miércoles, 7 de febrero de 2018

Los inicios

Son muchas las personas que me han escrito pidiendo consejo sobre cómo iniciar una relación D/s. La mayoría son parejas como lo fuimos Él y yo, con un recorrido previo como pareja “normal”. Tengo la sensación de que a lo largo del blog ya he contado cómo lo hicimos nosotros, pero quizás sea necesario un recopilatorio para que quede más claro.

Ya dije que no iba a contestar más mails de forma personal, por ello escribo esta entrada, para que quede aquí reflejado. Esto no es una Biblia, ni una fórmula mágica, no es lo que pienso que haya que hacer, simplemente es lo que he ido viviendo, los fallos que cometimos y los aciertos, y quizá se me escape algún consejo fruto de la experiencia… A nosotros nos ha funcionado, pero cada pareja es un mundo, influyen tantas cosas en cada relación que es imposible asegurar que lo que le funciona a unos le vaya a funcionar a otros.

Nuestros inicios fueron muy lentos, empezamos viendo películas juntos, leyendo algún artículo suelto de algún blog que encontraba. Dialogamos muchísimo, Él no tenía ni idea de BDSM y yo descubrí que no tenía ni idea de lo que de verdad quería. Cuando te tiras tantos años anhelando algo y fantaseando tanto, tiendes a creer que necesitas exactamente lo que fantaseas, cuando en realidad buscas algo más profundo. Por otro lado cuando sueltas la bomba “Quiero que me domines” das un poco por hecho que la otra persona lo va a entender, pero debes contarle tus fantasías, qué cosas de la dominación te gustan y cuáles no, qué límites no estás dispuesta a cruzar etc… Mientras comenzábamos ese proceso de descubrimiento comenzaron también las primeras normas, cosas muy pequeñitas sin un castigo muy severo, creo que mi primer castigo fue un pellizco en el brazo. Hay que entender que Él nunca se había planteado azotarme como castigo ni nada parecido, así que cómo se puede esperar que de la noche a la mañana me diese la azotaina del siglo… Hay que dejar que el proceso natural fluya, Él empezó a descubrir que había cosas que le excitaban, que le gustaba decirme qué ropa llevar, por ejemplo, cuando iba con Él. Esta fue una de las primeras normas. A Él antes de ser D/s le gustaba verme con vestido, cosa que yo me ponía cuando me daba la gana evidentemente. Nunca se planteó decirme “Como me gusta que lleves vestido lo vas a llevar siempre que salgas conmigo”, pero cuando yo le dije que deseaba su dominio cayó en que ahora sí podía ordenármelo. No sé si veis que la mente no cambia de forma tan sencilla, mucho menos cuando tienes asumido que no tienes derecho a ordenar nada a la otra persona, es que ni te planteas hacerlo, y ahora de repente tienes que ir buscando esas cosas que te gustan y asumir que ya sí puedes ordenarlo. La verdad es que si me pongo en Su lugar me resulta un proceso complejo, asumir que todo lo que te parecía mal hacerle a la persona que amas es lo que debes empezar a hacer si la amas… Desde la perspectiva lo veo muy claro, pero no penséis que en aquel momento fui tan comprensiva, yo quería lo que quería y lo quería YA. No consideré que no era tan sencillo, que Él necesitaba tiempo, pequé de impaciente y generé muchas situaciones y conversaciones angustiosas por culpa de ello. Así que aquí viene un consejo: sed pacientes, id poquito a poco, es mejor hacer las cosas despacito pero con buena letra. Hay que asentar la relación sobre cimientos sólidos y eso no es cosa de días ni de meses. En nuestro caso llevamos 9 años como una pareja D/s y nunca he dejado de tener la sensación de que aún estamos iniciando el camino, quizá en el último año más o menos es cuando más siento esa tranquilidad de estar asentados. Y, aún así, aunque ya no es como al principio que eran ajustes mucho más grandes y evidentes, seguimos ajustando detalles.

Otra cosa que nos pasó es que como yo llevaba años fantaseando quise tener el Amo que yo había imaginado, y no es así, la otra parte irá sacando su lado dominante si lo tiene, pero lo hará a su manera. Quizá no le gusten las cuerdas y a ti sí… ¿Y ahora qué? Pues que te tienes que enfrentar a una pregunta complicada ¿Quieres jugar a que te dominen o deseas que te dominen de verdad? Esto no incluye sobrepasar límites que no quieras sobrepasar, aclaro. SI no que hay que tener cuidado porque mi tendencia al principio era la de dominar desde abajo “Yo deseé un Amo que me hiciese tal cosa, así que me lo tienes que hacer” de una forma mucho más sutil pero ese sería el resumen. Esto no es algo que me pasara solo a mí, la mayoría de las personas sumisas presentan esta característica. Si quieres un juego también es genial, haz un guión, meteos en los personajes y a disfrutar. Así jugábamos antes de ser D/s y era maravilloso, el problema es que terminaba y me quedaba un vacío espantoso porque no era un juego lo que necesitaba.

