miércoles, 22 de enero de 2014

La música dolía

Él ponía la misma canción cada vez que la castigaba, sonaba fuerte mientras los azotes irritaban sus nalgas, era la banda sonora de sus ratos de cara a la pared. Esa canción ocultaba su llanto cuando la correa la golpeaba. Poco a poco se convirtió en un símbolo, si cometía una falta durante el día, Él no le decía nada, y por la noche mientras ella terminaba de lavarse los dientes, se desnudaba para ponerse el pijama o subía las escaleras para irse a la cama, la ponía, ponía esa canción, y ella se encaminaba lenta e inevitablemente hacia su castigo.
Un día, en una cafetería, mientras charlaba alegremente con sus amigas, una melodía familiar llegó a su oído. Todo dejó de importar, las voces de las personas que allí estaban se volvieron casi imperceptibles, no contestaba a sus amigas que le preguntaban qué le pasaba, todo daba igual. El sonido de la radio se alzó sobre todo lo demás, la letra le erizaba la piel, las notas musicales le golpeaban el cuerpo, la canción le hizo sentir su entrega, le recordó a quién pertenecía. Y es que, en aquel sitio, en aquel momento, incluso lejos de Su Amo y de la correa... la música dolía.

2 comentarios:

  1. Muy hermoso relato, me ha emocionado porque nunca falta ese detalle que en la situación más inesperada me recuerda a mi Ama y me hace sentir Su ternura o Su dureza absorbiendome de todo lo que me rodea... y qué intensa llega a ser la sumisión y cómo duele la distancia.
    Estaré atenta a tu página, he llegado a través de una recomendacion de Elisax por ask.fm. Un saludo^^

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  2. Muchas gracias. Es cierto, esas cosquillitas que dan en el estómago cuando algo nos recuerda a nuestros dueños en esas situaciones ¡Qué haría sin ellas! jaja. Pues gracias por seguir la recomendación de mi querida Elisax, y sólo decirte: ¡Bienvenida!
    Un besito ;)

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