jueves, 8 de septiembre de 2016

Soy una víctima

Aviso: Sé que no toca entrada, pero llevo una semana muy reflexiva, y guerrera, por qué no decirlo. Esto es fruto de mis reflexiones, que por desgracia serían tremendamente largas de explicar, cuando no se tiene el pensamiento completo pueden surgir malentendidos y lo asumo. Sinceramente espero que me entendáis, y si no lo hacéis no pasa nada, olvidadla, pero respetad mi opinión y mi decisión de no entrar en debates, por favor.


Dicen que soy una víctima, dicen que soy una pequeña y vulnerable mujer blanca, víctima del machismo, víctima de los patrones…


Siento presión por educar a mis hijas. Me quedé embarazada con 20 años, viviendo separada de mi pareja, empezando una carrera, sin trabajo, sin haberlo buscado… me dijeron que me había arruinado la vida, empecé a cargar con las miradas de mujeres mayores que me miraban de arriba abajo, no sé cuántas veces he escuchado: “¡¿Dos hijas?! Pero si eres muy joven”. Coros: Eres una víctima de los prototipos, de los patrones, eres víctima de la sociedad.


En mi adolescencia me sentí presionada por hombres para hacer ciertas cosas, creí que la culpa era mía, que yo lo había provocado. Las niñas se rieron de mí por hacerlo, sufrí en esa época. Me llamaron todo lo que pudieron y más. Coros: eres víctima del machismo de esos hombres que creyeron que era mi obligación hacerlo, que se creyeron superiores a mí, eres víctima de las mujeres alienadas. Eres víctima de la sociedad.


Siempre me ha preocupado mucho mi cuerpo, este michelín por aquí, este agujerito de celulitis por allá. Cómo me maquillo, qué ropa me pongo. Esta Navidad nada de mantecados, este verano nada de helados. Peso 49 kilos y me siento gorda. Coros: Eres víctima de los cánones de belleza, de la publicidad, de la presión de ser perfecta. Eres víctima de la sociedad.


Los coros por favor, que cierren la boca. ¿Víctima? Sí ¿De la sociedad? No, no lo soy. Podéis seguir luchando contra la sociedad como víctimas despechadas que tiran piedras contra un muro. ¿Qué es la sociedad? ¿Realmente somos víctimas de ella? Nunca me he sentido víctima de la sociedad, incluso cuando he flaqueado y he dicho que me siento oprimida, que me juzgan por ser distinta, por llevar un modo distinto de vida… incluso en esos momentos una vocecita regañona me decía dentro que esa sociedad no existe, no te rebelas contra algo real, por eso te agotas, porque te das contra un muro que no existe. Solo existen los que conforman la sociedad, personas, y de esas personas a la única que tienes el deber y el DERECHO de cambiar es a ti. Yo formo parte de la sociedad, si cambio yo, cambia la sociedad. Y aquí llegamos a resolver la duda: sí soy víctima, víctima de mí misma. Lo fácil es echar balones fuera, es echar la culpa a esa sociedad que me hace sentir tremendamente mal, eso es lo fácil, porque lo difícil es admitir que nuestro enemigo somos nosotros mismos, que la que se mira al espejo soy yo, que la lucha es contra la imagen de mi cerebro, aunque esa imagen saliese de un anuncio de la tele, yo dejé que esa imagen entrase en mí, yo fui la que la di por válida, la que no se planteó que el que yo no fuese así no estaba ni bien ni mal. La sociedad, lo que nos rodea, las personas que se nos acercan son estímulos, nosotros somos los que debemos decidir cómo reaccionar ante dichos estímulos. Mi enemiga soy yo que, como no me quería, cualquier cosa que algo externo me dijo que estaba bien lo establecí como meta. Yo dejé que los comentarios de esas señoras sobre que fuese madre tan joven me afectaran, pues no confié en esa voz que me decía que yo sería buena madre, que la edad no importaba.


El enemigo siempre está más cerca de lo que creemos, pues ese enemigo no es más que nuestro ego. Yo misma en este blog me he quejado de que me han tachado de “mala sumisa”, de que no lo era. Hace poco dos personas me dijeron, resumiendo, que yo era "mala", decían que había hecho cosas que yo no sentía y sabía que no había hecho. Me resistí, lloré, pensé en qué crueles estaban siendo conmigo, en que no era justo que me hiciesen sentir así… pero no, no Ángela, ellos no son crueles, no son injustos, la que lo eres contigo misma eres tú, que dejas que esas palabras te confundan, que dejas que te hagan dudar de lo que has hecho o dejado de hacer, incluso siendo cosas materiales. Porque mirad si somos dañinos para nosotros mismos que si alguien te dice que tú no contestaste a su correo, y abres el correo y ves allí escrita tu contestación, incluso llena de buenas palabras… incluso viendo que tú lo escribiste y que esa persona lo recibió, te sientes mal, dejas que ese estímulo negativo que te mandan anide en ti.


Esta entrada es para vosotros, y es para mí. Porque no quiero que el ego me domine más, no quiero volver a dejar que lo de fuera pese más que lo de dentro. Por favor os lo pido, luchad por la causa que queráis, intentad cambiad lo que queráis ajeno a vosotros, pero nunca lo hagáis por sentiros víctimas, no culpéis a nadie, no os hagáis ese daño. Victimizarnos nos nubla la mente, nos hace sentir débiles, nos convierte en animalillos heridos, hace que interpretemos mal a los demás, hace que incluso hagamos daño a los demás.


No soy una pobre mujer blanca oprimida, ni alienada, no soy lo que mi cuerpo es, ni siquiera lo que es mi mente, pues esta me engaña en muchas ocasiones, soy lo que siento que soy: Una persona que se enfrenta a estímulos y que tiene toda la libertad y responsabilidad de elegir cómo enfrentarse a ellos.


El poder es nuestro, no lo dejéis en manos del primero que aparezca.

Y puede parecer algo duro y tajante pero esto es algo que quiero dejar muy claro, es primordial para construir vuestra autoestima de verdad, para empezar a ser felices: huid de los que os hagan sentir víctimas, pero no de los que os lo hacen sentir por atacaros, sino de los que os defienden. Entre la víctima y su defensor hay una relación tóxica de egos que se inflan mutuamente, son personajes que se alimentan el uno del otro.


3 comentarios:

  1. Nada menos que impresionante

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  2. Totalmente de acuerdo.
    Una gran leccion!

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  3. Buenísimo artículo Ángela . Totalmente de acuerdo . El primero que he leído y el primero de muchos otros por leer. Enhorabuena por el trabajo que haces y por poder aportar un granito de arena a cada uno de nosotros !!!!

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