Bueno, que me enrollo, el siguiente paso que dimos fue hacer un contrato, de esto os hablo con más detalle en este post. Es algo que me parece muy importante al principio aunque luego con el tiempo vaya cambiando o ya dejéis de seguir las pautas que plasmasteis en él. Pero creo que es un elemento que calma a ambas partes: a la que desea más porque ve que se van a cumplir, y a la parte que está aún un poco asustada por cómo se va a desarrollar todo.

Y la verdad es que poco más puedo deciros, el resto es ponerse a rodar. Esto, igual que la vida, es un camino de acierto y error, viendo el error como una forma de aprendizaje “Esto así no ha funcionado, cómo podemos hacer, qué cambiamos…”. Esto es un camino de los dos, ser sumisa no significa tumbarse y dejarse llevar sin más porque “Ah, tú eres el dominante” este es un camino que se hace juntos, atendiendo el uno los miedos del otro, confiando y siendo muy sinceros, lo más que hayáis sido nunca. Yo en este proceso he descubierto el significado de amor, pero de amor de verdad, no ese egoísta que espera obtener algo concreto. He podido ver mi exigencia y he podido apagarla comprendiendo que es una persona, que no puedo pedirle que sea un personaje, ese de mis fantasías, porque no es real. Y menos mal porque ha resultado ser mucho mejor. He aprendido que, que sea mi Amo, no significa que no tenga días que necesita mi consuelo, que también necesita que lo cuide, que no puede estar constantemente pendiente de satisfacerme aunque sea disfrazado de satisfacerse. He aprendido que una relación es mucho más importante que unos papeles, que el amor va más allá de los títulos de Amo y sumisa. Pero cada uno descubrirá cosas distintas, estad con los ojos, los oídos y el corazón bien abiertos.

3 comentarios:

  1. Me ha encantado. Enhorabuena por el escrito y sobre todo ppr lo que habeis conseguido juntod.

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  2. Muy interesante el posteo y de lectura muy amena.



    A mi me parece que la pregunta no es “¿Cómo comenzar?” sino “¿Por qué comenzar?” Yo creo que el “Cómo” es una cuestión de sentido común y está determinado por los gustos y disgustos personales, tal cual lo has escrito. En mi caso particular, por ejemplo, considero el contrato algo completamente inútil, pero está claro que es muy útil para otras personas, por ejemplo para ustedes y no hay nada que decir. Reconozco que el simbolismo, en general, puede ayudar a algunas personas pero nunca será lo que sostiene a una relación D/s.



    Por lo que he leído en tus posteos tú has tenido la necesidad de relacionarte de esa manera. A mi juicio ahí está la clave del éxito de vuestra relación D/s. Si no hubieses tenido esa necesidad tal vez hubieses tenido una exitosísima relación vainilla. El “por qué” en tu caso no necesitó de mucha investigación.



    Yo estoy convencido que alguien es sumiso antes de conocer a su primer dominante y alguien es dominante antes de conocer a su primer sumiso, son cuestiones de personalidad, más allá que en vuestra pareja parece que hay un sumiso “nativo” y un dominante “formado”. Bueno, toda regla tiene su excepción.



    Me da la impresión que las personas pretenden resolver el “cómo” antes que el “por qué”. Por eso creo que el foco tiene que estar puesto en averiguar por qué quieren relacionarse de la manera D/s, y no dispersarse con los detalles de implementación. Por ejemplo, hay parejas muy protocolares y otras completamente desestructuradas, hay parejas que gozan con el dolor y otras que no, hay parejas que se abren a terceras personas, en fin, mil variedades, mil maneras y sin embargo todas pueden ser parejas D/s. La forma, es decir, el “cómo” es variable de pareja a pareja y de persona a persona.



    Un último comentario, no creo que el tipo de vínculo: vainilla, D/s, swinger, pareja abierta, etc., determine en lo más mínimo la profundidad del sentimiento amoroso. A mi juicio, los sentimientos y la forma de vincularse se desarrollan en planos separados. Una prueba de ello es vuestra propia pareja, muy seguramente estarían juntos y se querrían de la misma manera aunque su vínculo no fuera el D/s, ¿no?





    Saludos

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