terminar quiero recalcar que los protocolos sirven para muchas cosas dentro del BDSM, pero, para mí, si vas desgranando y vas a su finalidad auténtica es la “diversión”, y lo pongo entre comillas porque aclaro que no me refiero a tomárselos a chiste, sino que para mí (que soy sumisa) hacen la rutina más interesante, son como chispillas repartidas en el día a día que me recuerdan que le pertenezco y, al hacerlo, me recuerdan lo mucho que me gusta pertenecerle. Son gestos que por sí solos no son nada, pero el significado que se les da en la D/s hace que me exciten.

Cuando hice la entrevista fue algo que a las personas ajenas al BDSM les llamó mucho la atención, incluso alguien dijo que mi día a día sería una tortura con tantas cosas que hacer por obligación… Me di cuenta de que no se entendía que nadie me obliga a nada, al menos no en el sentido que se suele entender, para mí la tortura era cuando en mis días no tenía esas “obligaciones” porque me gusta, me hacen disfrutar, porque (en definitiva) me va la marcha… Otra reflexión que me suele nacer, más al comprobar que los protocolos de otras parejas van muy por ahí, es que muchos de esos rituales se basan en cuidar al otro, tener ciertos gestos con la otra parte. Da que pensar que se vean como algo “negativo” o que te “obligan” a hacer. Ahí lo dejo, no entraré en ese jardín, no mucho al menos jaja

Si queréis hablar de esto, meternos en jardines juntos o lo que os apetezca os espero esta tarde a las 17:30 en mi canal de Twitch “angelaycafe”. ¡Nos vemos!

 

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