Hoy es 24/7 y no iba a escribir
nada, quizá recordar una entrada antigua, total, ayer ya publiqué después de
mucho tiempo… Pero he subido a recoger nuestro dormitorio, me he puesto música
y ha sonado esta canción de Siloé, he pensado en lo mucho que me gustó cuando
me la cantó en aquella discoteca de tardeo creyéndonos indies…
Tenía su polo en las manos, lo he
olido y he pensado en cuando suene en directo en el Granada Sound, he imaginado
que el mundo desaparecía y se la cantaba porque, aunque me la cantó Él primero,
lo cierto es que me siento totalmente identificada, es completamente mutuo. Le
he subido el volumen y la he cantado en bucle, hasta me he emocionado como la
llorona intensa que soy.
Me venía ese 24/7 a la cabeza,
como esa locura que es, que me arrasa, que me devora, esa locura que hace que
me sepa tan Suya en cada momento que nada podría hacer que no lo fuese ni un
solo instante del día. Y recuerdo cuando nos alejamos, recuerdo cuando me
preguntaba si estaría mejor sin Él, recuerdo el día que le dije “Es mejor que
nos separemos. Cuando vuelva a casa será mejor que ya no esté, no puedo
soportar ver cómo se va”, recuerdo el dolor de aquellas palabras, sabiendo que
nada podría hacer que no lo anhelase cada minuto, de cada hora, de cada día con
su noche. Recuerdo el dolor de saberme tan Suya aún lejos, saberme tan de
alguien que probablemente dormiría abrazado a otra mujer. Recuerdo el dolor de
ese 24/7, ese que odié por saber que no sería fácil de revertir, por no decir
la palabra “imposible”. Ese 24/7 que sabía que me pesaría al besar a otro
hombre, un lugar desde el que ya no podría amar a nadie más, pues “Nadie más
estará nunca a la altura de los besos que me da”, el dolor de saber que era
recíproco y que habríamos dejado que las circunstancias, las manipulaciones
ajenas y nuestra propia incompetencia nos separasen, el dolor de saber que
ambos nos anhelaríamos en cada penetración, el saber que nos echaríamos de menos
en secreto, el saber que desearíamos nuestros cuerpos en la lejanía, que
ataríamos nuestro deseo de besarnos y acabar follando en el suelo cuando
tuviésemos que vernos al recoger o llevar a las niñas… Así que sí, ahora me
siento una idiota por haber pensado en algún momento que nuestro destino era
acabar nuestras vidas separados viviendo en el anhelo constante de haber sabido
hacerlo para que el amor pesase más que los errores.
Hoy celebramos el 24/7, esta
mañana en la cocina, tras prepararle su botella de agua para el trabajo lo he
felicitado, y sin saberlo nos he felicitado, he felicitado a aquellos que
supieron revertir una situación que parecía no tener solución, que supieron tomar
las riendas en el más absoluto caos, que supieron estar por encima del ego, de
la manipulación, de los errores, de las palabras dolorosas y dejar que el Amor
venciese. Porque nuestro 24/7 se basa en algo que ahora parece estar tremendamente
rechazado, juzgado, un horror… se basa en el “sin ti yo no sé estar” pero nunca
me ha gustado ocultar la realidad, me da igual lo mal visto que esté
necesitar... Pero es que nuestra realidad es esa. Necesito Su calor, Su voz,
Sus dientes torcidos, Su polla dentro de mí, necesito ver Su cara cuando me
penetra, necesito Su cabeza entre mi pechos mientras se echa la siesta,
necesito oler y besar su pelo en ese momento, necesito viajar a Su lado,
necesito las noches en el sótano cantándonos mientras nos miramos a los ojos
viendo el amor más profundo en los ojos del otro, necesito el olor de Su sudor,
necesito Su silencio, Su humildad, necesito Sus pellizcos, Sus manos en mi
cuello, necesito Sus “demasiado permisivo soy”, necesito Sus miradas de “porque
hay gente delante, sino te reventaba” y necesito cuando se acurruca entre mis
brazos sintiéndose protegido y resguardado, necesito besarlo, atragantarme con
su polla, necesito cuidarlo, amarlo de forma explícita y sin límites… Y no, no
puedo negar, aunque en su momento lo negué hasta la saciedad, que si no hubiésemos
estado juntos ese “si me necesitas llámame” estaría latente en mí 24/7, a
cualquier hora, en cualquier momento, dispuesto a ser atendido sin duda, a
responder a Su llamada sin dilación. Menos mal que no fue así porque de verdad
el tiempo jamás nos hubiese perdonado que no estemos juntos.
Así que hoy dedico esta canción a
celebrar ese pertenecerle, pertenecernos, cada microsegundo, de cada día de
esotos 21 años y de todos los que nos queden. Celebro nuestra valentía de vivir
el amor a nuestra manera, por raro que les parezca al resto, por mucho juicio
que nos echen encima, por mucho que nos ataquen o calumnien, por mucho que alguien
quiera pensar que “siguen juntos por costumbre, por las niñas…”, no tienen ni
puta idea, ni se asoma a la inmensidad de lo que somos, de lo que es ser Suya
24/7, de lo que es ser mi Dueño 24/7. Y es que veo esos números y parece que
limitan un tiempo, pero la realidad es que representan algo permanente, continuo,
eterno… Unos números que tratan de expresar lo inexpresable, titular lo que no
tiene título. Y es que lo cierto es que incluso en las peores, incluso de la
peor manera, supimos mantener nuestro 24/7.
Él es la locura que no sé cómo
frenar, que arrasa y me desnuda con los besos que me da. Y me viene con más
fuerza, con más ganas de gritar… que sin Él, yo no sé estar, en este mundo, sin
Él yo no sé estar.
Ay, Amo, qué bien que mandamos a todos a tomar por culo. Ay, Amo, qué bonita se me antoja la vida a Su lado 24/7