martes, 4 de marzo de 2014

El amor y el sexo, mi salvación

Es curioso cómo tus perspectivas van cambiando, cómo descubres que los deseos no son tan sencillos, están llenos de matices. Siempre me gustó la sumisión, siempre la deseé. Cuando la tuve, en un principio todo era maravilloso, andar un camino lleno de fantasías a realizar... pero el tiempo pasó y me volví exigente y automática, pedía y pedía pues notaba que el deseo se iba apagando, las situaciones no me resultaban tan excitantes, Él seguía mojándome, así que lo que sentía hacia Él no era el problema, el problema estaba en mí. Sentía angustia e impotencia, no podía vivir sin sumisión ni con ella... Pero llegó el terremoto, la vida es tan bondadosa que cuando algo no va bien remueve los cimientos para que, aunque a veces duela, encuentres la pieza que falta. Y entonces el Amo y la sumisa desaparecieron, descubrí que obedecía para ser la mejor sumisa dentro de un mundo, no porque realmente quisiera obedecer. En esos roles hay elección, si eres una sumisa has de obedecer, sino es una contradicción... ese pensamiento se repetía en mi cabeza, volviéndome en una mujer que sigue protocolos no pasiones...


Los tres primeros días sin nuestros "títulos" fueron duros para mí, aunque me encantan los cambios me cuesta adaptarme. No sabía qué tenía que hacer, estaba perdida, qué eramos ahora, un matrimonio normal no, un Amo y sumisa convencionales tampoco... pero una tarde, cuando creía que el mundo me iba a aplastar, cuando no tenía claro qué iba a ser de mi vida, Él dormía a mi lado, las circunstancias nos estaban agotando, me pregunté si ya había dejado de ser su princesa por la que darlo todo, si ya me había convertido en una mujer de carne y hueso, exigente, intransigente y que lo estaba destrozando poco a poco... que quizá yo había dado por hecho que todo lo que yo ofrezco compensaba todos mis fantasmas, y que había llegado el momento en que ya no le merecía la pena, que el amor no lo es todo, me planteé que el quererse no puede con el desgaste. Pero lo veía durmiendo a mi lado, y mi mente me gritó que no podía vivir sin Él, que si con todo lo que nos queremos no es suficiente para que una relación funcione, no creo que haya nada que lo haga, sería el gran fracaso de mi vida, y no creo que tuviera éxito con nadie más. Me di cuenta de que toda la situación era un error, que lo único que fallaba era mi cabeza, mi comodidad, mi manía de poner palabras donde son mejores los silencios. Y lo tuve claro, ya no había nada más de lo que hablar, las palabras no demuestran, se tergiversan, duelen y se las lleva el viento. Así que decidí usar un lenguaje que llega mucho más... siempre he defendido que el sexo en una pareja es la materialización de una relación, si el sexo no funciona es un fracaso seguro, aunque luego se digan bonitas palabras de amor. Le agarré la cara, comencé a besarlo con todas las ganas que pude, con la desesperación del miedo a perder lo que más quieres, lo demás vino sólo, los cuerpos se pegaban, las carnes se mordían y pellizcaban y, lo más importante, los sentimientos se ajustaban. Desde entonces todo ha vuelto a tener sentido, vuelvo a estar emocionada y vuelvo a sentir mi sumisión, he descubierto mis matices. No soy sumisa, sólo me gusta estar sometida, no me gusta tener elección, me excita el sentirme atrapada y obligada, no me gusta tener un Amo al que elegí obedecer, me gusta estar dominada por un marido al que tengo la obligación de satisfacer, sin opción. Quien quiera que diga que no son los principios del BDSM, que eso no es sumisión, que no está bien... creo que cualquier cosa que me haga feliz, sin que afecte a terceros, está bien. Ahora a veces obedezco por verlo sonreír, y otras por miedo, sí por miedo, y es que el miedo me hace sentir viva, provoca una reacción en mi cuerpo sin la que no puedo vivir. Pero hay otras veces en las que me rebelo, porque simplemente no me apetece obedecer, o me despisto, pero ya no me hace sentir mal, admito mi castigo y punto, no tiene más transcendencia, no significa que sea peor sumisa, sencillamente porque ya no lo soy, sólo vivimos el 24/7 a nuestra manera.


En mi opinión, creo que toda la información que hay sobre D/s perjudica, yo era más feliz cuando sólo tenía Historia de O y mi imaginación, tenía mucho más claro qué quería y cómo lo quería. Creo que crear comunidades está bien para conocer gente, no para sentar las bases de cómo se tienen que hacer las cosas.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Mi padre ¿Mi origen?

Entre dos aguas - Paco De Lucía


Hoy me he levantado, y he visto la noticia de que Paco de Lucía ha muerto, no voy a hablar de él desde la admiración, ya que toda la vida he renegado de lo que significaba, ahora entenderéis por qué.
En cuanto lo he sabido me he acordado de mi padre, él es un gran guitarrista, desde muy joven iba a las cuevas del Sacromonte a aprender del arte gitano. Mi padre es un admirador de Paco de Lucía, y si hay alguna canción que va con él es Entre dos aguas, por un lado porque recuerdo esas mañanas de Domingo, cuando aún vivía con nosotras, el sol entrando en el salón, incidiendo sobre unos cuarzos que teníamos colgados en la pared que proyectaban el arcoiris en la habitación, y mi padre sacando su guitarra, esa guitarra a la que tanto coraje le tenía yo, y ponerse a tocar esta canción. Veo su cara, su gesto, y su sonrisa cuando terminaba de tocar. De pequeña tenía autentica devoción por mi padre, siempre ha sido un hombre guapo, interesante, inteligente, apasionado y con un gran carisma, un espíritu triunfador, que traía a más de una loquita. Para mí mi padre lo podía todo, me encantaba ir de su mano, siempre con su traje y oliendo a Adolfo Dominguez. Pero poco a poco vas creciendo y la inocencia infantil se transforma en realidad, y empiezas a darte cuenta de que tu padre te quiere, al igual que quiere a sus ambiciones o deseos, notas que no traduce lo mucho que le importas como a ti te gustaría, no quiero confundir, yo siempre he sido su niñita, me ha sobreprotegido lo que ha podido y más, me ha protegido de todo menos de la idolatría que le tenía. Si lo pienso, creo que siempre he odiado tanto las cosas que le gustaban porque sentía que lo alejaban de mí, les tenía celos. Con once años llegó la época oscura en nuestra relación, cuando mis padres se separaron, lo culpaba una y otra vez, sentía que me había engañado, estaba traicionada y dolida, dónde estaba ese sentimiento que tenía por él, dónde estaba el dios al que adoraba.
Pero esos tiempos pasaron, ahora soy adulta, y desde hace varios años tenemos un relación maravillosa, cada uno tiene sus cosas, pero sabemos que estamos ahí, y sinceramente puedo decir que quiero a mi padre más que nadie, lo quiero con sus defectos y virtudes, sin intentar cambiarlo, he entendido que ese dios era un hombre, y por tanto lo comprendo sin juzgarlo. Él acude a mí para contarme lo que a nadie más se atreve, sabe que yo le daré mi mejor consejo y mi mejor sonrisa.
Sé que esta es su canción, porque creo que representa muy bien el transcurso de su vida, siempre entre dos aguas, el agua de sus pasiones, de lo que le hubiera gustado ser, un guitarrista viajero, dar tumbos por el mundo sólo siendo fiel a su guitarra, manteniendo relaciones intensas y esporádicas con mujeres llenas de placer y aventura, y el agua de lo que le dijeron que tenía que ser, un hombre de negocios inteligente, con una bonita familia perfecta y triunfador.
A mi padre le tengo que agradecer y reprochar lo que soy, he heredado aspectos de él que son mi virtud y mi cruz, aunque a diferencia de él he sabido determinar lo que soy, y defenderlo, no conformarme con otra cosa. Y digo esto hablando entre otras cosas sobre el BDSM, creo que mi padre siempre ha tenido un dominante dentro, pero no ha sabido sacarlo, o quizá sí, y es por eso que mis padres se separaron, son cosas que a una hija no se le cuentan. Quizá esa veneración que le tenía era la propia que se le tiene a un Amo, sin nada sexual de por medio por supuesto. En mi eterna búsqueda del por qué soy sumisa, quizá mi padre sea un pieza clave. Mientras escribo recuerdo mi relación con él, sólo quería agradarle y obedecerle, nunca me puso una mano encima, y jamás me regañó con más de tres frases, pero para mí eran más que suficientes para sentir que lo había decepcionado y sentirme avergonzada. Recuerdo que una vez, estando en una casita que teníamos en la playa con toda mi familia, salté una valla, me caí y me rompí la tibia y el peroné, todos corrieron a ver, estaban muy nerviosos, mi padre el primero, quería cogerme y apartarme de la masa de abuelas y tías histéricas. Yo me agarré con todas mis fuerzas a mi madre, no sentía ni el dolor en la pierna, lo único que me dolía era haber decepcionado a mi padre, para mí había hecho algo tan grave que no quería quedarme a solas con él, no quería encontrarme con su cara de enfado... ahora que soy sumisa, puedo compararlo con la sensación que me invade cuando mi Amo se enfada conmigo, cuando lo decepciono... al final consiguió meterme dentro de casa, me sentó en el sillón, se puso frente a mí, examinó mi pierna tranquilamente, aunque muy preocupado, me miró a la cara y secándome las lágrimas con la mano, me dijo: "¿Chiqui, por qué lo has hecho?". Ningún regaño, nada, sólo preocupación y protección, yo me sentí la peor hija del mundo.


Sí, cada vez tengo más claro que mi padre nació para ser Amo, recuerdo cuando se enfadaba que le decía a mi madre "Cuando me enfade dame la razón, aunque no la tenga, cuando se me pase ese momento te pediré perdón, pero no me contradigas por favor" todo esto igual que conmigo, sin violencia ninguna, a mi madre también la veneraba. Y aún hoy, mi Amo tiene el mejor suegro del mundo, puesto que de vez en cuando me suelta uno de sus consejos del tipo "Tú a él dale lo que te pida (refiriéndose al sexo entre otras cosas)"

Pues bueno, todo este rollo, que no tenía pensado soltar, era para decir que me he sentido triste por mi padre, le he mandado un whatsapp y un vídeo de Paco de Lucía.
Me gusta hacerlo sonreír.

miércoles, 22 de enero de 2014

La música dolía

Él ponía la misma canción cada vez que la castigaba, sonaba fuerte mientras los azotes irritaban sus nalgas, era la banda sonora de sus ratos de cara a la pared. Esa canción ocultaba su llanto cuando la correa la golpeaba. Poco a poco se convirtió en un símbolo, si cometía una falta durante el día, Él no le decía nada, y por la noche mientras ella terminaba de lavarse los dientes, se desnudaba para ponerse el pijama o subía las escaleras para irse a la cama, la ponía, ponía esa canción, y ella se encaminaba lenta e inevitablemente hacia su castigo.
Un día, en una cafetería, mientras charlaba alegremente con sus amigas, una melodía familiar llegó a su oído. Todo dejó de importar, las voces de las personas que allí estaban se volvieron casi imperceptibles, no contestaba a sus amigas que le preguntaban qué le pasaba, todo daba igual. El sonido de la radio se alzó sobre todo lo demás, la letra le erizaba la piel, las notas musicales le golpeaban el cuerpo, la canción le hizo sentir su entrega, le recordó a quién pertenecía. Y es que, en aquel sitio, en aquel momento, incluso lejos de Su Amo y de la correa... la música dolía.

martes, 21 de enero de 2014

Nuestra maravillosa escapada

Este fin de semana ha sido increible, iba en el metro a aquel sitio, iba temblando, estaba asustada y nerviosa. Primero me preocupaba qué me haría mi Amo con todos esos elementos a su alcance, jaulas, cadenas, látigos, cañas... y lo segundo era que, después de dos horas haciendo conmigo lo que le diera la gana, comeríamos con un grupo de personas relacionadas con el BDSM, a las que por supuesto no conocíamos, Amos, Amas, sumisas y sumisos... Nada más llegar allí, al entrar en ese maravilloso sitio bonito y elegante todo se pasó. La tranquilidad de saber que no había otro sitio en el mundo en el que quisiera estar, ni otra persona con la que pudiera estar más segura, me invadió. Disfruté, sentí caricias y dolor, el tiempo se pasó volando entre gemidos, amor y azotes. Nos duchamos y llegó la hora de la comida, que se organizaba en el mismo local. No hablaré mucho sobre esto porque prefiero guardarlo para mí, solo diré que me sentí muy cómoda y aceptada, y que allí superé un límite que no me había planteado ni siquiera superar, la electricidad me erizó la piel. Ya por la tarde una pareja de Amo y sumisa se ofrecieron a llevarnos al hotel y nos ivitaron a cenar a su casa. Fue una de las mejores cenas en las que he estado, quizá no lean esto nunca, pero me gustaría decir que, a parte de que tienen una casa que me conquistó, en la que es fácil estar a gusto, ellos hiceron que nos sintiésemos en confianza y, aunque suene un poco extraño, me hicieron sentir normal, algo muy importante para mí. Estar con ellos fué tremendamente alentador, yo siempre he defendido que el 24/7 es posible, tiene que serlo porque yo no puedo vivir otro tipo se sumisión. Pero a veces te sientes como que luchas a ciegas, sin saber si es sólo una ilusión. Y ver a otra pareja que lo ha conseguido, que se quieren y lo viven, que son todo un ejemplo a seguir, te da aún más fuerza. En la parte que me toca como sumisa, voy a cogerla a ella como modelo de obediencia y entrega, viéndola, mis ganas de superar límites, de aguantar más, de tomarme más en serio mi sumisión han aumentado. La madurez y la constancia son cosas que mi Amo se merece.
El sábado fué otro maravilloso día, de paseos, de tiendas que nos habían recomendado, en las que se compró alguna cosita, algo más a lo que temer a parte de la correa. Y por la noche el conciertazo, porque no se le puede llamar de otra manera, de Depeche Mode. Dos grandes voces, cantando grandes canciones. Y aunque no tocaron "Master and servant" , mi favorita, canté y me emocioné mientras mi Amo me abrazaba por detrás, sin palabras... Y corriendo a una exposión fotográfica, a la que también nos habían invitado, unas fotos preciosas de Dóminas y sumisas, en un local en el que nos volvimos a sentir muy a gusto y acogidos.
Me dejo mil detalles especiales en este pequeño resumen de esta gran escapada, sobretodo mil sensaciones difíciles de expresar, momentos a solas en el hotel que me conquistaron.
Pero no quiero terminar esta entrada sin darle las gracias a mi Amo, Depeche Mode - Home , esta canción describe perfectamente mi sentimiento, hace unos años le dije lo que necesitaba, Él me lo dió, me hizo crecer, avanzar, me ha ayudado y me ayuda a superar muchas cosas, y que, cuando estuve preparada, y para que ese sentimiento de que era rara,  que no estaba bien ser así, desapareciera, me llevó a un sitio en el que sentirme como en casa.
Ya no me avergüenzo, ahora me siento tremendamente orgullosa de lo que soy y de lo que tengo.
Gracias Amo